Edgardo Zablotsky – Hace poco más de un año publiqué en este mismo medio una nota en la cual me imaginaba qué sucedería si los niños tuviesen las mismas posibilidades que los adultos a los fines de defender sus derechos. Imagínese leyendo en la tapa de los diarios la noticia de un paro general de niños, decretado por sus delegados sindicales y demandado en medio de fuertes rabietas. Imagínese, en declaraciones radiales, a un niño de diez años expresando que “no había otra alternativa que llegar esta instancia, dada la falta de respuesta de los adultos frente a su deseo de ir al colegio”.