Análisis del impacto de las nuevas restricciones en las pequeñas y medianas empresas

NOTA AL PIE – La amenaza del Covid 19 influyó para que autoridades de varios países establecieran medidas preventivas para inhibir la propagación del virus. Muchos gobiernos determinaron cuarentenas que limitaron la circulación de personas. Las medidas implementadas incluyeron la limitación e inclusive la prohibición de determinadas actividades económicas en rubros específicos.

Argentina se encuentra entre los países que más medidas restrictivas aplicó, con el consecuente perjuicio a su sector productivo. Para conocer en detalle el impacto que han tenido estas limitaciones en las PYMES, Nota al Pie dialogó con  Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso. Éste es un centro de investigación en políticas  públicas. La entidad cuya sede se ubica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se aboca a estudios de reforma del Estado, análisis de comercio exterior, defensa, educación, entre otros.

¿De qué modo ha afectado la pandemia y la cuarentena a las Pymes?

El año pasado, a raíz de las restricciones sanitarias llevadas adelante por el gobierno, cerraron 41.200 pymes, quedando afectados más de 185.300 trabajadores. Los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar. 

¿Cómo evalúa usted las medidas de restricción que han adoptado tanto el gobierno nacional como CABA y provincias?

En el 2020 muchas de nuestras empresas debieron afrontar una crisis de liquidez y solvencia; luego de nueve meses en las que vieron sus actividades totalmente restringidas. Y bajo este contexto, muchos de nuestros políticos tan nacionales y populares en vez de ajustarse ellos y eliminar sus privilegios para alivianar la situación a las Pymes, decidieron no hacer nada y llevar a la quiebra a miles de emprendimientos. Esta postura ha tenido como resultado decenas de personas en la calle.  Éste año, la situación vuelve a repetirse y las consecuencias van a ser desastrosas. 

Uno de los sectores más afectados por la cuarentena fue el gastronómico. ¿Qué mirada tiene usted de las restricciones a ese sector y las asistencias brindadas desde el Estado a esa actividad?

Es una realidad que el sector gastronómico hoy se encuentra en total emergencia. Lamentablemente, todas las asistencias, vuelven a ser insuficientes. Es necesario exenciones totales impositivas, financieras y patronales. Hay que ayudar a solucionar el problema de liquidez y hasta que no lo hagan, la situación del sector gastronómico no va a mejorar. 

El presidente de la Nación días atrás dispuso mayores restricciones. ¿Cómo cree que impactará en las PyMEs?

Muchas PyMEs que se endeudaron el año pasado porque confiaban en que este año la situación iba a mejorar, se van a dar un golpe muy fuerte. Y es muy probable que muchas de ellas no puedan refinanciarse y entren en quiebra, con el consecuente incremento de desempleo que eso genera. Por otra parte, muchas van a tener dificultades en pagar los salarios, en encontrar financiamiento y van a empeorar sus ratios de liquidez y solvencia. 

Desde presidencia de la Nación anunciaron medidas de ayuda a las PyMEs mediante un programa que se llama REPRO orientado a la recuperación productiva. ¿Qué opina usted de ese programa?

No ayudan, ya que no solucionan los problemas de fondo. Son parches como la mayoría de las medidas económicas llevadas adelante por el gobierno. Nuestro país requiere una serie de reformas estructurales que le aliviane la situación a las empresas. Los principales desafíos que deben afrontar las empresas en nuestro país son: falta de estabilidad jurídica, alta inflación; altos impuestos y regulaciones exorbitantes. Argentina es uno de los países con más riesgos y vulnerables de la región. En el índice de Calidad Institucional, en 2020 la Argentina cayó seis posiciones. Quedamos en el puesto 112 de 189 países, nos encontramos entre los peores del mundo. 

¿Y como estamos en materia de transparencia?

Nosotros en el año 2020 hemos retrocedido muchísimo en materia de corrupción. Según el índice de Percepción de Corrupción, elaborado por la Organización de Transparencia Internacional, la Argentina retrocedió doce lugares. Ahora nuestro país se encuentra por debajo de países como Botswana, Sudáfrica, Ghana, Rwanda, Jamaica, en materia de corrupción. Eso marca una clara pauta de hacia dónde vamos en materia institucional. 

Argentina está entre los países con más carga impositiva del mundo. ¿Cómo afecta esa circunstancia a las PyMEs?

Tenemos impuestos que son los más altos del mundo. La Argentina es uno de los países de la región que más impuestos cobra a sus empresas. Las empresas argentinas pagan en impuestos un 106% por sobre sus ganancias. Es decir, de cada 100 pesos que gana un empresario, 106 pesos le debe pagar al Estado. Mientras que, sólo con cruzar el río, en Uruguay estarían pagando cerca del 42% de su ganancia y, cruzando la cordillera, en Chile no superarían el 34%. 

El mes pasado hubo un emprendedor cordobés que quiso instalar una heladería con cuatro empleados. Fue noticia en los medios nacionales porque relataba que tuvo que realizar treinta y un trámites para lograr habilitar su comercio. ¿Qué tanto afectan las exigencias gubernamentales a las PyMEs?

Muchísimo. Los que logran iniciar cualquier negocio en nuestro país pueden considerarse sobrevivientes. Según el Banco Mundial, el tiempo para iniciar un negocio en Argentina es de doce días, cuando en chile es de cuatro días, en Uruguay de siete y en Colombia de diez. Definitivamente, nuestro sistema es completamente corrosivo e insostenible.

Estamos en un año electoral con PyMEs que están quebradas o en emergencia. ¿Cómo cree que incidirá ese contexto en el proceso electoral?

En un año electoral vamos a ver a muchos llenándose la boca hablando de las PyMEs, sacándose fotos con emprendedores como si ellos tuviesen algo que ver en que esa empresa familiar milagrosamente todavía siga a flote. Los políticos van a hacer lo de siempre, van a seguir fingiendo empatía y solidaridad mientras les exigen más y más a través de impuestos exorbitantes el fruto de sus esfuerzos. Todo en esta vida se demuestra con hechos, no palabras. Aprendamos a exigirles como ciudadanía a los políticos que nos demuestren con reformas económicas lo interesados que están en nosotros.