San Rafael – Manuel Solanet, director de Políticas Públicas de la Fundación Libertad y Progreso, se refirió a la actualidad económica y cambiaria y opinó que se deben tomar medidas para superar la crisis, entre ellas una reforma laboral, otra administrativa y una reducción del gasto público.
Luego de que en la jornada del lunes el riesgo país (índice que mide la posibilidad de impago de la deuda) trepara por sobre los 1.000 puntos (el martes bajó de esa marca), la preocupación volvió a apoderarse de algunos.
“La causa principal de este fenómeno es la incertidumbre política y la presunción de que puede haber un retorno del gobierno K, el mundo lo ve como un retroceso, la historia es explícita, esto influye en la cotización de bonos argentinos, hay que pagar mucho más interés para que alguien compre un bono”.
Señaló que desde la fundación se han propuesto medidas estructurales y que si se repudia el acuerdo con el FMI y se toman medidas populistas que tienen un costo fiscal, “entonces no será posible pagar esa deuda y eso lo percibe el mundo, depende de lo que se haga habrá o no default”.
“Se necesita un flujo de inversiones importantes, algo que no ocurrió en estos años”, dijo Solanet, quien luego se refirió a las reformas que habría que encarar.
“En el plano fiscal, un ataque al gasto público, una reforma administrativa que reduzca el gasto en la Nación, provincias y municipios, una reforma laboral que elimine las trabas para desarrollar nuevos emprendimientos, una reforma impositiva que elimine los impuestos más distorsivos, empezando por los derechos de exportación, esto condicionado a que el gasto público sea reducido”.
“Lo primero que hay que hacer –aseveró- es explicar las cosas y a través de ello lograr acuerdos y consensos. La reforma laboral apunta a mejorar las condiciones de los trabajadores y crear empleo, eso hay que explicarlo. Las universidades deberían estar aranceladas para quienes puedan pagarlo, hoy es gratis incluso para los que vienen de escuelas privadas”.
El economista habló también de que la reforma laboral no perjudica a los trabajadores sino a los sindicalistas, porque permite el acuerdo salarial entre las empresas y sus trabajadores.
