Qué hay detrás de la nueva suba del dólar

Jefe de economía de Libertad y Progreso

Jefe de economía de Libertad y Progreso. Profesor Economía Internacional en Universidad del CEMA, Profesor ayudante de Análisis Económico y Financiero en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires,Asesor en la Secretaria de Comercio Exterior la Nación yAsesor Secretaria de Comercio de la Nación.

Mg. en Economía y Lic. en Economía Universidad del CEMA

LA NACIÓN Las señales de descoordinación que volvieron a aparecer en el manejo de la política financiera, cambiaria y monetaria del Gobierno son las que propician la escalada que iniciaron los precios libres del dólar. Eso, ayudado por la emisión que hace el Banco Central (BCRA) para comprar títulos de la deuda en moneda nacional -en un intento por sostener sus precios- y la liberación del 42% de los pesos que mantenía esterilizados en lo que va del mes, algo que ocurrió ayer. Se trató de un intento por mejorar las chances de financiamiento del Tesoro pasado mañana, cuando concrete otra subasta.

El paso de una política monetaria que venía siendo contractiva desde la última crisis cambiaria de fines de julio y comienzos de agosto último a otra que pasa a ser neutra o incluso algo expansiva se da en momentos en que el propio secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, reconoce que vuelve a registrarse una manifiesta debilidad en la demanda de pesos.

“Estamos experimentando una baja en la demanda de dinero. En términos macro, eso es equivalente a aumentar el déficit”, sostuvo ayer en un evento organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

Lo curioso es que lo hizo al mismo tiempo en que el BCRA validaba una expansión de la oferta monetaria en $222.585 millones, al aceptar ofertas de compra por sus Letras de Liquidez (Leliq) por $765.039 millones en una jornada en que le vencían $978.076 millones. Con ese movimiento, volcó al mercado en una jornada el 42% de la masa de pesos que llevada esterilizada por esta vía en el mes.

Toma envión (y tiene con qué)
Toma envión (y tiene con qué)

Es un dato que no pasó para nada inadvertido en el mercado y que estuvo detrás de la suba cercana al 3% que se anotaron en la jornada de ayer tanto el dólar blue como los dólares financieros (antes que el Gobierno interviniera en el mercado para bajarlos algo a última hora) o del 1,3 al 1,8% que muestran.

Las dudas sobre las chances del “Plan Aguantar”, con que el Gobierno intenta completar su mandato sin padecer una crisis disruptiva que pudiera acelerar su final (al estilo de lo sucedido con la administración de Raúl Alfonsín a fines de los ‘80) no solo están relacionadas con el nuevo (y esperable) proceso de erosión que padecen las reservas netas del BCRA, sino también con la sustentabilidad de la deuda en pesos, en momentos en que pasó a depender del financiamiento en el mercado local para cubrir su déficit sin poner en riesgo el acuerdo con el FMI.

“El riesgo más inmediato es en pesos, no en dólares. El gran volumen de deuda del BCRA intensificará cualquier crisis cambiaria, a medida que los acreedores de la deuda en pesos optan por cambiar la composición monetaria de sus carteras y hacen subir el tipo de cambio”, advirtió por caso hoy el economista Gabriel Torres, vicepresidente y analista senior de Moody’s para Argentina.

“Es un riesgo con impacto macroeconómico. El Central, al pagar deuda, crea esos pesos. Eso crea más pesos en el mercado que se ve obligado a esterilizar. Lo que estamos viendo es que esa cantidad de deuda contra la economía o base monetaria ha pegado un salto. En 2020 era el 5% del PBI y hoy ya está por encima del 10%, en el primer caso, y ya es dos veces la base monetaria”, detalló.

La evaluación de Torres recogió los resultados de una encuesta que Moody’s hizo entre los representantes de empresas que participaron de su evento. Ella mostró que el 44% de los consultados consideró que el Gobierno enfrenta un riesgo “alto” para poder cumplir con su plan de financiamiento por el mercado y otro 39% lo consideró incluso “muy alto”.

Esos temores se acrecientan por las intervenciones que el BCRA hace sobre el mercado para sostener los precios de los bonos emitidos con CER, básicamente, dado que se los compra a inversores que tenían liquidez extra u “ociosa” allí invertida y que recuperan sin tener muchas alternativas para derivarla a otra inversión a la vista. “No te dejan comprar dólares, no te dejan comprar Cedears, etcétera, es lógico que parte se deriva al dólar”, explicó hoy el economista y consultor Fernando Marull.

Lo que no se entiende en el mercado es que el Gobierno valide mecanismos de inyección de más pesos en este contexto.

Los alertas de octubre

El muy sensible equilibrio que mostraba la oferta y demanda monetaria había sido advertido días atrás mediante un informe realizado en base a estadísticas oficiales por la Fundación Libertad y Progreso (FLyP). “La velocidad de rotación de la Base Monetaria (BM) se aceleró hasta llegar a 5,8 días en octubre, equivalente a 7,1 días menos que en el segundo trimestre de 2020, cuando era de 12,9. Esto implica que la velocidad de circulación de la BM se aceleró 55% en 28 meses, reflejando la mayor caída en la demanda de dinero desde las PASO de 2019″, señaló.

BASE MONETARIA BANCO CENTRAL

Eso no fue todo. “La velocidad de circulación cayó de 14,9 días en el II trimestre de 2020 hasta 8,8 días en octubre de 2022. En comparación, para el promedio 1987-1990 la velocidad de circulación del M1 era de 7,5 días. Mientras que, previo a la hiperinflación de 1989, la rotación se daba cada 4,7 días”, agregó

El economista jefe de FLyP, Eugenio Marí, alerta que eso muestra que “los desequilibrios macroeconómicos argentinos hacen que el país coquetee con la hiperinflación, como bien mencionó el viceministro de Economía”, en alusión a sus últimas exposiciones ante el Senado para explicar el proyecto de Presupuesto 2023. “Para evitar este desenlace y que Argentina empiece a crecer es necesario una combinación de medidas fiscales, monetarias y productivas que simultáneamente devuelvan la sostenibilidad fiscal, bajen la inflación y devuelvan los incentivos a la inversión y la producción en el sector privado”, acotó.

El temor de los operadores está vinculado, además, al impacto que esta nueva corrida cambiaria, de persistir, pudiera tener en la apuesta oficial para aplacar algo la inflación. Es otra amenaza condicionada a algo que ya nació muy condicionado por el resto de las circunstancias y los fracasos que acumularon los anteriores acuerdos de precios.