Un mal gobierno se va de forma civilizada: ¿un lujo para Argentina?

Periodista (TEA) y Master en Ciencias Políticas y Economía (Eseade).

PANAM POST – Depende de cada argentino juzgar el proceso político de los últimos cuatro años. Los hechos están arriba de la mesa y son incuestionables. Lo extraño es que, simultáneamente, hay casi medio país que piensa que, por lo que puede tener peronia en el gobierno, Mauricio Macri ha sido un «lujo». Sin embargo, la otra mitad (y un poquitito más, según las últimas elecciones) piensa que el presidente saliente ha fracasado rotundamente y que debe irse para no volver jamás.

¿Ha sido el primer presidente no peronista en entregar el mandato constitucional a término desde 1928? Sí. ¿Ha contribuido a mejorar el clima el país, dejando de lado la hostilidad política, el hostigamiento a la prensa y el Estado prebendario? También. Ahora, vale destacar que Macri se va sin cumplir casi ninguna de sus promesas de campaña y que deja un país con más pobres que el que recibió. Es cierto que algunas cuestiones como el desastre de la política de subsidios de energía comenzó a ser revertida y que en los últimos cuatro años no se utilizó al Estado como una herramienta de persecución política. Pero nadie puede negar que la improvisación total y la cobardía a la hora de hacer reformas de fondo hicieron que el proceso macrista quede trunco. Haber perdido en primera vuelta contra el peronismo es la clara muestra de que, si no fue un fracaso total, tampoco podemos hablar de éxito bajo ningún punto de vista.

En la tarde de ayer se emitió por cadena nacional el mensaje despedida de Macri y no hubo sorpresas. Como era de esperar, el foco estuvo sobredimensionado en los logros y las menciones a las asignaturas pendientes fueron superficiales y con poca autocrítica. El presidente saliente no se animó a hacerla en vivo y la grabó antes de su viaje a Europa. La edición es mala, se notan los empalmes y es difícil seguir el hilo ante una secuencia artificial.

Seguramente lo más rescatable, y es momento que empecemos a quedarnos con lo bueno de los procesos que terminan, es que se va un gobierno de manera civilizada. Si es mucho o poco depende de la opinión de cada uno. El macrismo perdió las elecciones y actuó como debería hacerlo cualquier gobierno. Pero dado los antecedentes en Argentina y la región, cuando vemos que los líderes populistas se niegan a irse a su casa, la salida de Cambiemos representa una muestra de normalidad… un bien escaso por estos lares.

Esperemos que, más allá del resultado del próximo gobierno, a la hora del siguiente cambio en el signo político de la Casa Rosada, la salida sea normal como la que vemos por estos días. Pero con Cristina Fernández de Kirchner a bordo, todo puede pasar.

«Los datos que mostró no son todos reales»

El director de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, hizo un comentario en sus redes sociales sobre el video de Macri, al que calificó como «un demócrata convencido». Sin embargo, realizó algunas críticas al contenido del discurso y aseguró que para su organización, Cambiemos deja los impuestos más altos de lo que indicó Macri. «Dijo que la presión impositiva es 28 %. Es falso, es mucho más alta. En nuestros números la presión está 9 puntos más arriba. Los impuestos habían caído al principio del mandato, pero volvieron a subir con el impuesto a la renta financiera y a las exportaciones», resaltó el economista.

El dato del día que opaca el resumen de gestión de Macri

En la tarde de ayer, minutos antes de la transmisión, la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó sus últimos índices de pobreza y los resultados son preocupantes: Argentina tiene un 40,8 % de pobres (16 millones de personas) y un 8,9 % de indigentes. Según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el índice de seguridad alimenticia empeoró el último año, pasando del 7,9 al 9,3. Para el informe, alcanzar la canasta básica para una familia es más complicado en el conurbano bonaerense (provincia de Buenos Aires) que en el resto de las ciudades más pobladas del país.