El fantasma de las cuasimonedas

Analista Económico en Libertad y Progreso.

ÁMBITO FINANCIERO – En las últimas semanas se viene hablando continuamente de la reaparición de las cuasimonedas. ¿Qué son y qué injerencia tendrían sobre la economía?

Las cuasimonedas son bonos provinciales que utilizan los gobiernos subnacionales para hacer frente al pago de sueldos y otros gastos corrientes y que terminan circulando en la economía junto con el peso argentino. Este tipo de instrumento monetario fue utilizado en la Argentina durante la crisis de 2001. En el segundo semestre de ese año, dada la caída de la actividad, los ingresos de las arcas provinciales se vieron golpeados muy fuertemente. Las provincias, al igual que ahora, estaban acostumbradas a que el Estado Nacional les otorgue el financiamiento necesario para el funcionamiento de la administración provincial, pero dado que el tesoro nacional también estaba quebrado, con imposibilidad de emitir por la convertibilidad y de tomar deuda, las provincias, en vez de recortar el gasto público, decidieron financiarse mediante la emisión de cuasimonedas para el pago de sus obligaciones.

Vale la pena aclarar que, si bien las cuasimonedas son un bono provincial, cumplen las mismas funciones que el peso argentino, por lo que es dinero emitido por las provincias. De esta manera, la emisión de cuasimonedas es inconstitucional, según el artículo 126, debido a que la potestad de emitir dinero es una de las acciones que las provincias delegaron a Nación. Así, si uno compara la situación de las provincias de aquel entonces con la situación actual no hay mucha diferencia, es más, se podría decir que están peor como consecuencia de que la actividad está prácticamente paralizada por la cuarentena. Sin embargo, sí encontramos diferencia respecto de la situación de la Nación. El Gobierno está dispuesto a emitir dinero para financiar la expansión del gasto público nacional que existe dada la situación de emergencia, y la asistencia a las provincias para gastos administrativos no parece ser la excepción. Es importante que el Gobierno no discrimine partidariamente entre quienes reciben o no recursos de la Nación, ya que aquellos que quedan afuera de dicha ayuda se verían incentivados a recurrir a las cuasimonedas. La emisión de cuasimonedas generaría otro problema para una economía ya bastante golpeada. No hay que olvidar que la inflación refleja la variación del poder adquisitivo del peso que está determinado por la oferta y la demanda. La emisión de cuasimonedas sustituiría la demanda de pesos por la de cuasimonedas haciendo que caiga el poder adquisitivo del peso generando mas inflación. En otras palabras, baja la base imponible del impuesto inflacionario y, para recaudar (colocar los mismos pesos) el BCRA tiene que cobrar una mayor inflación.

Hoy en día la emisión por parte del BCRA viene siendo muy elevada. Entre el 16 de marzo y el 7 de abril la base monetaria se expandió un 32% con la emisión de $593.250 millones. Esto trae aparejado una incipiente alza inflacionaria para los próximos meses. Aunque, hay que destacar que el BCRA el día 14 de abril pisó el freno a la expansión monetaria y retiró del mercado unos $180.000 millones vía Leliq.

Las cuasimonedas no son una solución, son un problema tanto por ser inconstitucional como por el impacto sobre la demanda de pesos. Por esto último, son una estafa al estafador (BCRA) y a las personas que las reciben en primera instancia ya que terminan cotizando con descuento contra el peso, es decir, a la hora de utilizarlos valen menos de lo que dicen valer. Evitar que resurja este instrumento es primordial para mantener la poca estabilidad que tenemos (si es que todavía nos queda). Por esta razón, si bien es dañina la alta emisión monetaria del BCRA, es fundamental que dicha emisión esté centralizada en el Banco Central para tener un mayor control de la cantidad de dinero que se está emitiendo y evitar un mal mayor (anarquía monetaria) y que, al momento en que se normalice la situación, se esterilice el exceso de oferta de dinero para no seguir vapuleando el valor del peso. La Argentina está en una situación vulnerable desde hace 80 años. No haber hecho las reformas estructurales necesarias para reencauzar la economía hacia un sendero virtuoso trae sus consecuencias en épocas de emergencia.