“El crecimiento lo genera el sector privado, no el Estado”

  El Litoral – Aldo Abram es director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, un centro de investigación en políticas públicas que promueve los valores y principios de la república representativa federal. La fundación se declara independiente de grupos políticos, religiosos, empresarial o gubernamental. Su objetivo, trabajar para una Argentina transformada en una sociedad abierta basada en el respeto por los derechos individuales, gobierno limitado, propiedad privada, mercados libres y paz.

Abram es economista, docente e investigador. Se desempeña como asesor económico y financiero de empresas, bancos y entidades intermedias. Pasó por Santa Fe invitado por ADEPA para brindar un curso de formación para comunicadores. Visitó El Litoral donde reconoció que la corrida cambiaria fue “un desastre que nos saldrá carísimo a todos los argentinos porque en definitiva es la caída del poder adquisitivo, nuestro sueldo pierde poder adquisitivo, nuestros ahorros también. Somos todos más pobres”.

– ¿Por qué Libertad y Progreso?

– Porque para nosotros, sin libertad no existe el progreso. Es el ser humano en libertad y disponiendo de todos sus derechos el que crea riqueza. Hay una idea equivocada que dice que es el Estado el que crea riqueza. No es así. Somos nosotros, los que nos levantamos todos los días a trabajar, a ver como hacemos que nuestra empresa, nuestro negocio funcione mejor y eso se logra pensando en el otro. En un sistema económico donde lo que se logra es que todos respetemos nuestros derechos, la única forma en que una persona va a hacer dinero es encontrando la forma de satisfacer necesidades al precio más accesible. En los sistemas donde no se respetan estas libertades lo terminan decidiendo funcionarios. Hay una enorme cantidad de corporaciones y empresarios que están todo el tiempo tratando de conseguir los subsidios y las prebendas que le da el funcionario del Estado porque es la manera de hacer plata. Dejó de ser como debería ser, hacer dinero en función de servir a tu prójimo, al contrario haces plata en función de complacer a un funcionario que te da una prebenda. Los propios argentinos defendemos el altísimo grado de proteccionismo que existe. Los empresarios producen lo que el funcionario decide que hay que producir. Esto obliga a poner protecciones y los consumidores terminamos comprando el producto de menor calidad a mayor precios. Pusimos el caballo detrás del carro, en vez que la gente se hiciera rica nos pusieron a nosotros al servicio de que ellos se hagan ricos.

– Argentina repite la tensión entre proteccionismo y liberalismo o neoliberalismo

– El neoliberalismo fue una forma de tratar de definir el menemismo que no cuadraba en lo que era liberalismo, pero tenía algunas características que lo hacían sonar como… Un gobierno populista de derecha como el menemismo, no se podía caracterizar como liberalismo.

Si bien los sistemas se van construyendo de a poco, lo deben hacer con una idea y un rumbo. Por eso hubo esquemas como el menemismo que como no tenían un rumbo certero, terminaron fracasando. Logramos allí estabilidad monetaria después de dos hiperinflaciones e íbamos a la tercera. Confiamos que la convertibilidad iba a resolver todos los problemas, así somos los argentinos: ‘realismo mágico’. Creímos que la convertibilidad iba a resolver los problemas de gasto público, de legislación laboral arcaica, el mal de ojos, el empacho… Al final de la película nos enteramos que no, que la convertibilidad lo que nos daba era estabilidad monetaria. Los demás problemas había que resolverlos. Terminamos en default. No debíamos tener déficit fiscal y como hacíamos las cosas bien, nos prestaban plata. Financiamos los excesos del gasto con endeudamiento hasta llegar al default. Hoy es parecido. Empezamos a hacer las cosas bien y eso fue justificativo para evitar actuar sobre las cosas que estaban mal porque nos daban créditos. Este gobierno recibió un Estado y un Banco Central al borde de la quiebra.

El estado municipal, provincial y nacional que teníamos a fines de 2017 era más grande que en 2015. Usamos para mantener el problema el endeudamiento que se tomó en dos años que era para resolver con el menor costo social posible el exceso de Estado que tenemos. Nosotros presentamos un plan a dos años sin quitarle ingresos a nadie.

Los políticos hacen cosas que no harían en su vida diaria que es no resolver un problema, dejarlo para más adelante cuando sabemos que va a empeorar. Es lo que hacen con el país. ¿Cómo se iba a resolver esto? Con una economía que crece. Tenemos un Estado gigantesco, tirada por el sector productivo y le pedimos que corra una competencia de Fórmula 1. Olvidate, agradece que crezca de a poco.

– Hoy ya estamos en recesión

– Estamos en una crisis por no haber resulto el problema. Seguimos sin querer enfrentar el problema. No es novedoso. En las últimas siete décadas todas las crisis fueron por una dirigencia que se obstinó en gastar de más y no quiso resolver los problemas -gasto público- en forma ordenada y con el menor costo social posible porque implicaba asumir costos políticos. Lo resolvimos quebrando. Las crisis son las quiebras de los países que resuelven con el mayor costo social posible estos problemas de exceso de gasto del Estado. Hemos gastado la plata en no resolver el problema y ahora nos entraña que hayamos coqueteado con una nueva crisis. Aparece el FMI -menos mal- sino estaríamos en una crisis peor que 2002.

– Sin embargo, el FMI es el diablo para mucha dirigencia política

– En otros países del mundo, el Fondo no tiene esta imagen . El Fondo es el prestamista de última instancia. Cada vez que hemos firmado un acuerdo con el FMI lo hemos incumplido. Tenemos récord en waiver. Si perseveras en hacer las cosas mal lo único que haces es agrandar el problema, endeudas más para seguir haciendo macanas.

Nuestra dirigencia política (gobierno y oposición) no está demostrando haber entendido la responsabilidad que tiene en evitar la próxima crisis. Estamos apuntando a mantener el problema con la plata del Fondo.

La memoria de la gente es que siempre antes de entrar en una crisis, estuvo el FMI, si no hubiera estado la hubiésemos tenido antes. No deberíamos haber tenido como actor al Fondo en esta película. Si hubiésemos utilizado los 90 mil millones de dólares que nos prestaron para resolver los problemas, hoy no tendríamos al Fondo. Vino el Fondo, sin con la plata hacemos lo mismo que con los 90 mil millones de dólares estamos perdidos. Si lo usamos para resolver el problema zafamos. Si no lo hicimos antes, ¿porqué lo vamos a hacer ahora?. Confío que todos los ciudadanos nos pongamos los pantalones largos y empecemos a exigirle a la política que se lo tome en serio y evite otra crisis.

– ¿Cuándo ves una posible salida a la recesión?

– Hay que identificar el problema para evitar las soluciones mágicas. Vemos la dirigencia política en el Congreso como se pasa la pelota para ver como hacen el ajuste evitándolo hacer o como entre todos se ponen de acuerdo para pasarnos el ajuste a nosotros que es lo que termina pasando. Más del 80 % del ajuste que se hace por el acuerdo con el FMI lo haremos los privados con la suba de impuestos. La dirigencia se comprometió el año pasado a bajar impuestos, aprobaron dos leyes y nos subieron los impuestos este año. Con estas señales, ¿qué posibilidades hay de que se invierta y se consuma más en la Argentina?. Nos equivocamos si pensamos que el sector público es el que genera crecimiento. El que genera crecimiento es el sector privado productivo y lo genera con perspectivas hacia adelante y que no sea exprimido como naranja para mantener un estado gigantesco. De 390 países estamos en el puesto 21 entre los que más exprimen con impuestos a sus empresas. Hay 300 países en el mundo que le ofrecen a argentinos y extranjeros mejores condiciones y seguimos soñando que van a llover inversiones. Los políticos nos dicen que nos van a llevar a otra crisis. Quién va a invertir, a consumir más?. Tenemos tasas de interés altísima y con recesión por la crisis cambiaria, fuga de capitales que contrajo todo. No se va a generar riqueza en un escenario con la incertidumbre que genera la fuga de capitales. Todos estamos tratando como comprar dólares por las dudas venga la noche. Eso no genera crecimiento. Insisto el crecimiento lo genera el sector privado, no el Estado.

Argentina y el mundo

Según Abram, en los últimos 80 años no hubo gobierno que aplicara políticas liberales y las diferencia del neoliberalismo tomándose de una definción de Raúl Alfonsín cuando dijo “esto no es neoliberalismo, es neo conservadorismo”.

“Cuando arrancó la Argentina, lo hizo con las ideas liberales que primaban en aquel momento. Tan mal no nos fue. No tenemos una base cultural permeable a lo que son las ideas liberales. Fueron hechos fortuitos lo que hicieron que tuviéramos durante esos años políticas de ese sentido. Tuvimos una aristocracia (Generación del 80) que se educó en Europa y Estados Unidos, trajo esas ideas y las implantaron en una sociedad cuya cultura era caudillista, propensa al populismo. Esa generación nos puso a la cabeza del mundo. En el fondo nuestro problema es institucional, no económico. En vez de educar ciudadanos, educaron argentinos. Debimos haber educado ciudadanos así no hubiéramos vuelto al caudillismo que luego se mezcló con fascismo, etc”, señala.

Pero compara con lo ocurrido en otros países como Australia y Nueva Zelanda que cayeron y cuando la dirigencia empezó a hacer cosas con sentido común y a progresar. “No eran gobiernos liberales, eran laboristas e hicieron los cambios. Fijate hoy en Australia, Nueva Zelanda, Irlanda, Canadá. ¿De quien es la responsabilidad por la que estamos acá?. No es de oscuros poderes internacionales, sino de una dirigencia irresponsable, que no sacó el país adelante. Los ciudadanos nos hemos dedicado a hacer nuestra vida y le dejamos que lo resuelvan los políticos. Hemos abandonado el barca a los piratas y nos quejamos que nos afanan”.

Por: Mario Cáffaro / [email protected]
Publicado El Litoral el 12 de Nov. de 2018