“Para dolarizar, primero hay que reformar la economía”

LA PRENSA – El ex ministro Domingo Cavallo analizó las posibilidades de que la Argentina cambie su moneda por el dólar o bien que vuelva a instrumentar un esquema de convertibilidad. La política y los préstamos a las provincias dinamitaron el sistema.

La Fundación Libertad y Progreso llevó adelante, en su ya clásico espacio de diálogo virtual destinado a analizar el presente y el futuro de la economía argentina, un encuentro con el exministro de Economía, Domingo Cavallo, y el economista de la UCEMA, Jorge Avila.

Bajo el título La Convertibilidad en debate, los expertos pusieron bajo la lupa la posibilidad de que el país pueda ensayar un programa de dolarización o bien un esquema convertible peso-dólar, a la usanza de la década del ’90, advirtiendo en ambos casos la necesidad de ordenar la economía y disponer de un prestamista de última instancia.

Cavallo detalló su experiencia al frente del Palacio de Hacienda y sopesó entonces la posibilidad de repetir las políticas que lograron eliminar la inflación de cuajo durante el gobierno de Carlos Menem.

* “Argentina necesita una moneda que pueda utilizar para sus transacciones y defender su ahorro. No la veo a la Convertibilidad u otra reforma monetaria como una pieza aislada sino como parte de una reforma integral de la economía”.

* “¿Se podría dolarizar ahora la economía totalmente? No se podría hacer ninguna de las dos cosas. Primero hay que diseñar muy bien cuáles son las reglas de juego de la economía. Si es abierta al mundo o cerrada,  si va a haber un sistema presupuestario riguroso con el cual se controlara las cuentas públicas, si se va a permitir que el sector privado compita en mercados sin que el Estado intervenga distorsionando precios relativos.

* “Podría funcionar con un sistema impositivo que no desaliente la productividad y la inversión y con suficiente flexibilidad en todos los mercados de bienes y servicios, y también de insumos como para que pueda fructificar la capacidad empresaria y de los trabajadores como para producir buenos resultados en términos de nivel de actividad económica y crecimiento. Con un a economía bien organizada sí se puede pensar en una reforma monetaria. Obviamente que la dolarización, para una economía con la experiencia de Argentina, de hiperinflación, estanflación frecuente, y donde la gente encontró que el dólar es una forma de proteger sus valores, es atractiva”.

* “En un contexto como ese el dólar es un elemento indispensable de un buen sistema monetario para esas economías. El tema es si sólo el dólar o en combinación con una moneda local que eventualmente pueda inspirar confianza y volverse una moneda adecuada”.

* “En el año ’91 hubiera sido más sencillo reemplazar los australes por los dólares que estaban en el Banco Central. Había 4.000 millones de dólares para 40.000 millones de australes. Se podrían haber cambiado a razón de 10.000 a 1. Y a partir de ahí decir que el dólar era la moneda, y hubiéramos funcionado como una economía dolarizada. Eso hubiera producido desinflación como ocurrió con la Convertibilidad”.

* “Pero yo pensé que valía la pena al mismo tiempo, legalizando el uso del dólar, siendo de curso legal, intentar crear una moneda propia. En realidad el peso convertible fue la creación de una moneda propia, que se creó como cualquier otra moneda fiduciaria surgida de una caja de conversión con relación al oro o a la plata. Recién después cuando estas monedas inspiraron confianza pudieron desvincularse del patrón y funcionar como monedas fiduciarias manejadas por un Banco Central”.

* “Mi idea en aquel momento fue que si bien legalizaba el uso del dólar y eso iba a servir para eliminar la inflación y crear condiciones de crecimiento, además podíamos tener una moneda propia, al principio respaldada ciento por ciento por dólares porque sino nadie la iba a utilizar, pero que algún día podía independizarse de ese respaldo, en competencia con el dólar”.

* “Esto no era una idea esotérica. Todas las monedas del mundo pasaron por un periodo de caja de conversión y cuando inspiraron confianza pasaron a ser monedas fiduciarias”.

* “¿Qué nos pasó a nosotros? Cuando se dio la oportunidad para que eventualmente dejáramos flotar el peso y a partir de ahí tener la posibilidad de que adquiriera confianza, en competencia con el dólar, en el año ’97 cuando había una enorme entrada de capitales, comenzó a imaginar el presidente que lo mejor era ir a la dolarización completa. Incluso comenzaron a negociar una eventual unión monetaria con Estados Unidos”.

* “Dejaron de lado así la idea de que el peso comenzara a flotar. Eso hubiera detenido esa avalancha de fondos que venían porque si el BCRA no compraba esos dólares el peso se iba a apreciar y frenaría la entrada de dólares. Esa entrada de dólares fue muy mala para la economía argentina porque los bancos fueron exageradamente líquidos y empezaron a prestar mucho. Lo peor fue prestarle a las provincias con garantías de coparticipación. Esa fue la semilla de la crisis financiera”.

* “Cuando los bancos dan crédito a personas que luego no pueden devolverlo, esa es una semilla de crisis financiera. En el caso de Argentina, siempre con la espada de Damocles en el horizonte, cuando se avanzó en esta dirección de muchos préstamos al sector público provincial y se generó el clima de crisis financiero, unida a shocks como la valorización del dólar en el mundo y la devaluación del real, la caída de los precios internacionales, todo eso pegó en la economía argentina que desató expectativas de fuerte devaluación. También subieron mucho las tasas de interés. Se produjo un sudden stop y todo eso condujo a situación muy difícil que requería una reestructuración de la deuda pública”.

* “Las complicaciones políticas hicieron que todo eso fuera abandonado y surgiera la crisis del 2002. La decisión del gobierno de transformar todos los contratos en dólares y pasar de una economía fuertemente dolarizada a una pesificación compulsiva obviamente reintrodujo la inflación en la economía y la desorganizó por completo porque destruyó la base contractual”.

* “Pensando hacia el futuro creo que existe la alternativa de una dolarización total, que la veo políticamente muy difícil en Argentina, o un régimen bimonetario como en el ’91. O un régimen bimonetario sin moneda local atada al dólar, como ocurrió con el sol en Perú”.

* “Esas alternativas están abiertas y podrían ser útiles para salir de la estanflación y el riesgo de la hiperinflación que siempre está latente en Argentina. Pero no se pueden pensar sin una reforma integral del sistema económico argentino, donde el régimen monetario será solo una parte”.

* “Milton Friedman me dijo: Ustedes se equivocaron al prohibir la indexación de los contratos en pesos. Al prohibirlos hicieron que prácticamente estuviera desalentada la firma de contrato a mediano y largo plazo en pesos. Siempre existía la duda de que si se podría sostener el sistema, por eso la gente prefería los contratos en dólares”.

“La Convertibilidad fue la etapa más brillante del país”

A su turno, el economista Jorge Avila, docente de la UCEMA, analizó lo que fue el esquema de Convertibilidad que rigió al país durante la década del ’90, y detalló los errores que no deberían repetirse en caso de que a futuro se intente repetir esta estrategia de política económica.

* “La Convertibilidad fue la etapa más brillante de la economía argentina desde la década del ’30 a la actualidad. Se respiraba un aire vivificante de progreso y de futuro”.

* “La Convertibilidad fue a la vez un régimen monetario, económico y político. Todo esto a la vez fue al Convertibilidad. Sus mayores logros fueron la casi absoluta estabilidad del nivel de precios. Obtuvo al cabo de 3 años un nivel de inflación prácticamente nulo. A su término la inflación se había convertido en deflación”.

* “Luego otro de los logros fue el carácter masivo de las privatizaciones. Nunca en mi vida imaginé que pudiera ocurrir en la Argentina. Luego hubo importantes desregulaciones. La eliminación de las cuotas de importación de productos como autos y la eliminación de retenciones a las exportaciones”.

* “Otro elemento que completó la estabilidad política es que se estableció una política de franco entendimiento con los Estados Unidos. Con el tiempo comprendí que la política económica comienza con la política exterior. Esta es una frase de Alberdi que repetía Menem. Es una frase importante que le da forma a una política económica. Es impensable la Convertibilidad sin un ordenamiento junto a Estados Unidos”.

* “La Convertibilidad fue un éxito fulminante durante 10 años. No hay manera de criticar esto. Fui un entusiasta de la Convertibilidad. En los ’80 proponíamos la Convertibilidad como la salida eficiente. Cuando cayó me pasé 6 años defendiendo las bondades de la Convertibilidad, privatizaciones y la relación con Estados Unidos”.

* “Luego de que cayó la Convertibilidad se convirtió en un fracaso histórico. Ahí perdí la esperanza en la Argentina. Me llama la atención que Domingo Cavallo no la haya perdido. Evidentemente tiene algo de superhombre. Me queda un resquicio de esperanza y reside en que la Argentina en una nueva oportunidad histórica decida sacar de la jurisdicción argentina importantes esferas de la actividad económica: la política monetaria, la bancaria y el comercio exterior. Tengo pocas expectativas de mejoras fiscales porque eso es ámbito nacional”.

* “Repudio, revocación y reversión son los verbos típicos que uno repite cuando habla de la República Argentina. Tenemos el plan Bonex, el repudio a la Convertibilidad, la pesificación de los depósitos, ahora estamos en default por novena vez en la historia. Se estatizaron las AFJP, que fue un tremendo logro. Se confiscó YPF. ¿Entonces qué resquicio de expectativas puede tener uno en el futuro de la economía del país? El país son sus instituciones, no los paisajes. La Argentina vale lo que vale el papel mojado, la Argentina hoy no vale nada”.

* “En la sustitución de la jurisdicción nacional por la extranjera en ciertas áreas, allí reside la esperanza. En el área monetaria mediante una dolarización u opción por el euro. Luego en la parte bancaria y la comercial externa. Toda Europa depende comercialmente de una entidad supranacional. Mientras más abierta es una economía menor es el stress de una salida de capitales”.

* “En la Convertibilidad se cometieron errores, naturalmente. El primer error fue fiscal, el segundo fue de organización bancaria. El tercero fue de comercio exterior”.

* “En general no culpo a Cavallo o al gobierno de Menem. Hay que entender las circunstancias y ponerlas en perspectiva. Llegamos a la Convertibilidad corridos por la hiperinflación. Como la aplicó Cavallo no fue una Convertibilidad sino una caja de conversión”.

* “Fue la pieza maestra de una hiperestabilizacion. Según Llach (Juan José) era la manera histórica y eficaz de la que se habían valido loss países de la Europa del centro para superar la hiperinflación. Creo que tenía razón.

En materia fiscal mi crítica es débil: es el gasto público. El gasto se había escapado. A lo largo de la década del 90 el gasto primario consolidado fue 27% del producto. Fue básicamente el mismo que en la década del ’80. Y siguió igual hasta el 2005. A partir del 2006 el gasto sufrió una atropellada volcánica. Saltó de 27% a 44%”.

* “Ese tremendo salto es imposible de ser acompañado por la recaudación impositiva. Esta es la razón del fracaso y la caída de Macri. No estuvo a la altura de las circunstancias. No supo, no pudo o no quiso lidiar con 44 puntos de gasto público”.

* “La Convertibilidad no hizo una reforma básica e importante. Si se produjese a futuro esa oportunidad de cambio nuevamente, habría que provincializar la recaudación de los impuestos nacionales. Que cada provincia recaude su IVA y su impuesto a las Ganancias. Así se fortalecerán las autonomías y se le pondrá un límite al poder presidencialista”.

* “Otro error importante que no habría que volver a cometer es que hay una inconsistencia fundamental entre el encaje fraccionario sobre los depósitos de los bancos y un tipo de cambio fijo. El encaje fraccionario exige un prestamista de última instancia que lo rescate cuando haya una corrida sobre los depósitos”.

* “Lo último es que la economía se abrió muy poco. El coeficiente de exportación, exportaciones como porcentajes del PBI, llegaron a poco más del 10% en el 98. Es bastante, creció mucho la exportación, y el PBI también. Pero igual no hay que olvidarse que la economía argentina venía de ser la más cerrada del mundo y siguió siendo cerrada”.

* “Argentina exporta desde la década del ’40 menos de 10 puntos del producto. Es ridículamente cerrada. Cavallo hizo cosas por abrirla, pero la economía siguió siendo cerrada”.

* “La falla principal de la Convertibilidad es que dependía de una ley interna, dependía del Congreso de la Nación, que la revirtió”.