Primeros fraudes, el patrón oro y otras “perlitas” de la historia del dinero

VISIÓN LIBERAL – El dinero nos cuenta su historia

La economía es tan rica y diversa en su naturaleza que te invita a conectar con cada ángulo de su ciencia. Dicha ciencia es la manifestación de la existencia humana y el intelecto. El individuo es tan perfecto que le da sentido a toda esa existencia. Él, su razón y su acción logran diseñar una sociedad que es fruto de éste. Los órdenes espontáneos no son más que la vida plasmada del individuo. Las acciones del individuo y su interacción con otros individuos regidos bajo un determinado espacio y tiempo le dan origen a órdenes espontáneos como por ejemplo, en este caso en particular que vamos a estudiar, el dinero.

En esta nota me centraré, específicamente, en la historia del dinero. Cómo es que ha evolucionado a lo largo de la historia hasta nuestros días. Aunque primero repasaré algunos conceptos básicos.

En primer lugar, el dinero cumple una serie de características:

– Duradero

– Transportable

– Divisible

– De oferta limitada

Debe ser durable porque, de otra forma, se podría deteriorar en poco tiempo y la gente no lo aceptaría. Además, debe ser fácil de transportar para que la gente pueda trasladarlo en grandes cantidades de un lugar a otro. También debe ser divisible así se lo puede dividir en pequeñas partes con facilidad y sin pérdida de valor para poder hacer frente a las obligaciones más chicas. Por último, si no tiene una oferta limitada no posee valor económico.

Los billetes y monedas con las que llevamos adelante todas las transacciones cumplen con todas estas características. Estos pueden ser divisibles ya que es posible su impresión; asimismo son fáciles de almacenar y transportar y efectivamente tiene una oferta limitada y cuando esta se incrementa pierde su valor. Por lo tanto, el dinero fiduciario es un bien que no posee un valor intrínseco pero que mantiene su valor como medio de cambio porque los individuos tienen fe en que el que el emisor responderá por los billetes y monedas emitidas y cuidará de que la cantidad emitida sea limitada. Son conceptos básicos de cualquier manual de economía.

Por otra parte, el dinero cumple tres funciones:

– Medio de cambio: es utilizado por los individuos en sus intercambios en el mercado de bienes y servicios y se lo utiliza para cancelar sus deudas con el Estado.

– Unidad de cuenta: sirve como medida de valor para calcular cuánto valen los diferentes bienes y servicios en el mercado.

– Depósito de valor: permite transportar valor a lo largo del tiempo. Es decir, es una forma de mantener la riqueza.

Aclarados estos puntos, nos abocaremos a repasar la historia del dinero.

En un principio, en las sociedades más primitivas el dinero era una mercancía que aparecía como medio de cambio. O sea, tenían cierto valor intrínseco -se vendía y compraba en el mercado-y servía como medio de pago para comprar y vender otros bienes. En las organizaciones más primarias el dinero, utilizado como medio de cambio, se encontraba relacionado con la actividad productiva de esa organización social. Por ejemplo, en aquellos pueblos que se dedicaban a la caza, las pieles eran utilizadas como dinero o a los que se dedicaban a la agricultura, los cereales eran el medio de cambio.

Luego, a medida que pasaron los milenios el metal, como el oro y la plata, se fue imponiendo como medio de cambio. Los metales cumplían con las características propias del dinero descriptas inicialmente, tenían una relevante demanda y dada su oferta poseían un precio alto y estable. La evolución del metal pasó desde pesarlos cada vez que se llevaba adelante un intercambio hasta su posterior acuñación bajo la figura de un soberano iniciada con Alejandro Magno. Es aquí donde el rol del Estado va tomando cada vez mayor preponderancia dentro del sistema monetario.

Ojo, también existían prácticas fraudulentas para ese entonces. Son muchas las historias de figuras públicas que falsificaban con monedas de oro al sector privado. Era muy frecuente falsificar o limar la moneda.

Una moneda de una onza se le podía sacar media onza en el proceso. Esto terminó provocando la desconfianza generalizada y se tuvo que volver a pesar a las monedas. No obstante, los soberanos también se las ingeniaron para estafar al pueblo, como tenían el poder de la acuñación podían incorporar metal barato en el proceso de acuñación; así obtenían más monedas sin el respaldo del metal fidedigno para poder despilfarrarlo en guerras y ostentaciones de lujo a su antojo. Esa práctica terminó por desembocar en períodos inflacionario. ¿Le suena la historia? Claro que sí.

En 1609 se crea la banca con el objetivo de ponerle fin a ese tipo de políticas fraudulentas. En realidad la banca ya existía en la época romana pero esta fue condenada en su momento por la inquisición religiosa que condenó la usura. Como sea, los primeros banqueros fueron los orfebres. Los orfebres que se dedicaban a trabajar y custodiar el oro en una suerte de “cajas de seguridad” comenzaron a tener un rol cada vez más preponderante cuando sus clientes les entregaban un papel en el que le ordenaban transferirle cierta cantidad de oro a otra persona. Esta persona podía cobrarlo o depositarle en su caja de seguridad. De esta forma comenzaron a circular este tipo de billetes que tenían su respaldo en oro. Este fue el inicio del patrón oro.

Como vemos, la historia económica está llena de curiosidades y la historia del dinero no escapa a ello.