La Fundación Libertad y Progreso lamenta la decisión oficial de apartarse de sus socios del Mercosur en la negociación de nuevos acuerdos de libre comercio. Esta decisión, adoptada en el limitado ámbito del entorno presidencial, aparta a la Argentina del camino que debería seguir para integrarse al mundo e impulsar su desarrollo.
Además, ha puesto al país al borde de su abandono definitivo del Mercosur. La política de apertura está hoy bien comprendida por los gobiernos del Brasil, Uruguay y Paraguay y lo fue por el de la Argentina cuando acertadamente se buscó y se alcanzó un acuerdo con la Unión Europea, que aún deben convalidar los Parlamentos.
La Argentina debería establecer, como política de Estado, un modelo económico abierto, integrado al comercio internacional, que tenga como objetivo generar una permanente mejora en la productividad y competitividad. Este es el único camino que puede asegurar un crecimiento del salario real y del empleo. De esa forma no solo se potenciarían las exportaciones, sino además, a través de un mayor poder adquisitivo, también el mercado interno.
El proteccionismo está en la esencia del crónico estancamiento de nuestra economía. Los beneficios de la apertura resultan contraintuitivos para el hombre común, circunstancia que ha sido y es aprovechada por quienes abogan y se privilegian con una economía cerrada.
El Mercosur debe converger a un arancel externo común uniforme y moderado y a una estructura institucional compatible con la concreción de los acuerdos de libre comercio que se están negociando, y otros más. La Argentina no debe quedar fuera, pues si así lo hace no tendrá otro destino que el club del atraso.
Para que la Argentina tenga una mejor y mayor integración al mundo, la Fundación Libertad y Progreso elaboró un proyecto que está a disposición de quienes tengan interés en el tema y que se encuentra en el link: