Agustín Etchebarne
Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
IPROFESIONAL – Las variables más predominantes para los argentinos, como dólar e inflación, se encuentran en un tenso momento.
El tipo de cambio está “anclado” artificialmente por el cepo y otros instrumentos oficiales, mientras que los precios de la economía ascienden niveles preocupantes, a pesar que las tarifas de los servicios se encuentran prácticamente ancladas.
Para analizar esta situación, iProfesional entrevistó al economista Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso.
Menciona la posibilidad que todas las restricciones generen una “gran crisis” tarde o temprano, e incluso advierte sobre una posible “megadevaluación” tras las elecciones.
-En pleno año electoral, ¿cómo puede llegar el Gobierno sin turbulencias cambiarias a octubre?
-El Gobierno tiene un plan inflacionario, que consiste en emitir para financiar la parte del déficit fiscal que no puede financiar con deuda. Eso implica una desvalorización del peso. Pero como es un año electoral, hará todo lo posible para que, esa desvalorización del peso, no se traduzca rápidamente en aumento de precios. Para eso tratará de retrasar todo el tiempo posible el aumento del dólar, además de los controles de precios y el retraso tarifario.
-¿Cómo puede jugar el nivel de las reservas en este sentido?
-Con los ingresos por la venta de la cosecha con precios altos y con el impuestazo a la riqueza, el Gobierno tiene un primer semestre relativamente tranquilo en cuanto a reservas. Sobre todo, esto se debe a que espera que el FMI le otorgue cerca de u$s3.000 millones, que alcanzarían para pagar el vencimiento de mayo con el Club de París.El precio del dólar está contenido por la pandemia y el cepo, el interrogante será hasta cuándo servirá esta estrategia.
-La inflación de marzo fue muy alta con el 4,8% y ronda el 4% en abril, ¿puede seguir en este nivel y cómo puede impactar en los próximos meses?
-La tasa de inflación es el talón de Aquiles del plan oficial porque, a pesar de todos los controles, el primer cuatrimestre del año rondó el 4% mensual, cifra que significa más de un 60% anualizado. De esta manera, el Gobierno tratará de frenarla un poco hasta las elecciones, pero el costo será una acumulación explosiva de la deuda del Banco Central, que estallará tarde o temprano.
-Hoy por hoy las tasas de interés para el ahorro están por debajo de la inflación, ¿cómo puede jugar esto en la tenencia de pesos y qué puede ocurrir?
-Las tasas de interés de la deuda remunerada del Banco Central, de las Leliqs, son del 66% anual. Y entre pases pasivos y Leliqs, la deuda de este organismo supera el 124% de la masa monetaria. Esto implica que es una deuda impagable, salvo que se genere una megadevaluación, que puede ocurrir luego de las elecciones.
-Ante la falta de acuerdo con el FMI por las elecciones y el agravamiento del Covid, ¿cuál es el panorama que prevé que elija el Gobierno encarar para encausar la economía?
-El Gobierno fracasó en el manejo de la pandemia, esto es fácil de demostrar, debido a que Argentina está en el puesto número 14 en el total de muertos por Covid, mientras que ocupa el puesto 32 en el ranking de población.
Pero también fracasó en la economía, que cayó 10% el año pasado, el doble que nuestros vecinos. El Gobierno es probable que siga poniendo medidas controvertidas que limitan las libertades, porque prefiere estar discutiendo sobre el Covid que sobre la economía. Es más fácil culpar al virus y a la gente que circula que explicar por qué sigue subiendo la inflación.Las deudas que el Estado tiene en dólares pueden presionar al Gobierno y al precio del tipo de cambio, según Etchebarne.
-¿Cómo ve la economía para este año más allá de los deseos oficiales?
-Este año la economía se venía recuperando por la salida de la cuarentena y por los altos precios agropecuarios. Sin embargo, a mediano plazo, la actividad se estancará, y luego puede sobrevenir un estallido inflacionario. Sobre todo si la gente empieza a huir del dinero, cosa que suele ocurrir luego de varios años de inflación galopante.
En sí, Argentina no tiene credibilidad y, por lo tanto, no puede lograr un crecimiento sostenido basado en la inversión. Para colmo, el impuesto a la riqueza (llamado “ahorro solidario”) será pan para este trimestre, pero hambre para los próximos años, porque producirá varios efectos muy negativos para la economía.
-¿Por qué sostiene esto?
-Ya ha provocado la fuga no sólo de capitales, sino también de empresarios exitosos, creativos y productivos, como los creadores de los unicornios argentinos. Pero, además, se transformó en un inmenso incentivo para “informalizar” la economía.
Es decir, el futuro, a mediano plazo, es probable que encuentre a la Argentina en medio de una nueva gran crisis. La buena noticia es que hay una nueva generación de argentinos muy jóvenes que está comprendiendo el problema, y que está en búsqueda de un nuevo liderazgo político que lo represente.
Tal vez en octubre veamos si esto se traduce el armado de una nueva tercera fuerza que dispute el poder en Argentina.-