La Argentina no participará de la Cuarta Revolución Industrial

Por Dr Ing Ruben Jorge Fusario, Profesor Titular UBA y UTN

“Cuando quieres ayudar a la gente, les dices la verdad. Cuando quieres ayudarte a ti mismo, les dices lo que ellos quieren oír”. Thomas Sowell

La industria 4.0, también conocida como la cuarta revolución industrial, constituye un tema ubicado en la frontera del conocimiento y es una iniciativa estratégica de los países y empresas del primer mundo.

Esta cuarta revolución industrial plantea la incorporación de las nuevas tecnologías de la información, la comunicación y la cibernética, a su vez está relacionada con los procesos industriales a través de internet de las cosas (IOT).

Se basa en la integración de sensores, sistemas de control, software inteligente y aplicaciones para el procesamiento de datos. Por otro lado, implica la digitalización completa de la cadena de valor en la producción de bienes y servicios.

Sin entrar en detalles técnicos que superarían el alcance de este artículo tratemos de definir los conceptos básicos para comprender la magnitud de esta cuarta revolución industrial, la cual, tendrá un efecto muy superior para la humanidad que las tres revoluciones anteriores.

Comencemos con el repaso de las tres primeras revoluciones industriales. La primera se implementó a partir de la aparición de la máquina de vapor, a mediados del siglo XVIII, que transformó la energía térmica proveniente del agua a determinada temperatura en energía mecánica. Mediante el empleo del carbón se calentaba el agua y el vapor resultante producía la energía mecánica.

El Ingeniero James Watts perfeccionó la máquina de Newcomen obteniendo un equipo más eficiente y confiable que los anteriores, el cual, comenzó a utilizarse intensamente en la industria y el transporte. Este invento reemplazó en muchas tareas a los “motores tradicionales”, como el molino, el animal de tiro y la fuerza del hombre.

La segunda revolución industrial comenzó aproximadamente a mediados del siglo diecinueve y se caracterizó por el empleo de la electricidad y el motor eléctrico en lugar de la máquina de vapor. Generó por primera vez la producción sistémica en serie y la división del trabajo que mejoró notablemente la eficiencia productiva. En esta etapa también se originaron importantes descubrimientos y avances tecnológicos como la luz eléctrica, el telégrafo, el aeroplano, el automóvil a nafta, etc.  La tercera revolución industrial tiene su origen a mediados del siglo XX con el desarrollo de la electrónica, la automatización, y las tecnologías de la información y las comunicaciones.

La “cuarta revolución industrial” o “industria 4.0”, cuyo origen considero fue Alemania, representa un salto cualitativo y cuantitativo mucho mayor que las tres revoluciones anteriores dado que involucra cambios tecnológicos y culturales significativos en las sociedades que la experimenten.

La característica distintiva de esta cuarta revolución industrial es que para su implementación se requiere, por parte de las empresas que las pongan en práctica, importantes inversiones de capital que solo se producirán en países desarrollados, con normas jurídicas estables, protección de la propiedad privada, de la libertad de las personas y de las empresas. Para implementar la Industria 4.0 no alcanza la intervención del estado para llevar adelante esta revolución, sino que es imprescindible el concurso de cientos de empresas coordinadas a través del mecanismo del mercado.

La industria 4.0 comprende principalmente los siguientes tres aspectos tecnológicos:

Internet de las cosas (IOT): Es el resultado de la evolución de las comunicaciones y la informática aplicada a los dispositivos para una interacción en forma automática, con baja o nula intervención de los humanos. También podríamos definir IOT como una red de los objetos diariamente interconectados a través de Internet. Para que esto se lleve a cabo resulta imprescindible contar con Internet funcionando en redes de comunicaciones de alta capacidad tipo “5G[1]” y “ATM[2]”, protocolos ruteables como el “IPv6[3]” con alta capacidad de direccionamiento y redes alámbricas de fibra óptica con multiplexores eficientes tipo “DWDM[4]” o similares. Esta infraestructura de comunicaciones posibilitará la vinculación de los dispositivos con mínimo retardo y dirección única universal para cada uno, facilitando la interconexión en tiempo real.

En el sector industrial los desafíos tecnológicos actuales se podrán resolver con la implementación de soluciones de IOT. Por otro lado, según la consultora Research and Markets, para 2025 el mercado mundial de IOT tendrá un crecimiento anual que llegara a los 38.100 millones de dólares.

Internet de los servicios (IOS): La red “Internet 2” suplantará paulatinamente a la actual “Internet 1”, lenta y complicada para establecer comunicaciones en tiempo real entre los dispositivos, básicamente por operar con IPv4, con un direccionamiento de solo 32 bits, vínculos en muchos casos de cobre y protocolos lentos. La nueva Internet utilizará IPv6 con direccionamiento de 128 bits y posibilitará la oferta de servicios modernos como la tecnología Big Data, Inteligencia Artificial, Cloud Computing, etc.

Los sistemas ciber físicos (CPS): Son la combinación armónica de las tecnologías virtuales como la realidad aumentada, la realidad virtual, las simulaciones, etc con el mundo físico compuesto por maquinarias, procesos, servicios, etc.

Los tres aspectos tecnológicos mencionados e integrados darán lugar a la manufactura aditiva y a las fábricas inteligentes, no obstante, la conectividad es el primer paso en el camino de la transformación digital hacia la industria 4.0.

Como mencione anteriormente esta cuarta revolución industrial se manifestará fundamentalmente en países capitalistas donde la economía de mercado se desarrolle libremente con marcos institucionales estables, se respete la libertad y la propiedad privada. Estas condiciones son excluyentes para las empresas que quieran intervenir en este proceso y deban emprender inversiones millonarias en investigación y desarrollo de esta nueva tecnología. Los países, donde no se verifiquen estas condiciones no constituyen una alternativa viable para el desarrollo de la industria 4.0.

La experiencia ha demostrado que el capitalismo y en particular la economía de mercado es el sistema económico que mayor riqueza y equidad ha generado. Por otro lado, quedó demostrado también que la planificación centralizada, propuesta por el socialismo y el marxismo, ha sido un fracaso en los países donde se la puso en práctica.

Los ejemplos más sobresalientes fueron la URSS y China. Este último país con más de 1.400 millones de habitantes comenzó a fines de la década de los años 70 un proceso basado en la economía de mercado para sacar rápidamente a millones de personas de la pobreza. Cuando comenzó su apertura internacional, aproximadamente en 1978, China padecía hambrunas severas con millones de muertos y el PBI per cápita era de US$ 200 al año. Hoy el PBI per cápita es de US$ 10.000 por habitante, y se rescataron mas de 800 millones de personas de la pobreza.

En Argentina se continúa insistiendo con políticas populistas, socialistas y contrarias a la integración y la globalización. Como era de esperar la pobreza y la decadencia general de la sociedad continúa incrementándose en forma sostenida desde el abandono de la política liberal que posicionó al país, a fines del siglo diecinueve, entre los diez de mejores ingresos a nivel mundial. Por otro lado, se destaca el hecho que la globalización es un proceso imparable a nivel mundial, oponerse a ésta y no integrarse al mundo en forma inteligente es quedar relegado y formar parte de los países subdesarrollados.

No obstante, los liberales no somos dogmáticos y sabemos que la realidad es siempre compleja, se debe enfrentar la situación social e histórica de manera flexible, el mismo Adams Smith toleraba en ciertas circunstancias mantener temporalmente subsidios y controles cuando suprimirlos podrían ocasionar en la sociedad más males que beneficios. No obstante, casi un siglo de estas políticas no constituye algo “temporal”.

En consecuencia, como país periférico en el desarrollo tecnológico, recibiremos progresivamente las tecnologías correspondientes a la Industria 4.0 que dejen de utilizarse en los países desarrollados por ser obsoletas y haber sido reemplazadas por otras más eficaces y eficientes. Esta situación condicionará de manera irremediable a nuestra actividad industrial la cual se posicionará en un nivel productivo inferior al de los países desarrollados, con la consecuencia inevitable de la generación de un atraso tecnológico y productivo difícil de superar para las generaciones futuras.

Luego de décadas de frustraciones ininterrumpidas, deberíamos haber comprendido que el proceso de globalización y las tecnologías emergentes avanzan a pasos acelerados, y no podemos “atrasar el reloj” para que se adapte a nuestras preferencias basadas en políticas y programas populistas anti-mercado, con aparente intención progresista e igualitaria, pero cuyo fracaso, en el mediano y largo plazo está garantizado.

Dijo Milton Friedman: “Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados”.

Para finalizar considero que las naciones que no participen activamente de la innovación científico-tecnológica de la Cuarta Revolución Industrial quedarán irremediablemente pobres, atrasadas y muy vulnerables.  Por ahora Argentina no va a participar.

[1] Redes 5G: Las redes 5G posibilitaran obtener velocidades muy superiores a las actuales de 4G (LTE), baja potencia y baja latencia (1ms o menos). Posibilitaran la implementación de IoT masivo, el Internet táctil y la robótica.

[2] Redes ATM: (Asyncronous Transfer Mode) es una red de alta capacidad de transmisión con calidad de servicios.

[3] IPv6: (Internet Protocol Version 6) es la nueva versión del protocolo IP que contempla direcciones de 128 bits escritos en el sistema hexadecimal. La version IPv4 contemplaba direcciones IP de solo 32 bits.

[4] DWDM: (Dense Wavelength Division Multiplexing) es un sistema de multiplexado denso por división en longitudes de onda. Es una técnica de transmisión de señales apticas a través de fibra óptica.