Lecciones sobre educación de Steve Jobs

Ph.D. en Economía en la Universidad de Chicago. Rector de la Universidad del CEMA. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Consejero Académico de Libertad y Progreso.

INFOBAE.- En 2013 se matricularon en la primaria estatal argentina 382.000 niños menos que en 2003, una disminución del 10%. Este éxodo es aún más importante en primer grado, ya que se inscribieron casi un 20% menos que 10 años atrás. La foto es crítica, más aún al considerar la deserción en el secundario la cual, según Alieto Guadagni, lleva a que “de cada 100 niños que ingresan al primer grado estatal no concluyen la secundaria nada menos que 74”.

Veinte años atrás, en 1995, el Instituto Smithsoniano le realizó una entrevista a Steve Jobs, quien esbozó una audaz propuesta educativa. La misma, dotada de la simpleza y visión de futuro propia de Jobs, constituye una alternativa válida para enfrentar la crisis educativa que atraviesa nuestro país.

En aquella entrevista Jobs se definió como un gran creyente en la igualdad de oportunidades, en oposición a la igualdad de resultados: “Yo no creo en la igualdad de resultados, porque por desgracia la vida no es así. Sería un lugar muy aburrido si lo fuera. Pero realmente creo en la igualdad de oportunidades. La igualdad de oportunidades para mí más que nada significa una gran educación”.

Un buen maestro, en su visión, tiene un efecto perdurable en el desarrollo de los niños, pero el fundador de Apple opinaba que no hay una cantidad suficiente atraído por el sistema de educación pública: “Me gustaría que la gente que enseña a mis hijos sea lo suficientemente buena como para poder acceder a una posición en la empresa en la cual trabajo, obteniendo 100.000 U$S al año. ¿Por qué habrían de trabajar en una escuela por 35.000 U$S al año si pueden obtener un trabajo en nuestra empresa por 100.000 U$S al año?” Para Jobs el principal problema que enfrenta la educación reside en el sindicato docente pues el mismo impide la meritocracia.

En su opinión, los padres de los estudiantes, reales clientes del sistema educativo, han dejado de prestar atención al servicio provisto por las escuelas conforme las mismas se fueron burocratizando y los padres tuvieron cada vez un rol menor. La consecuencia la considera paralela a lo que sucede cuando los clientes dejan de prestar atención al bien o servicio que adquieren a un monopolista: la calidad deja de ser buena. En sus palabras: “Al monopolista no tiene porque importarle prestar un buen servicio. Eso es lo que IBM fue en su día. Y eso es sin duda lo que el sistema de educación pública es en la actualidad”.

Cuando los padres envían sus hijos a la escuela pública no sienten que están gastando su dinero. Los padres no realizan una comparación entre escuelas en forma similar a la que realizan, por ejemplo, frente a la compra de un auto. Más aún, agrega Jobs: “Una cuestión de hecho es que si un padre desea que su hijo estudie en un colegio privado no podrá utilizar para ello el costo de educar a su hijo en el colegio público, sino que deberá pagar además el precio de la escuela privada”. Es claro que ello convierte, para muchos padres, a la educación pública como la única alternativa factible para la educación de sus hijos. ¡Un real monopolio!

Por ello, afirma Steve Jobs en aquella entrevista: “Yo creo firmemente que si el país entrega a cada padre un voucher por el costo de educar a su hijo en el sistema público, el cual solamente podría ser utilizado en una escuela acreditada, varias cosas sucederían”. En primer lugar las escuelas comenzarían a competir fuertemente para atraer alumnos. En segundo, se abrirían nuevas escuelas: “Usted podría encontrar graduados universitarios muy idealistas, llenos de energía, quienes en lugar de iniciar una empresa en Silicon Valley, habrían de iniciar una escuela. Yo creo que lo harían mucho mejor que cualquiera de nuestras escuelas públicas”. Finalmente, considera que la calidad de las escuelas, dada la competencia, comenzaría a mejorar y que algunas tendrían que cerrar; muchas públicas podrían hacerlo.

Es claro, admite Jobs, que “la transición sería un proceso doloroso para los primeros años, pero mucho menos doloroso que ver cómo los niños pasan por el sistema educativo hoy en día”. ¡Qué mejor descripción de la realidad educativa argentina 20 años después!

Démosle a cada padre un voucher educativo. Una idea audaz, visionaria, digna de ser apoyada por Steve Jobs, que revertiría en unos años la crisis educativa que enfrenta nuestro país y contribuiría a generar igualdad de oportunidades. ¿Por qué entonces no es considerada por nuestra clase política, la cual defiende la educación pública en emocionales discursos pero envía sus hijos a escuelas privadas?

 

Fuente: Infobae