Aldo Abram alerta por la creciente emisión monetaria y su efecto devaluatorio e inflacionario

EL LIBERAL – El analista señaló que creció la emisión monetaria en diciembre y enero. Sus efectos se empezarán a sentir en los meses próximos. El año pasado sucedió algo similar.

El economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram se refirió al momento que atraviesa la economía y señaló que en los meses próximos “se va a depreciar fuerte el valor del peso” debido al efecto de una mayor emisión monetaria que se registra desde el mes pasado a la par que señaló que ello implicará también un ensanchamiento de la brecha entre el dólar oficial y el resto de los tipos de cambio existentes en la actualidad.Devaluación y aumento de precios

Abram alertó que “el peso se está depreciando y cuando hay cepo esa depreciación no necesariamente se refleja en el valor del dólar oficial porque está fijado artificialmente, pero en donde operan libremente los mercados de cambio, cuando se deprecia una moneda donde primero lo vas a ver reflejado es en la suba del tipo de cambio, después con el tiempo en los otros bienes y servicios”.

En el análisis del economista, la causa principal de esta pérdida de valor de la moneda obedece a que “en estos últimos meses el Banco Central ha venido emitiendo muchísimo, ante una demanda que creció estacionalmente porque a fin de año se demandan muchos pesos por las fiestas, los bonos, el medio aguinaldo y las vacaciones, lo que le permite tener más pesos en los bolsillos y a su vez, el cepo cambiario, tiene como objetivo obligar a la gente a usar la moneda que no quiere tener, lo que también permitió emitir mucho sin que se deprecie el valor del peso”.

Sin embargo, sostuvo que los efectos de esa mayor emisión comenzarán a verse en los meses venideros. “En 2019, pasó algo parecido, emitieron mucho en diciembre y enero, luego febrero, marzo y abril tuvieron fuertes presiones cambiarias -demanda de dólares- que no era otra cosa que fuertes depreciaciones del peso”.

Puntualizó que “lo que vemos ahora es una depreciación del peso porque el Banco Central para bajar la tasa de interés y financiar al Gobierno ha estado emitiendo más de lo que la gente quiere tener, así que está perdiendo valor el peso y lo que vamos a seguir viendo en febrero, marzo, abril en la medida que el Central no saque esos pesos de alguna forma, vía Leliq, pases, etc. esos pesos que están sobrando lo que vamos a ver es que va a seguir subiendo el dólar paralelos y los otros tanto los legales como los ilegales porque se va a depreciar fuerte el valor del peso, lo malo es que después eso se va a trasladar a inflación”.

El analista, subrayó que si bien la inflación puede ceder en su avance respecto del año pasado, alertó que habrá que seguir de cerca el nivel de emisión monetaria y su efecto en la caída de valor del peso.

“Hacia adelante vamos a tener que estar controlando cuánto es el ritmo de emisión y además no solo va a depender del ritmo de emisión cuánto se deprecie el peso sino también de la incertidumbre, porque la incertidumbre hace caer la demanda de pesos y si hay complicaciones con la reestructuración de la deuda, la percepción del riesgo va a aumentar”, indicó. Agregó que en ese contexto, “la gente va a dejar de demandar pesos, se va a pasar a ahorrar en algo más seguro, en dólares y fuera de la economía, o sea va a haber una salida de ahorros de la economía transformándolo en moneda extranjera, lo van a guardar en el placard, en cajas de seguridad o lo enviarán al exterior”.

“No coincido con que el problema más importante sea reestructurar la deuda”

Para el economista, los problemas más importantes por resolver son las causas que llevaron a originar la deuda que el Gobierno nacional hoy pretende reestructurar con los tenedores de títulos públicos, como los inversores privados o los fondos de inversión.

“No coincido con que el problema más importante de la Argentina sea la reestructuración de la deuda. En realidad, que estemos reestructurando la deuda está justamente causado por un problema previo que radica en que no venimos haciendo las reformas estructurales que debemos hacer para que el país pueda crecer a una velocidad que le permita pagar la deuda”, señaló Abram.

Añadió que “en términos internacionales la deuda no es tan grande, si la medimos a la del sector privado con lo cual ese no es el principal problema que tiene la Argentina”.

Puntualizó que “estamos pidiendo a los acreedores que hagan un acto de fe, no saben si vamos a cambiar las cosas, si vamos a hacer las reformas estructurales que se deben hacer para algún día pagarle la deuda reestructurada”.

Esas reformas estructurales son la reforma previsional, laboral, impositiva, entre otros grandes cambios que se estiman necesarios desde su óptica.

Recordó que “la deuda que estamos reestructurando ahora son los bonos que se emitieron en 2005, en 2006 y en 2016 para cancelar el default del 2001. Y en el 2001, gran parte de la deuda defaulteada fue la que se emitió en los años 90´ para cancelar el default de los 80´. Por ello, ahora, lo más probable es que quien reciba un bono de esta nueva refinanciación que se busca, lo va a ver reestructurar de nuevo y no sé si varias veces más”.