Argentina corre el riesgo de quedar aislada en el Mercosur si Lacalle Pou avanza en un acuerdo de Libre Comercio con EEUU

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Manuel Solanet
Director de Políticas Públicas en Libertad y Progreso

Infobae – La Argentina podría quedar por primera vez en minoría dentro del Mercosur si prosperan las iniciativas de los otros tres países miembro de avanzar en acuerdos de libre comercio y flexibilizar las normas del bloque para permitir que cada nación pueda suscribir tratados de manera individual.

En ese sentido se expresó el presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en un reciente contacto con el secretario de Estado de la administración de Donald Trump, Mike Pompeo, a quien le propuso “estudiar la posibilidad de avanzar en un tratado de libre comercio, ya sea bilateral o vía Mercosur”.

En una muestra del interés que Lacalle Pou por iniciar esas negociaciones, su equipo de prensa se encargó de difundir la propuesta formulada al Gobierno de Estados Unidos a través de un “comunicado público” encabezado por la leyenda “Gobierno 20/25”.

Los acuerdos comerciales de los países del Mercosur en forma individual están vedados por la Decisión 32 que el bloque tomó en la Cumbre de junio de 2000 en Buenos Aires, pero esa norma podría ser modificada en una próxima Cumbre de Jefes de Estado, si se presta atención a los avances en ese sentido, no solo de Lacalle Pou con Estados Unidos sino principalmente del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con la República Popular China.

Las disputas en torno de la Decisión 32 del 2000 son de larga data. La norma “siempre la usaron Argentina y Brasil para frenar a Uruguay en su intención de suscribir un acuerdo con China, en la primera Presidencia de Tabaré Vázquez”, dijo a Infobae Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI y coordinador de la Comisión de Economía de la Unión Cívica Radical.

“Creo que Lacalle hace esto para forzar un cambio. Es muy posible que se modifique, si no es por iniciativa de Uruguay será por (el ministro de Hacienda de Brasil, Paulo) Guedes, que en estos temas es decisorio”, añadió

Como el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, también es proclive a que se avance en acuerdos de libre comercio, la Argentina podría quedar en minoría en las decisiones del bloque relacionadas con la apertura comercial, un escenario inédito en los casi 29 años transcurridos desde la firma del Tratado de Asunción.

“Para la Argentina sería una situación muy delicada. Jair Bolsonaro es el principal aliado político de Donald Trump en el continente. Si Uruguay llegara a firmar un TLC (Tratado de Libre Comercio), quedaríamos como el país con peor relación con Estados Unidos. Y nada menos que en un momento que tenemos que llegar a un acuerdo no solo con los bonistas sino con el FMI”, advirtió Ponce.

En un sentido similar se expresó el consultor en Comercio Exterior Marcelo Elizondo, para quien de las posturas de los presidentes de los países del Mercosur surge que “es la Argentina la que no está en sintonía” y que si bien “hay bastante indefinición” por parte del presidente Alberto Fernández en lo que respecta a las relaciones comerciales internacionales, “parece que la postura de (el ministro de Desarrollo Productivo) Matías Kulfas es bastante restrictiva en esa materia”.

Para Manuel Solanet, director de la Fundación Libertad y Progreso y ex secretario de Hacienda, “por ahora parece imposible” un viraje en la política comercial de Fernández, caracterizada por “una economía cerrada en la que el cepo no parece compatible con la apertura”.

“Implicaría un cambio ideológico muy fuerte, no solo en el Gobierno sino en varios partidos de la oposición. La UCR está avanzando en ese tipo de ideas, pero históricamente promovió el proteccionismo”, subrayó Solanet.

“La Argentina va a tener un desafío” dentro del bloque regional, “porque el mismo planteo de Lacalle Pou lo está haciendo Paraguay”, agregó Solanet, para quien “Fernández va a tener que repensar su política exterior, así como que el Mercosur no sólo tenga un TLC con una Unión Europea sino con Estados Unidos y otros países. Porque si no adhiere a esa postura la Argentina se va a quedar sola, mucho más si Brasil va por ese camino”.

Precisamente, el interés de Bolsonaro y sus colaboradores por llevar adelante una mayor apertura comercial del bloque y, si no es posible, de Brasil en forma individual, fue expresado en varias ocasiones, incluso el mismo día de la elección que lo consagró presidente, cuando Guedes, declaró que el Mercosur “no era prioridad” del gobierno electo.

Asimismo, en la última Cumbre llevada a cabo en la ciudad brasileña de Bento Gonçalves, el canciller Ernesto Araújo exclamó: “se acabó el Mercosur proteccionista e ineficaz”.

Por el contexto político en que se realizó, con el presidente Mauricio Macri a cinco dias de finalizar su mandato y Tabaré Vázquez sabiendo que sería reemplazado en marzo por Lacalle Pou, la Cumbre de Bento Gonçalves no tuvo definiciones importantes, pero la que tendrá lugar en junio de este año en la ciudad paraguaya de Encarnación ya contará con los nuevos mandatarios en pleno ejercicio de sus funciones.

En ese encuentro, Alberto Fernández tendrá que lidiar con las posturas aperturistas de Bolsonaro, Lacalle Pou y Abdo Benítez, los tres con el propósito de avanzar con negociaciones de libre comercio con otros países y bloques, “ya sea bilateral o vía Mercosur”, como remarcó el comunicado del presidente electo de Uruguay.

Al respecto, Miguel Ponce puntualizó: “si se concreta la flexibilización de la Decisión 32, no sólo hay que esperar el acuerdo Uruguay-Estados Unidos, porque de inmediato Brasil va a querer firmarlo uno con China, su primer socio comercial y su primer inversor externo”.

Un bloque que se abre

En ese sentido, Marcelo Elizondo recordó la reunión convocada por Bolsonaro en Río de Janeiro a los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la que inició conversaciones con el Gobierno de Xi Jinping, precisamente para un acuerdo comercial. Además, tiene un acercamiento estratégico con Estados Unidos hace tiempo.

“En el Mercosur hay un reconocimiento por parte de 3 de los 4 países fundadores que es un acuerdo endógeno, con poca apertura. Es el bloque más cerrado del mundo y eso no solo ha impedido la inserción de sus mercados en economías externas sino avanzar en mejoras en la productividad, la eficiencia y la competitividad”, describió el representante argentino ante la International Society for Performance Improvement (ISPI).

Luego de la conversación con Pompeo y su divulgación por medio de un “comunicado público” , Lacalle Pou intentó minimizar sus alcances en declaraciones a la prensa. “No creo que haya que generar falsas expectativas. Mi pregunta fue: ¿Hay posibilidades? ¿Lo ponemos arriba de la mesa o no?”, al tiempo que remarcó la vigencia de la Decisión 32 que “inhibe a los países socios hacer acuerdos bilaterales con países que no pertenecen al bloque”, cuya posible modificación forma parte de una gestión que “empezó Bolsonaro con Macri”.

De todos modos, Elizondo puso sus reparos a lo realizado por el ex presidente. “Macri avanzó más en las consignas, en la simbología, pero no tanto en las realidades. Tenía cierta simpatía por esta postura (de apertura comercial) pero avanzaba poco, era partidario de un acuerdo con la Unión Europea que era menos costoso, pero no con otros mercados como sí quieren Brasil, Uruguay y Paraguay”.

En Uruguay, por el contrario, es una idea “que viene tomando cuerpo desde hace varios años” y que trasciende a los partidos políticos, aseguró Solanet, quien destacó que “desde el Frente Amplio la proponía Danilo Astori, ministro de Economía de Tabaré Vázquez y vicepresidente de José Mujica”.

Para Elizondo, “hace mucho tiempo que Uruguay tiene una postura de Estado tendiente a buscar más libertad comercial internacional. Lacalle Pou tiene una vocación de apertura pero también la ha tenido Vázquez. Siempre han propugnado porque el Mercosur les permita firmar acuerdos de libre comercio por su cuenta, en particular Tabaré con China, si bien también firmó un acuerdo estratégico –no comercial- con Estados Unidos”.

Esa postura común a todos los partidos políticos parte de la realidad geográfica y económica de los orientales. “Es una medida conveniente para Uruguay, que por sus dimensiones no tiene la escala suficiente para el mercado interno y en consecuencia necesita una economía abierta. La idea de un acuerdo de Libre Comercio siempre tuvo eco en el Partido Nacional, no me extraña que Lacalle Pou lo haya conversado con Pompeo”, indicó Solanet.

Por su parte, Elizondo indicó que “Uruguay es un país muy competitivo en algunos rubros como ganadería, lácteos, algunos granos y alimentos muy diferenciados. Le conviene avanzar con eso e importar muchos productos porque no tiene una industria desarrollada y además tiene una baja economía de escala. La línea aperturista seguramente estará más exacerbada con los presidentes de centro derecha como Lacalle Pou”, evaluó.

Para Ponce, “la actitud de Lacalle tiene que ver con la necesidad urgente de arbitrar algún mecanismo de flexibilidad en el Mercosur, porque Uruguay durante mucho tiempo se bancó que la Argentina y Brasil le impidieran la firma del acuerdo que quería hacer con China”.

“No nos tiene que sorprender, porque el Mercosur está viviendo desde hace tiempo una situación muy particular, con los rumores de que Brasil quiere firma un TLC con China. Y, en el marco de esta inestabilidad creciente, cada país va a buscar los mecanismos para de la mejor manera defender mercados o tratar de conseguir nuevos”, completó.

Pero, al parecer, no todas son rosas. “Si Uruguay quiere firmar un TLC con Estados Unidos, le recomendaría que primero le pregunte a los mexicanos y a los canadienses cómo les ha ido”, dijo Ponce, quien alertó sobre las “formas que tiene Trump” en las que “si bien habla de libre comercio, en los hechos no tiene nada que ver, ya que lo que busca es de defender la producción local de Estados Unidos” y por eso planteó la necesidad de “ser cuidadosos”.

A juicio de Elizondo, el telón de fondo de estas presiones para cambiar las reglas del Mercosur es la realidad de un bloque con “comercio menguante y aislado de la economía internacional”.

Para salir de esa situación, Elizondo aboga por lo que denomina “aliancismo selectivo”, ya que sostiene que “en el mundo no hay un proteccionismo ni una cerrazón como algunos creen, sino una división entre amigos y enemigos. La Unión Europea acaba de celebrar acuerdo comerciales con Canadá y Japón, Estados Unidos redefinió su tratado con Canadá y México y le ha propuesto a Boris Johnson hacer un acuerdo integral después del Brexit”.

En ese contexto, indicó, “el Mercosur tiene que definir con quién se va a aliar. No puede no aliarse, no abrirse no integrarse, salvo que pretenda seguir siendo una región con poca participación en el comercio internacional, lo que le genera poco dinamismo y poca modernización”.

“Lo que queda claro es que este modelo del Mercosur está agotado. Los resultados no son buenos y lo que sucede con Lacalle Pou es una admisión de eso”, finalizó Elizondo.

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