¿Por qué los argentinos ahorramos en dólares?

Analista Económico en Libertad y Progreso.

ÁMBITO FINANCIERO “El que apueste al dólar, pierde”. Esta célebre frase la dijo el exministro de economía Lorenzo Sigaut en 1981, para tratar de convencernos a los argentinos de que dejemos de ahorrar en dólares. Como era de esperarse, la realidad se impuso con una escalada cambiaria.

Hoy el BCRA está llenando de regulaciones al mercado para tratar de controlar el dólar Contado con Liquidación (CCL) y al dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos), y que la brecha con el dólar oficial no se amplíe aún más (actualmente está en el orden del 70%). La imposición del cepo cambiario terminó provocando que las personas busquen dolarizar sus ahorros por medios alternativos.

De esta forma, se ve al Gobierno y al BCRA tratando de tapar agujeros como pueden. Lograron imponer un cepo cambiario que frenó la suba del dólar oficial, pero se dispararon los dólares paralelos. Ahora se busca anclar al dólar CCL con regulaciones espantosas, pero se les escurrirá el dólar blue, que ya cotiza por encima de los $120. Así, el Gobierno impone trabas a los demandantes de dólares, pero queda a la vista que el argentino va a buscar la forma de adquirirlos sea como sea.

Ahora bien, ¿por qué recurrimos continuamente yendo al dólar? Y es que el argentino en realidad no ama el dólar, sino que repudia al peso. Desde 1881 hasta la actualidad, la Argentina tuvo 5 monedas: Peso Moneda Nacional (1881-1969), Peso Ley 18.188 (1970-1983), Peso Argentino (1983-1985), Austral (1985-1992) y el Peso (1992 -actualidad). De esta manera, nuestra moneda perdió 13 ceros desde 1970.

La incapacidad de nuestros gobernantes para mantener el poder adquisitivo de la moneda hace que busquemos preservar el valor del fruto de nuestro trabajo en otra divisa, en este caso, el dólar estadounidense.

En el año 2020, en plena crisis del coronavirus, el peso sigue siendo desconfiable para el ahorrista. Sólo basta con observar cómo les fue a los ahorristas que apostaron por el peso, ya sea depositando sus ahorros en un plazo fijo o invirtiendo en la Bolsa en acciones argentinas (S&P Merval), contra aquellos que simplemente compraron dólares (ver gráfico).

Aquel que puso su dinero en un plazo fijo a 30 días en enero y al vencimiento lo renovó junto con los intereses, (tomando la tasa promedio que informa el BCRA de cada mes) nos da que el rendimiento de dicha inversión es del 10%. Apenas empatando con la inflación acumulada en estos cuatro meses del año. Con menor suerte, aquel que aventuró en la Bolsa argentina tuvo un rendimiento nominal negativo del 23%, tomando como referencia al índice S&P Merval.

En cambio, el ahorrista que colocó sus ahorros en dólares en enero, si observamos cuánto cotiza la moneda extranjera en los mercados paralelos, vemos que hoy sus ahorros se incrementaron en un 47% en el CCL y un 57% con el blue.

El argentino no ahorra en dólares por ser un “antipatria” o por ser opositor al Gobierno. Simplemente lo que busca es evitar que sus ingresos pierdan poder adquisitivo en manos de la inflación. Para volver a ahorrar en moneda nacional primero tenemos que construir confianza y manejar al estado de forma responsable sin caer en el populismo cortoplacista que nos llevó a estar en donde estamos.

(*) Fundación Libertad y Progreso