Inflación: Alerta Febrero

Analista Económico en Libertad y Progreso.

LA PRENSA – En Argentina la inflación sigue siendo un problema. En lugar de ver lo que hacen los países que tuvieron éxito en eliminarla por completo, nuestros políticos siguen con las prácticas arcaicas de controlar precios. Están empecinados con la idea de que la inflación es un fenómeno multicausal y no un fenómeno puramente monetario.

El año 2019 cerró con una inflación del 53,8% anual, la inflación más alta de nuestro país desde 1991 y la tercera inflación más elevada del mundo luego de Venezuela (+200.00%) y de Zimbabue (161%), ambos países atravesados por guerras civiles. Si lo contrastamos con los países de la región, vemos que la inflación anual de países como Chile, Brasil o Perú son similares e incluso inferiores a lo que Argentina tiene en un mes. Así, en el mundo la inflación dejó de ser un problema, excepto para los países en guerra civil y Argentina.

Ahora bien, en los últimos tiempos muchos economistas señalaron el fracaso del gobierno de Mauricio Macri para controlar la inflación como un fracaso monetarista. Expresan que dado que el plan del ex Presidente del BCRA, Guido Sandleris, fue congelar la cantidad de dinero y que a pesar de esto tuvimos la tercera inflación más alta del mundo, la premisa de que la “inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario” es falsa.

Lo que no tienen en cuenta estos economistas es que la oferta de dinero tuvo un incremento en el último año, especialmente en la última parte, pero lo que ni se menciona es que la demanda de pesos por parte de los argentinos se derrumbó gracias a las fuertes devaluaciones que tuvimos a partir de abril del 2018.

Siempre hay que recordar que el dinero es como cualquier otro bien. Su poder de compra está determinado por la oferta y demanda, asique, si el BCRA decide no ampliar la oferta, el poder adquisitivo queda determinado por la demanda. De esta manera, si esta cae (como sucedió en el 2019) el poder adquisitivo del peso baja, es decir, sube la inflación.

Ahora bien, lo que paso en diciembre y lo que viene pasando en enero es que la oferta monetaria viene expandiéndose a un ritmo peligroso, pero con la fortuna de que diciembre y enero es un período en donde la demanda de dinero tiende a subir por factores estacionales, como son el aguinaldo, las fiestas de fin de año y las vacaciones. Así, dicha expansión de la oferta se vio apaciguada con una suba de la demanda.

El problema que surge es que febrero es históricamente un mes de baja demanda de dinero, formando un combo inflacionario explosivo. El BCRA va a emitir papeles que nadie quiere. Esto hace que los pesos vayan al dólar, generando que la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos (ya sea el dólar blue, dólar MEP o el dólar Contado con liquidación) se amplíe, y/o que vayan directamente a la compra de bienes, provocando una suba de los precios de los mismos.

La gente no quiere ahorrar en una moneda que pierde continuamente su valor y como consecuencia ahorra en una moneda que mantenga estable su poder de compra, como los dólares. El hecho de que exista una restricción a la compra de dólares lo único que logra es generar un mercado paralelo con el precio al que debería tener el dólar oficial. Por más que Alberto Fernández crea que con impuestos y restricciones el argentino va a dejar de ahorrar en dólares es una falta de entendimiento y de respeto a todos nosotros que lo único que queremos es poder mantener el fruto de nuestro de trabajo para usarlo como y cuando queremos.