Dolarización, ¿a favor o en contra?: la opinión de 10 expertos

Director General en

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA). Profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (2013-14). Licenciado en Economía UBA (1985) Master of Business Administration (MBA) de la la Universidad de Chicago (1990). Autor de numerosos libros y artículos académicos sobre historia, economía y finanzas.

ÁMBITO FINANCIERO  El tema de una posible dolarización de la economía se instaló en el centro del debate económico argentino en los últimos días, luego de que el precandidato a presidente libertario Javier Milei lo pusiera en agenda al anunciar sus intenciones de avanzar en ese sentido si llegara a ganar las elecciones en octubre.
Sin embargo, no es la primera vez que esto se somete a debate. La habitual inestabilidad económica local y la recurrente problemática inflacionaria hacen que, cada tanto, algún referente económico vuelva sobre este tema y muchos analistas han hablado del tema. ¿Es una opción viable? ¿Qué efectos podría tener? Esto dicen sobre la dolarización diez economistas sobre la idea de que dolarizar la economía podría ser la solución a los problemas económicos argentinos:
El ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde opinó que no hay dólares para avanzar en ese sentido y que, incluso si los hubiera, dolarizar la economía traería un problema en la generación de empleo y no resolvería las dificultades del sector productivo. “Una de las principales consecuencias que tendría dolarizar, según Remes Lenicov, es la pérdida de instrumentos de política y un país que se está desarrollando necesita tener todos los instrumentos disponibles. Si uno dolariza, pierde la capacidad de la política cambiaria y monetaria”, sentenció Remes Lenicov.
En tanto, por el lado de las consecuencias sobre los trabajadores, se mostró escéptico también: “Empezaría a cobrar dólares, si hay dólares, pero tampoco hay dólares”.

Lucas Llach

El economista y ex vicepresidente del Banco Central (BCRA) opinó que, “sacando el bolívar venezolano, el dólar es la peor moneda que podría adoptar la Argentina”. Y es que consideró que “atarse al dólar” haría que el país se haga “más caro” frente al mundo, dado que muchos estarían depreciando frente a la moneda estadounidense. Así, Llach explicó que “Es bueno ganar competitividad cambiaria en los momentos de ‘flight to quality’ y que atarse al dólar generaría exactamente lo contrario” porque encarecería al país frente al mundo.

Carlos Maslatón

El abogado de ideología liberal experto en inversiones dijo que “el plan de cancelación de la base monetaria por USD no abarca los depósitos en pesos del sistema que, convertidos de pleno derecho a dólares y, sin encajes ni BCRA, pasan a ser argendólares, o sea, la nada trucha misma”. Así, advirtió que, se permite a la banca fraccionaria crear artificialmente depósitos en USD se irá hacia un ‘crash’ asegurado en meses.

Aldo Abram

Este economista, titular de la Fundación Libertad y Progreso, fue uno de los pocos que apoyó la propuesta de dolarización. “Si este cepo estalla, iremos a una hiperinflación, que no es otra cosa que una dolarización desordenada”, advirtió. Según su visión, la actual aceleración de la suba de los tipos de cambio paralelos y de la inflación responden a la creciente pérdida de poder adquisitivo que se genera de sumarle, a la gran emisión de pesos, una merma cada vez mayor de su demanda. Y consideró que “la única salida lógica, es ordenar la dolarización desordenada porque, a partir de abandonar el peso, se va a una estabilidad que permite recuperar la economía”.

Andrés Asiain

El economista y director de Centro de Estudios Scalabrini Ortiz señaló que la dolarización de la economía es “una propuesta gestada en laboratorios económicos ultraliberales propiedad de millonarios norteamericanos, que utilizan países pobres del tercer mundo, como Ecuador y El Salvador, como ratas de laboratorio para probar el efecto de su implementación”. Sin embargo, Asiain advierte que un tema crucial y la primera pregunta que surge en torno a la propuesta de dolarizar una economía como la Argentina del presente, asediada por la escasez de dólares, es de dónde saldrían los billetes verdes con que implementarla.

Pablo Ferrari

“La dolarización supondría, entre otras cuestiones, una conversión rígida del peso con el dólar que en la actualidad implicaría de manera aproximada que u$s1 sea equivalente a $10.000, una relación de cambio 50 veces mayor que la actual”, advirtió el economista de la Universidad de Avellaneda. Así, Ferrari considera que, para simplificar, con una devaluación de esta magnitud, la mayoría de los precios de la economía seguirían el incremento del dólar, mientras que los salarios quedarían igual. “Entonces, una consecuencia necesaria de la medida es la reducción violenta de los salarios”, dijo.

Emilio Ocampo

Este economista e historiados de UCEMA opinó que “estamos en el terreno del second best” (es decir, de elegir un plan B menos malo). Explicó que, en el plano monetario, la solución óptima –un banco central competente e independiente– no es asequible. Y, en ese contexto, sostuvo que, “en el menú de soluciones sub-óptimas asequibles, la que tiene más chances de éxito es la dolarización”.

Reconoció que existen algunos costos de dolarizar, que incluyen la posibilidad de perder: la política monetaria (o cambiaria) como herramienta de estabilización, los ingresos por señoreaje y al BCRA como prestamista de última instancia. No obstante, señaló, en el contexto actual de la Argentina, ninguno de estos costos es significativo, ya que “la política monetaria es justamente la principal causa por la que estamos como estamos y, en cuanto al BCRA, no puede ser prestamista de última instancia del sistema bancario cuando es el deudor de primera instancia”.

Guido Zack

El doctor en Análisis Económico (Universidad Complutense de Madrid), director de Economía de Fundar y coordinador del Centro de Investigaciones Macroeconómicas para el Desarrollo de la UNSAM opinó que “no hay mucho asidero en la propuesta de dolarización“. “Dividir la base monetaria por las reservas netas del Banco Central que da obviamente un tipo de cambio de conversión mucho más elevado que cualquier tipo de cambio paralelo”, explicó. Y añadió que no es que uno dolariza e inmediatamente los precios quedan fijos, sino que la experiencia muestra que sigue habiendo inflación.

Daniel Adler

“La dolarización en Argentina es una opción realizable siempre y cuando sepamos a qué tipo de cambio vamos a dolarizar. No es lo mismo a 400, 800 o 1000 pesos por dólar”, advirtió el especialista en educación financiera. Así, Adler dijo que debemos tener claro cuántos dólares hay en el mercado financiero argentino para equiparar esa acción de dolarización.

Sin embargo, menciono que la dolarización se puede gestionar también con un crédito internacional, ya sea del FMI, de Estados Unidos, o de dónde fuese. “Se podría dolarizar a $400, lo que equivaldría a solicitar un préstamo de 43.000 millones de dólares. O se podría dolarizar a $800 y pedir la mitad de ese monto”, ejemplificó. Aunque, para él, hoy, no es lo ideal.

Agustín Etchebarne

El economista señaló que “Argentina necesita soluciones poco convencionales pero efectivas” para enfrentar su problema de inflación y que “todos podemos coincidir en la necesidad de una moneda estable en los próximos 50 años”. Dijo que las ventajas de un programa de dolarización que elimine el curso forzoso del peso e implemente la libertad de monedas en Argentina, son, entre otras, que los asalariados y jubilados empiecen a recibir ingresos en moneda más estable; una disminución de la volatilidad cambiaria y las fluctuaciones en las tasas de interés; que contribuirá a reducir el riesgo país al disminuir el costo del endeudamiento y mejorar el acceso a los mercados financieros internacionales, fortalecerá la disciplina fiscal y la responsabilidad en la gestión de las finanzas públicas.