Los plazos fijos que ajustan por inflación y que fueron los preferidos por los ahorristas en el primer semestre, pueden verse opacados en el corto plazo

Foto Ivan Cachanosky
Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

IPROFESIONAL – Las alarmas comenzaron a sonar. Se está evidenciando un menor atractivo por parte de los ahorristas hacia los plazos fijos UVA, una de las inversiones “estrella” del primer semestre, debido a que se está poniendo en duda su rendimiento futuro, en base a las proyecciones del mercado de descenso del nivel de inflación.

Una situación que desalienta aun más la colocación de los ahorros en estos instrumentos que ajustan por el índice CER, debido a que requieren dejar inmovilizados los pesos por un lapso superior a los 90 días. Un período que, en Argentina, suena a eterno, por la incertidumbre que existe en un año electoral.

Lo cierto es que son varios los economistas que están alertando que, en los próximos meses, el plazo fijo UVA puede perder tanto frente a lo que paga la versión tradicional como frente al avance del precio del dólar libre.

“Me extraña un poco, bajaron muchísimo las consultas para hacer plazo fijo UVA”, alerta a iProfesional Javier Dicristo, gerente de Inversiones de Banco Meridian.

Por lo pronto, en el primer semestre del año, este instrumento fue el que más creció entre los ahorristas, debido a que duplicó su participación entre las colocaciones. Esto se debe a que a finales del año pasado representaba apenas el 2,5% del volumen de todos los depósitos tradicionales, mientras que hoy la proporción se duplicó al 5% del total.

Para Iván Cachanosky, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, el protagonismo del plazo fijo UVA tiene dos ingredientes claves: la intervención del Gobierno en los precios de los dólares bursátiles y la aceleración de la inflación.

Además, fue favorecido este tipo de colocación porque también perdió atractivo el plazo fijo tradicional, que paga un interés del 3% mensual (37% anual), un nivel inferior al de la suba de precios.

En los últimos seis meses publicados por el Indec, la inflación promedio fue del 4% mensual. Esta cifra superó el promedio mensual del segundo semestre del 2020, que fue del 3,1%, y que empató en esa época con el rendimiento del plazo fijo tradicional.

“Ante la escalada de precios, el plazo fijo UVA se volvió más atractivo, dado que el instrumento ajusta por inflación más un 1% anual, lo que garantiza de mínima empatarle a la inflación”, resume a iProfesional Cachanosky.

En resumen, durante 2021, cada mes ofreció un punto porcentual más (4%) que la alternativa tradicional (3%). Aunque la actual tendencia bajista de los precios puede modificar esta ecuación.

“Si a esto le sumamos que el Banco Central comenzó a mostrar a finales del año pasado que iba a intervenir fuertemente en el mercado cambiario, las señales estaban dadas para que este instrumento crezca, y así fue. Recordemos que el dólar paralelo alcanzó máximos a fines de octubre del año pasado, y las intervenciones hicieron que el tipo de cambio retroceda gran parte del terreno avanzado”, agrega.En el corto plazo, la inflación podría seguir en niveles más bajos del interés que pagan los plazos fijos tradicionales.En el corto plazo, la inflación podría tocar niveles más bajos del interés que pagan los plazos fijos tradicionales.

Plazo que juega en contra

Existe una gran diferencia entre el plazo fijo tradicional y el plazo fijo UVA relacionada con los tiempos, factor que puede ser determinante para el ahorrista en tiempos de volatilidad e incertidumbre política y económica, sobre todo en un año electoral.

Esto se debe a que las colocaciones tradicionales son a 30 días, mientras que las UVA, que siguen al índice de Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), que refleja la evolución de la inflación, es a 90 días.

“Por estas razones, el panorama para el plazo fijo UVA fue más claro en el primer trimestre, y ya fue un poco más arriesgado en el segundo trimestre. A pesar de ello, rindió un 24% en los primeros 6 meses, y le ganó así tanto a la variante tradicional (18%) como también a los dólares MEP (17%) y contado con liquidación (18%)”, resume Cachanosky.

Próximos meses: ¿conviene plazo fijo UVA?

La duda que se plantean varios economistas para los últimos meses del 2021 es si, de confirmarse las proyecciones de descenso de inflación, los plazos fijos UVA serán tan atractivos y rendidores como en el primer semestre del año.

“Particularmente, opinó que sigue siendo una buena opción para seguir la inflaciónpero el recalentamiento del billete estadounidense en estos últimos días podría volcar la balanza hacia esa elección”, advierte Dicristo a iProfesional.

Por su parte, Juan Pablo Albornoz, economista de la consultora Ecolatina, acota que, a mediano plazo, para quien busque cobertura inflacionaria, los plazos fijos UVA son una buena opción”.

Además, completa que “todo pareciera indicar que en los próximos meses la inflación tendería a bajar gradualmente, por el freno de mano al dólar oficial principalmente. Si bien la reapertura de paritarias podría meter presiones por esta vía, no lo veríamos inmediatamente este efecto, principalmente, porque los aumentos se dan en cuotas”.

Ahora bien, para el muy corto plazo, Albornoz considera que el plazo fijo UVA, “quizás, tenga un menor rendimiento que el que vienen mostrando y sea más conveniente pararse en, por ejemplo, los fondos comunes de inversión (FCI) de tasa fija, que lograrían ganarle a la inflación en estos dos o tres meses”.

También suma un dato no menor de este instrumento, respecto al mencionado hecho que “obliga a tener la plata parada, por lo menos, 90 días, y a lo sumo paga CER más 0,25%, contra un FCI que puede tener algo de deuda CER y también instrumentos a tasa fija, que podrían darle más rendimiento. Encima, con un fondo común se puede tenerla liquidez en dos días hábiles, como mucho, para aprovechar otras oportunidades de inversión”, completa.

Asimismo, se deberá considerar en el segundo semestre el desempeño que tendrán dos variables fundamentales que analiza todo ahorrista, que son inflación y tipo de cambio.

“No todo es color de rosa, no debemos olvidarnos que el rendimiento de los dólares paralelos se encuentran fuertemente reprimidos por las intervenciones del Banco Central y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS)”, sostiene Cachanosky a iProfesional.La inflación y el comportamiento del precio del dólar pueden modificar las elecciones de los ahorristas.La marcha de la inflación y el comportamiento del precio del dólar pueden modificar las elecciones de los ahorristas respecto a los plazos fijos.

En materia de inflación, el promedio de las últimas proyecciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) publicado por el BCRA, pronostica una suba de precios que se ubicaría cerca del 3% mensual para los próximos meses.

De esta manera, el atractivo observado durante el primer semestre con los plazos fijos UVA, según Cachanosky, podría “ir perdiendo relevancia“, ya que la inflación volvería a ubicarse en niveles cercanos al 3%, empardando con el plazo fijo tradicional.

“Los ahorristas podrían verse interesados en volver a las colocaciones tradicionales, ya que son por 30 días, y no de 90 días como en el caso de las UVA. Este último punto es importante porque le da más margen de maniobra a los ahorristas en caso de que quieran cambiar a otro instrumento, como puede ser pasarse al dólar MEP contado con liquidación”, finaliza este economista.

Este último punto también es uno de los aspectos que puede influir en las colocaciones en pesos, porque si aumenta la inestabilidad, se prevé que los ahorristas pueden refugiarse en la moneda estadounidense.

“En las últimas semanas, el mercado cambiario ha mostrado ánimos de despertarse un poco. Esto es normal en contexto de elecciones. El problema es que, las reservas escasean y la falta de un plan económico combinado con incertidumbre inflacionaria hace que la moneda dura se vuelva atractiva”, sostiene Cachanosky.

Y concluye: “Con estos contextos, no sería de extrañar que los ahorristas que se pasaron al plazo fijo UVA vuelvan al tradicional, por lo menos por un mes, para tantear la evolución de la inflación y del tipo de cambio, en lugar de volver a atarse durante 90 días”.

Por lo tanto, si la inflación tiende aacercarse nuevamente a un 3% mensual, mantenerse en el plazo fijo tradicional le brinda al ahorrista una flexibilidad ante una eventual suba del tipo de cambio.

Por el contrario, si el Gobierno no logra reducir la inflación hacia esos niveles, “es probable” que algunos ahorristas continúen utilizando como instrumento el plazo fijo UVA.Te puede interesar

Igualmente, según Cachanosky, un escenario en donde la inflación baje considerablemente y que el plazo fijo tradicional otorgue alguna ganancia, en términos reales, es de “muy difícil ocurrencia”. Es decir, se espera más un “empate” en la rentabilidad de esta herramienta financiera, que un cambio abrupto de la situación actual.

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