Trabajadores y jubilados, víctimas de un fenomenal ajuste por inflación

Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

Por Miguel Angel Rouco para Marcelo Benelli – La administración de Los Fernández continúa aplicando un fenomenal ajuste por inflación que va deteriorando la capacidad de compra de los trabajadores y jubilados, a expensas de un gasto público improductivo. Las ventas en los supermercados aumentaron en junio contra igual mes de 2020 casi un 50%, lo que revela un marcha similar al aumento de la inflación, es decir, el consumo no subió.

Esto demuestra que a pesar de la enorme emisión monetaria y el congelamiento del tipo de cambio, herramientas archi utilizadas para generar el efecto riqueza en el bolsillo de los argentinos, la política económica de Los Fernández fracasó.

Según datos del BCRA la base monetaria retomó una política expansiva. En mayo de este año la base monetaria era $2,526 billones y en agosto (con datos al 18 del corriente) ya supera $2.948 billones, es decir un 16,7% más, según consigna en un informe la Fundación Libertad y Progreso (FLyP).

El economista jefe de la FLyP, Iván Cachanosky, indicó que se producirá una profundización en la emisión y un ritmo de inflación del 3% mensual hasta los comicios en noviembre.

“En las últimas semanas, el comportamiento del BCRA volvió a cambiar a su faceta preferida, la heterodoxa y la emisión vuelve a ser protagonista de cara a las elecciones legislativas. Es de esperar que de aquí en adelante el nivel de la emisión monetaria crezca y esto, por supuesto, agravará los problemas de inflación para el próximo año. De aquí a las elecciones lo más probable es que transitemos con una inflación cercana al 3% mensual, para que post elecciones sea más elevada”.

Cachanosky explicó que “desde que Alberto Fernández asumió la presidencia, el BCRA mostró dos facetas en el manejo de la política monetaria. La primera es la expansiva, la cara heterodoxa del gobierno que consiste básicamente en imprimir billetes a ritmo elevado. Este comportamiento se observó hasta agosto del año pasado cuando la evolución de la base monetaria alcanzó un pico del 77% interanual; el problema es que la inflación comenzó a acelerarse y esto asustó al gobierno”.

El economista sostuvo que “la segunda cara de la política monetaria duró desde agosto del año pasado hasta mayo de este año. En esta fase se observó un apretón monetario considerable. Los elevados niveles de inflación mensuales generaron tal grado de preocupación que el BCRA mostró una cara ortodoxa, reduciendo el nivel de la emisión monetaria. Esta faceta es la que no le gusta ni al gobierno ni al BCRA, pero se llevó a cabo por miedo más que por convicción”.