Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso. Licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina. Es consultor económico y Profesor titular de Economía Aplicada del Master de Economía y Administración de ESEADE, profesor titular de Teoría Macroeconómica del Master de Economía y Administración de CEYCE.
ECONOMÍA PARA TODOS.- Realmente delirantes y preocupantes son las afirmaciones que realizó la semana pasada Mercedes Marcó del Pont, titular del Banco Central, al justificar el uso de reservas para pagar deuda. Lo que, puesto en otras palabras, significa hacer una defensa del vaciamiento de la institución que preside.
Veamos algunos párrafos de su discurso en el Congreso Anual de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), para vislumbrar lo que viene.
Dijo la presidente del BCRA: “Esta política de usar reservas para pagar deuda no ha afectado el balance del Central”. Evidentemente Marcó del Pont parece no distinguir entre valor contable y valor de mercado. ¿Por qué digo que no distingue entre ambos conceptos? Porque el BCRA entregó reservas al Tesoro para pagar la deuda que éste no podía afrontar con recursos propios. A cambio de las reservas, el Tesoro le entregó al Central letras intransferibles que vencen entre el 2016 y el 2022. ¿Cuánto tiene en el activo de esas letras según el último balance del BCRA al 7 de agosto pasado? $ 147.347 millones, algo así como uno U$S 32.074 millones al tipo de cambio oficial. Es decir, aproximadamente el equivalente al 71% de las reservas que declara.
Ahora bien, al ser letras intransferibles quiere decir que no se pueden vender, por lo tanto su valor de mercado es igual a cero. Por eso decía antes, una cosa es el valor contable, el numerito que ponen en el BCRA en el balance por estos bonos, y otra muy diferente el valor que tienen en el mercado que, por obvias razones, es algún valor cercano a cero. Si el patrimonio neto que declara el Central a esa fecha era de $ 50.380 millones, pero del activo hay que restarle esos bonos que no tienen valor de mercado, el patrimonio neto del BCRA pasa a ser negativo en $ casi $ 97.000 millones. Y peor se pone la cosa si también le restamos del activo los $ 84.530 millones de emisión monetaria para financiar al tesoro que se contabilizan como Adelantos Transitorios, porque no tienen nada de adelantos ni de transitorios ya que el tesoro nunca le devuelve la plata ni está en condiciones de devolverla. Por el contrario cada vez le pide al Central que emita más moneda para cubrir el rojo fiscal. Haciendo bien las cuentas, el patrimonio neto del BCRA llegaba al 7 de agosto a $ 181.530 millones.
De manera que la primera burrada es decir que no se afectó el patrimonio del BCRA, al no distinguir entre valor contable y valor de mercado. Si se hace la distinción, se advierte fácilmente que lo que el Central tiene en el activo es un valor contable, pero con cero valor de mercado.
Segundo delirio económico de Marcó del Pont en su discurso: “Se han pagado 32.000 millones de dólares a organismos y acreedores privados desde mayo del 2003 a la fecha y sin embargo el Banco Central mantuvo la capacidad de maniobra para hacer política monetaria de manera eficiente”. Bueno, emitir al 36% anual no es tener gran capacidad de maniobra para hacer política monetaria de manera eficiente. Más bien es destruir el peso, aunque ya sabemos que ellos niegan que haya inflación.
Pero si tanta maniobra tenía para hacer política monetaria, ¿por qué tuvieron que prohibir la compra de dólares, el giro de utilidades y dividendos, frenar las importaciones, etc.? La respuesta es elemental: la gente huye del peso porque se deprecia, a pesar de que ella diga que hacen una política monetaria eficiente, y compra dólares. Por lo tanto, no hubo tal cosa como una política monetaria eficiente, sino un incentivo a la fuga de capitales.
Además deterioraron de tal manera el tipo de cambio real que impacta en el comercio exterior al punto que las economías regionales están más que complicadas. Para decirlo de otra forma, el Gobierno adoptó una política similar a la de la tablita cambiaria de Martínez de Hoz, es decir, el dólar aumenta menos que la inflación, con lo cual se deteriora el tipo de cambio real y afecta el sector externo al punto que, como decía antes, el dólar de 4,50 es un dólar virtual porque solo puede usarse para ciertos casos de comercio exterior, pero para el común de la gente ese dólar no está disponible. Ergo, los U$S 32.000 millones que se usaron para pagar deuda dejaron tan debilitado al BCRA que como no puede enfrentar una corrida cambiaria recurre al expediente de prohibir que la gente compre dólares para ahorrar, viajar, hacer turismo, pagar utilidades, etc. Hasta se metieron con los pobres jubilados que reciben su pago del exterior porque les liquidan en pesos los euros que le remiten y al tipo de cambio oficial. Es decir, estafan hasta a los pobres jubilados.
En otro párrafo que tiene que ver justamente con esta violación al derecho de la gente de comprar dólares con el fruto de su trabajo, Marcó del Pont sostuvo: “En los últimos nueve años se generó un marco de condiciones que eliminó uno de los problemas históricos y estructurales, las restricciones de la economía externa”. Esta frase, que se asemeja al listado de frases cohete que he tratado en otra oportunidad, tiene un leve problema: las restricciones de la economía externa no se eliminaron, sino que se barrieron debajo de la alfombra prohibiendo la compra de dólares, porque la fuga de 25.000 millones de dólares anuales tumbaba al Banco Central con una facilidad impresionante. La forma en que se “eliminó” la restricción externa que defiende Marcó del Pont es como si hubiese dicho que se solucionó el problema previsional porque el Gobierno decidió matar al 70% de los jubilados para pagar menos jubilaciones. Obvio que violando derechos se “eliminan” problemas, pero también se elimina la libertad.
Sobre el endeudamiento del Tesoro con el BCRA dijo: “Eso es cierto. Pero es más saludable que se endeude con el Banco Central que con los mercados”. Por empezar, si Marcó del Pont estudió economía tendría que saber que no son los mercados, es el mercado, en singular, porque el mercado, que no es un lugar físico, es un proceso que conecta a todos los sectores de la economía (financiero, real, etcétera).
Formulada esta primera aclaración correspondiente a Introducción a la Economía, vamos al punto: ¿por qué más saludable endeudarse con el Central que con el mercado? ¿Acaso el Central no piensa cobrarle la deuda al tesoro?
Marcó del Pont no advierte que al debilitar al BCRA en su patrimonio, una corrida cambiaria puede derivar en una corrida financiera, esto es: gente retirando sus depósitos de los bancos. Esa corrida seguramente se traducirá en emisión monetaria para otorgarles redescuentos a las entidades financieras para hacer frente a los pagos en ventanilla, lo que generará más inflación e impulsará la suba del tipo de cambio. Es decir, que el Gobierno se endeude en pesos o en dólares no evita que el ajuste recaiga sobre el sector privado vía caída del salario real por una llamarada inflacionaria y una devaluación.
En definitiva, a partir de sus declaraciones queda claro que Marcó del Pont, fiel soldado kirchnerista, parece estar dispuesta a vaciar el BCRA y dejarlo agonizando para sostener al Gobierno en sus aventuras populistas y de poder hegemónico, en lugar de cumplir con su función que consiste en defender el valor de la moneda para que la población viva con el beneficio de no tener inflación.
Como resultado de ese comportamiento lo único que podemos esperar es más inflación con recesión, más pobreza, desocupación e indigencia, porque un país sin moneda es un país que rompió sus vías de comunicación, siendo que la moneda es una suerte de autopista que permite agilizar las transacciones y operar en el largo plazo.
Bien, Marcó del Pont está dinamitando esa autopista que facilita las transacciones en nombre del modelo Nac&Pop.