Plazos fijos: 3 claves a tener en cuenta tras el dato de inflación

Aldo Abram
Director Ejecutivo en Libertad y Progreso

ÁMBITO FINANCIERO El Directorio del Banco Central (BCRA) decidió dejar la tasa de interés sin cambios entusiasmado por una posible desaceleración de la inflación para los próximos meses, luego de que septiembre marcara un 6,2%. Tras este dato, los ahorristas se debaten qué hacer con los pesos que quedan en el bolsillo de acá a los próximos tres meses. ¿Plazo fijo tradicional, plazo fijo UVA o dolarizar? En esta nota, las tres claves a tener en cuenta.

1. El movimiento del Banco Central

El Banco Central viene subiendo la tasa de interés mes a mes, durante todo el año. En la última ocasión, llevó la Tasa Nominal Anual (TNA) al 75%, lo que equivale a una tasa efectiva mensual (TEM) del 6,25% y una efectiva anual (TEA) del 107%.

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Según trascendidos, la decisión del organismo liderado por Miguel Pesce, de no subir la tasa esta vez estuvo motivada por la preocupación que, de seguir con el alza de tasa, se alimente el déficit cuasifiscal mediante las Leliq y encarezca el reducido nivel de crédito existente con su consecuente freno de mano aún mayor a la economía.

¿Qué pasó entonces con los ahorristas que tenían plazo fijo tradicional? según el economista Aldo Abram, Director Ejecutivo de Libertad y Progreso en diálogo con Ámbito con la última suba de la tasa de interés del 75% que fijó el BCRA, “la verdad que hacer un plazo fijo es una apuesta de cortísimo plazo para mantener la liquidez y no correr el riesgo de volatilidad del tipo de cambio paralelo. Pero claramente era para perder plata porque no redituaba. Es cierto que si lo tuvieras en efectivo, tendrías menor poder adquisitivo que antes. Con esta tasa al menos pudiste empatarle a la inflación”.

En el último informe de política monetaria, el BCRA sostuvo que continuará “ajustando las tasas de interés para mantenerlas en terreno positivo en términos reales (…) monitoreando la situación macroeconómica y calibrando las tasas de interés de referencia”. Al Banco Central le quedaba un margen para no subir las tasas esta vez.

Para los ahorristas, esta decisión brindó una certeza: si el Banco Central estima que la inflación se reducirá en los próximos meses, la tasa será positiva. También vale resaltar, que si bien la tasa no fue positiva – ni negativa- en términos reales en septiembre, la ganancia anual supera a la inflación esperada para el 2022.

2. El juego entre el dólar y la inflación

Algo que mira de cerca cualquier persona que desea invertir en Argentina, es el tipo de cambio. Claudio Caprarulo, Director de la consultora Analytica sostuvo que “el dato de inflación de septiembre se ubico por debajo de las expectativas. Uno de los motivos es la estabilidad cambiaria que se logró en gran medida por el aporte del dólar soja. Una situación que ya se está revirtiendo, a eso responde tanto nuevamente la posición vendedora del Banco Central en el mercado de cambios y la respuesta del gobierno por ejemplo con modificaciones sobre el cepo y nuevas cotizaciones de dólares”.

Aldo Abram coincidió y aseguró que la expectativa positiva que logró Sergio Massa “se está perdiendo” y se ve reflejado en la suba de los dólares . Para Abram, “todavía no parece que la tasa de interés le pueda ganar al dólar lamentablemente. Yo veo hacia adelante que mejor ponerse en dólares”.

“Creo que la incertidumbre va a aumentar y hablás también de una suba de tipos de cambio paralelos. Veo a la brecha ampliándose. La gente cuando más incertidumbre tiene, menos consume, menos invierte y más ahorra en un activo extranjero cubriéndose del riesgo de la Argentina“, sentenció.

Para Caprarulo, en un contexto complejo como el actual “siempre hay que diversificar” al mismo tiempo que sostuvo que “para pequeños ahorristas los plazo fijo UVA son una gran herramienta para protegerse frente a la inflación. Y ante los riesgos de un salto en la devaluación, las obligaciones negociables en dólares corporativas también”.

3. El Plan de Estabilización

También se hace presente un elemento que podría ser disruptivo: el famoso “Plan de Estabilización”. Un plan de estabilización clásico, tendría en cuenta las siguientes medidas: subir fuerte la tasa de interés, reducir el sobrante monetario y regularizar los precios relativos para romper la inercia.

Pese a que esta vez no lo hizo, Caprarulo sostiene que el Banco Central debería sostener “su política monetaria de aumento de tasa de interés”. Abram, coincidió: “la jugada tiene que ser bajar fuerte el crecimiento de la oferta de dinero para desincentivar la caída del poder adquisitivo y para eso va a tener que subir la tasa de interés fuerte. Si no lo hace, es la inflación la que va a subir”.

Pero “de no avanzar – con la suba de tasas- una lectura posible es que se está guardando esa carta para un plan de estabilización, porque de llevarlo a cabo el salto en la tasa de interés de la política monetaria debería ser importante”.

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