El control en el tipo de cambio dinamitó las exportaciones y paradójicamente agravó la falta de dólares
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) las exportaciones cayeron 15%, en la medición suma móvil de doce meses, desde el momento en que se implementó el cepo en septiembre de 2019. De esta manera, las exportaciones pasaron de US$64.044 millones a US$54.486 millones. Lo mismo ha sucedido en el cepo del 2011. Desde que se instaló el cepo en octubre del 2011 y hasta diciembre 2015 (momento en que se levantó), las exportaciones cayeron alrededor de un 30%, mientras que en el cepo actual iniciado en septiembre del 2019 y con datos hasta diciembre 2020, las exportaciones mermaron en torno al 15%, pero en ¼ del tiempo transcurrido.
La caída en las exportaciones es un gran problema para Argentina principalmente por dos razones. En primer lugar, porque se limita el ingreso de dólares en un país que se encuentra muy necesitado de divisa extranjera. Por otro lado, luego de la implementación del primer cepo, la Argentina entró en un estancamiento económico del que no salió nunca y ahora se repite una vieja receta que sabemos que no da resultado.
Iván Cachanosky, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso manifestó que “sorprende la falta de reacción de un gobierno que pareciera estar muy preocupado por los dólares que se van, pero no por los pocos que ingresan”. Además, agregó que “El cepo genera aún más desconfianza a la hora de realizar inversiones. Es una cuestión instintiva, nadie entra en donde no puede salir. Por ejemplo, si un hincha de un equipo de fútbol sabe que a la salida del partido lo esperará la barrabrava rival, lo más probable es que no vaya a la cancha. Similarmente, nunca ingresarán dólares si después no pueden salir producto de un cepo”.
Finalmente, el economista advirtió que “Se debe tener en cuenta que salir del cepo no garantiza el crecimiento económico, es una condición necesaria pero no suficiente para recuperar la competitividad”. La existencia del cepo no es más que uno de los tantos “parches” que vienen utilizando los últimos gobiernos de turno, que se caracterizan por ser medidas que ganan tiempo, pero que nunca solucionan los problemas de fondo. No obstante, Argentina vuelve a tener una oportunidad en el marco de la renegociación con el FMI. Si el gobierno presenta un plan económico que brinde confianza, sería un gran primer paso para recuperar el terreno perdido. De todos modos, se debe tener en cuenta que la crisis es política y que no alcanzará solamente con tener un plan económico consistente.