Felipe de la Balze en Libertad y Progreso

Director General en

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

En el desayuno para socios de Libertad y Progreso del 31 de marzo de 2011, Felipe de la Balze, miembro de nuestro Consejo Académico, realizó una brillante disertación sobre economía política.

Comenzó su exposición mostrando dos mega-tendencias. La primera referida a la nueva oportunidad que brinda el contexto internacional  que se refleja en los precios agrícolas. Comparó su importancia con la situación del período de 1860 a 1910. Pero alertó que tener una oportunidad no implica aprovecharla.

“Ucrania tuvo la misma oportunidad que Argentina a fines del siglo XIX, incluso estaba mejor posicionada que nuestro país y tenía una pampa húmeda comparable. Pero no pudo aprovecharla. Para ello, se necesitan instituciones, el imperio de la ley, el respeto a los derechos de propiedad y la apertura económica entre otros elementos…

Se explayó también sobre las mega-tendencias demográficas. “En 2011, el 51% de los que nacen en EE.UU. ya no son blancos”. No es un comentario racista sino una constatación de cómo está cambiando la población mundial. La población blanca era el 35% del total en 1950; 20% en la actualidad y será entre de un 12% en 25 o 30 años.

La segunda parte de la charla se concentró en mostrar unos lineamientos para una Economía Política en Argentina.

Destacó la diferencia entre políticas económicas y economía política, que implica diseñar políticas que sean factibles y no estén condenadas a fracasar como las de los 90s.

Para ello, tenemos que buscar un modelo semejante al de Australia, Chile o Canadá. Es decir, economías que exportan un 35% de su PBI y con un sesgo de exportaciones concentradas en commoditties, lo que les da una alta volatilidad a sus términos de intercambio.

1 – Los países de este tipo, requieren una Macroeconomía Ortodoxa. Ahorrar cuando los precios son altos, para soportar la caída de los precios en las épocas difíciles. Tienen que mantener un nivel de deuda pública MUY baja. Como el caso chileno, cuyas exportaciones de cobre representan el 75% del total. Pero Chile, desde hace, un par de décadas mantiene una deuda cercana al 7% del PBI. Durante la expansión tiene un fuerte superávit fiscal y acumula un fondo anti-cíclico (que sumado a las reservas representa un 25% del PIB).

2 –  Valorizar las exportaciones.

3- La política en Argentina es muy inestable. Para poder estabilizarla, de la Balze sugiere repartir el beneficio extraordinario de los altos precios de los commoditties con el sector Industrial. Morigerar el Proyecto Exportador y compatibilizarlo con un Proyecto Industrial; a través de la política cambiaria y de la estructura de precios.

La tercera parte de la charla, consistió en una táctica para volver a tener una Argentina Liberal.

En síntesis, la propuesta es concentrarse en resolver los problemas de un subsector potencialmente muy importante: las PYMES que representan a 1,3 millones de personas cuyos intereses deben impulsarlos a un modelo más liberal. Con impuestos simplificados, desregulación, facilidades para contratar y despedir, bajos aportes patronales, no intervencionismo de los burócratas estatales,  etc. Es decir, un modelo con sesgo por-PYMES. “Crear liberalismo a partir de los intereses  y no de las ideologías”. Ello requiere cierta modestia de nuestra parte y no “explicar a los demás que están equivocados”… aunque lo estén…

En un fructífero intercambio de opiniones posterior, Manuel Solanet, agradeció la exposición y completó el desafío a los liberales, rescatando la idea de que también hay que concentrarse en los “consumidores” que son socios naturales del pensamiento liberal. Idea apoyada también por Aldo Abram. Jorge Bilbao profundizó sobre las capacidades de las PYMES para exportar, la necesidad de ayuda de cooperativas o corporaciones estatales para colaborar en el marketing y comercialización de los productos de empresas que no tienen suficiente economía de escala. De la Balze rescato un libro de Elvio Baldinelli sobre el tema y la idea de que muchas PYMES exportan a través de otras empresas más grandes, como en el caso del Sector Agropecuario.

Alfredo Boysen recalcó que la mejor política pro-industrial sería el superávit presupuestario y utilizarlo para cancelar deudas lo que reduciría las tasas de interés, el riesgo país y disminuiría la apreciación cambiaria.

De la Balze acotó que lo que en el mundo se conoce como la “enfermedad holandesa” en realidad es la “enfermedad Argentina” que lleva a la idea de que se puede vivir repartiendo la riqueza de los recursos naturales desalentando la inversión, el trabajo y la industria… Por ello, dijo que no hay que descartar el desaliento a la entrada de capitales, o incluso el control de cambios, etc. Y no quedarse con una ideología que no tenga en cuenta las particularidades de nuestra economía.

Jorge Tersoglio elaboró sobre el problema del enorme poder de los sindicatos. Aldo Abram recalcó que la mejor forma de negociar con ellos es con una política de mayor libertad y menor inflación. Recalcó que una política populista que se basa en resaltar la puja corporativa aliándose a la corporación de los sindicatos para combatir a otras corporaciones es lo que aumenta su poder.

De la Balze, se mostró optimista porque es la primera vez que los sindicatos en lugar de ser moderados se muestran desafiantes frente a la sociedad lo cual los va a debilitar en el corto plazo.

Jorge Grinberg, destacó la necesidad de desarrollar el mercado de capitales, como  en cualquier ejemplo de país desarrollado. De la Balze, dijo que es indispensable pero que solo se conseguirá a largo plazo, porque para ello hay que restablecer la CREDIBILIDAD.

Agustín Etchebarne preguntó sobre la reinserción internacional de la Argentina, en el sentido de ser parte de la América Latina que está en medio de una ola en la dirección hacia economías más libres y racionales. Donde las izquierdas se han moderado y han rejuvenecido sus ideas. De la Balze retrucó con un análisis internacional un poco más pesimista, en un mundo donde se ha perdido la Hegemonía de EE.UU. y surgen nuevos poderes en ASIA, y próximamente en África a medida que se acercan al capitalismo pero sin adoptar las ideas liberales. Donde hay una enorme población analfabeta pero con acceso a Internet y al Celular (en India ya hay 800 millones de celulares).

Aldo Abram mostró una faceta un poco más optimista de lo que está ocurriendo en China y la India. Destacó también las revoluciones que están ocurriendo en el Norte de África, donde los habitantes están muy comunicados con el mundo y entre ellos mismos. Tienen celulares, Internet, Facebook, al contrario de lo que ocurre en CUBA donde no hay WiFi o celulares y donde un locutorio cobra 3 dólares por media hora de Internet, en un país cuyos salarios son de USD 50 por mes. Son muy diferentes a la revolución islámica de Irán, esta vez son hechas por gente joven lideradas espontáneamente por profesionales, o ejecutivos como el director de Google en Egipto.

Sin embargo, De la Balze recalcó que por ahora el BRIC se abstuvo de apoyar la intervención en LYBIA y el BRIC es quien se está enriqueciendo y comprando armamentos…

Por ello concluyó sugiriendo que nos concentremos en recuperar una Argentina liberal, focalizando en nuestra gente, sumando como aliados a nuestras PYMES y a todos los individuos, los “consumidores”, más allá de lo que ocurra fuera de nuestras fronteras.