Diana Mondino
Diana Mondino es Directora de Relaciones Institucionales y profesora de Finanzas en los Master en Dirección de Empresas y Master en Finanzas de la Universidad CEMA. Tiene experiencia en temas económicos y de management.
a especialista en Economía, Diana Mondino, manifestó que “en Argentina las prioridades son las del funcionario de turno”. A su vez, afirmó que “el ajuste necesario es el de establecer reglas iguales para todos”, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Jaime Durán Barba insiste en que nunca un partido político ganó una elección proponiendo ajustes, esfuerzos y sufrimientos. Te he escuchado en distintos reportajes hablar de la relación entre el esfuerzo y el logro. ¿Creés posible, desde el punto de vista político, que la oposición gane la elección con esa propuesta?
Depende qué proponga y qué oposición. Si vos le decís a la gente, “yo quiero un Estado eficiente y que haya salud y educación”, eso se logra con controles cruzados y menos corrupción. La gente tiene que entender que no es gastar menos porque sí, sino que hay un objetivo.
Creo que Durán Barba es agudo cuando dice que no hay un corrimiento económico a la derecha, sino que es un corrimiento a una derecha populista. Además, afirma que se confunde el crecimiento de la derecha en algunos países con un crecimiento de ortodoxia económica, cuando no es así.
Creo que tiene razón, pero el punto es que si se sigue gastando más de lo que hay, las cosas no funcionan. Tengo dos palabras mágicas: prioridades y objetivos. Decidir en qué gastar el dinero, y pensar en qué incentivos hay para que las personas trabajen lo mejor posible.
Si se establecen prioridades, se puede avanzar. Si gastamos en todo lo que tenemos por delante, después no alcanza para los gastos que son necesarios, por gastar en cosas que no son prioritarias. Si no se corrige esto, la decadencia argentina va a ser cada vez mayor.
En la época del milagro económico brasileño, los economistas jóvenes contaban que el ministro de Economía de ese entonces le decía a sus economistas: “sean creativos, creen algo”.
Probablemente. Entonces, el que proponga eso perderá las elecciones, no se hará, y la decadencia argentina no se revertirá. Hay 80 países en el mundo que no tienen inflación, ni crecimiento. Tampoco tienen generación de empleo, ni un alto grado de desarrollo social y de bienestar. No es sólo la inflación.
Hay que generar muchos elementos para que la gente empiece a mejorar su panorama. Si a eso lo llamás creatividad, estoy cien por ciento de acuerdo. Si le llamamos creatividad a ponerle un impuesto regulado para tal cosa, pero para tal otra no, y tenés que pedir el permiso a las tres de la mañana, esa creatividad no la compro.
La creatividad no es ni gastar ni poner restricciones, es decir “yo te dejo la cancha para que vos puedas trabajar lo mejor posible, dentro de esta cancha”. Hoy no tenemos eso en Argentina, tenemos regulaciones de todo tipo y color, no sólo para cada sector, sino también dentro de cada sector.
La creatividad que han desarrollado nuestros gobiernos a lo largo de las décadas es la de darle algún beneficio a un sector a costa de perjudicar a otros. Se crean quintitas para cada uno y se generan problemas de todo tipo.
El ajuste necesario en Argentina es el de establecer reglas iguales para todos. Tratar todos de cumplir de la misma manera. En la Argentina de hoy se castiga al que crece.
Me vienen a la mente los filósofos utilitaristas. Finalmente, la tarea de un economista, no es administrar lo dado sin más, sino la creación de “felicidad” en la sociedad. La creación de mayor prosperidad, para lo cual, lo utilitario es aquello que produzca la mayor suma de felicidad en la mayor cantidad de personas.
Exactamente. Me encanta porque amo a John Stuart Mill y a Jeremy Bentham, que son los fundadores de esa filosofía. Hay que producir felicidad, pero la mayor felicidad de uno no puede ser a costa de la felicidad del otro, porque la suma podría ser cero. Hay que buscar la mayor cantidad de felicidad posible.
Es necesario crear las reglas, una forma ética de funcionar, para que cada uno realice la búsqueda de la felicidad. Acá estamos al revés, lo fiscal tiene preponderancia sobre lo no fiscal. En Argentina, las prioridades son las del funcionario de turno.
Por ejemplo, los dólares, hoy tienen que ser prioritariamente para el gobierno. Debería haber libre cambio del dólar. Eso de que los dólares pertenecen al Banco Central no va. No estoy diciendo unificar el mercado cambiario, lo que digo es que no tiene que haber control de cambios.
Pero eso es la unificación del mercado cambiario.
Bueno, en el 99% de los casos, si se elimina el control cambiario, se unifica. Hoy todo exportador está obligado a entregar los dólares al Banco Central. Es un caso rarísimo en el mundo. Una cosa es pagar impuestos, otra es entregar los dólares al Banco Central.
Vos planteás, no una eliminación del Banco Central, pero sí una reducción de sus funciones.
El Banco Central, en todas las partes del mundo, tiene funciones en el mercado, pero no tiene la exigencia de que pasen sí o sí por sus arcas los dólares que entran en el mercado. En ningún país desaparece completamente el Banco Central.
Pero hoy, en Argentina, el Banco Central tiene la función de política monetaria, control cambiario, supervisión bancaria, y de policía con el lavado de dinero. Las funciones no desaparecen, el tema es cómo se llevan a cabo, con qué parámetros y con qué reglas.