Entrevista a Aldo Abram en 22° Aniversario de Informe Asegurador

Durante el segundo semestre, el nivel de actividad seguirá bajando. El grado de profundidad dependerá de que se resuelva o no el problema del juicio en Nueva York que ganaron los holdouts.

1. ¿Por qué se ha frenado el crecimiento económico y se habla desde hace varios meses de “Estanflación”? ¿Cuáles son sus estimaciones de crecimiento para el segundo semestre 2014?
¿La economía puede entrar en recesión?

La razón principal del actual proceso recesivo es que estamos empezando a pagar años de crecimiento artificial impulsado por el gasto público. La forma de sostener este exceso de erogaciones estatales fue exprimir al Banco Central hasta llevarlo a un estado de insolvencia que intentaron solucionar con el cepo cambiario. Sin embargo, este recurso también tiene un límite en la pérdida de reservas y en la potencial espiralización de la inflación.

Aldo Abram grande

El atraso cambiario que genera el cepo está asfixiando los sectores productivos de bienes exportables e importables y, además, pone freno a la inversión; ya que significa una quita al ingreso de capitales (hoy de más de un tercio). En este contexto de debilidad económica y alta inflación, los salarios empiezan a perder poder adquisitivo y el empleo se cae; por lo que la gente prefiere ser más austera en sus consumos. Excepto algunos eventos coyunturales como una muy buena cosecha que se vende a altos precios, no hay ningún alivio para la caída del nivel de actividad mientras permanezca el control de cambios.

Durante el segundo semestre, el nivel de actividad seguirá bajando. El grado de profundidad dependerá de que se resuelva o no el problema del juicio en Nueva York que ganaron los holdouts. Si se logra una solución que es percibida como favorable, la recesión seguirá su curso actual y moderado que durará hasta que el próximo gobierno encare los principales problemas que le dejará el actual, particularmente el control de cambios. Si se entra en cesación de pagos o se afirma la posibilidad de que suceda, podríamos tener una abrupta caída del nivel de actividad en el marco de una crisis cambiaria y bancaria.

En la medida que nos adentremos en el segundo semestre, la escasez de ventas de monedas extranjera lo obligará a acelerar el ritmo de suba del tipo de cambio cepo llevándolo por encima de $9 a fin de año.

2. ¿Qué se puede esperar en materia de tipo de cambio para los próximos meses? ¿Por qué tiende a mantenerse la brecha entre dólar oficial y paralelo? ¿Existe el riesgo de un nuevo “sacudón” cambiario como el de principios de año?

El gobierno implementó el cepo para evitar reconocer en el tipo de cambio toda la depreciación del peso que está generando para poder financiar su exceso de gasto con impuesto inflacionario. Si bien a principios de año impulsó un alza abrupta del dólar oficial, en los siguientes meses ha dejado que se vuelva a retrasar, aprovechando para comprar barato el resultado de la liquidación de divisas de la cosecha. En la medida que nos adentremos en el segundo semestre, la escasez de ventas de monedas extranjera lo obligará a acelerar el ritmo de suba del tipo de cambio cepo llevándolo por encima de $9 a fin de año.

La brecha entre el dólar oficial y el paralelo tiene que ver con dos cosas. En el tiempo tiende a aumentar, dado que el segundo refleja la depreciación del peso y, el primero, no. Según la coyuntura, puede subir más cuando hay mayor percepción de riesgo, que genera una caída de la demanda de moneda local y, por ende, la cobertura en dólares.

Si hubiera problemas serios con el tema de los holdouts, en el tercer trimestre podría complicarse el manejo cambiario. Sin embargo, si se encamina una solución, deberíamos tener algún susto cambiario similar o peor que el de principios de año a comienzos de 2015.

3. ¿Qué medidas debería tomar el Gobierno para combatir el grave problema de la inflación? ¿Considera que existe una aceleración de la inflación en este primer semestre del año? ¿Cuál es la inflación proyectada para 2014?

La única forma de combatir la inflación es que el ritmo de crecimiento del gasto público primario baje a tasas de menos de 30% interanual desde los más de 35% actual. Si no, el gobierno seguirá demandando financiamiento desde el Banco Central, que deberá emitir para transferirle los recursos, lo que deprecia el peso. En definitiva, esta pérdida de valor implica una quita de poder adquisitivo de nuestras tenencias de moneda que se transfiere al gobierno para que gaste. A eso lo llamamos impuesto inflacionario.

Por el momento, para evitar la espiraliación de la suba de precios y la pérdida de reservas, el Banco Central está financiando al estado colocando deuda remunerada propia. De esta forma, podría lograr bajar la inflación desde los actuales cerca de 40%ia. a alrededor de 35% ia. a fin de año. Sin embargo, como el gobierno nunca devuelve un peso al BCRA, esto significa postergar emisión; ya que habrá que pagar lo tomado más los altos intereses devengados. Conclusión, si el estado no es más austero, el problema de suba de precios y de pérdida de reservas se potencia en el mediano plazo.

4. ¿Cómo analiza las tensiones existentes entre el Banco Central y el Ministerio de Economía acerca de la política de tasas? ¿Cómo evalúa la actual administración del BCRA? ¿Cuál es el nivel de reservas del Central y cómo impactan los vencimientos de deuda?

Antes el Banco Central emitía fuertemente para financiar al gobierno; lo que aceleraba la inflación, pero proveía liquidez al mercado bajando la tasa de interés. En la actualidad, ha reducido el ritmo de expansión monetaria y financia al gobierno compitiendo por el escaso crédito disponible con el sector privado; lo que tiene que generar una abrupta suba de las tasas. La única forma de evitarlo es volver a la espiralización de la inflación, emitiendo más, o que el gobierno reduzca su presión sobre el financiamiento del Banco Central, permitiéndole a éste colocar menos deuda remunerada.

El Banco Central ha hecho lo que tenía que hacer para postergar una potencial crisis cambiaria y bancaria. Ahora, le toca al Ministerio de Economía reducir el déficit fiscal y, por ende, su demanda de recursos al BCRA. Si no lo hace, enfrentaremos una nueva situación crítica y quizás más grave que la de principios de 2014.

5. ¿Cómo analiza el acuerdo que Argentina selló con el Club de París, sin la intervención del FMI, por el cual deberá pagar 9700 millones de dólares en un plazo de 5 años? ¿Cómo impacta en materia de inversión extranjera y en financiamiento para empresas?

El acuerdo está dentro de lo posible ante la exigencia del gobierno de que no participe el FMI. Es positivo haber resuelto este problema, aún para el próximo gobierno. Éste de todas formas hubiera tenido que encarar su solución y enfrentar los pagos de la misma, es mejor que encuentre un inconveniente menos; ya que recibirá una muy pesada herencia para resolver.

Uno de los beneficios de la reestructuración de esta deuda es que bajará la percepción de riesgo país y permitirá tener mayor financiamiento a tasas más bajas. Además, abre las puertas a crédito subsidiados que brindan a sus inversores los países miembros del Club de París. Lamentablemente, para que esto se note en una mejora importante del flujo de capitales hacia la Argentina, habrá que esperar a que el próximo gobierno resuelva la traba que implica el cepo.

6. ¿Cuál es la situación fiscal de la Nación y las Provincias?

La situación fiscal de todos los niveles de estado argentino es más que preocupante. Las provincias y municipios han subido a más no poder sus impuestos y tasas, incrementando el gasto aún más rápido. En su mayoría, hoy se encuentran sumamente asfixiadas y lo estarán más en la medida que la recesión se profundice. Lamentablemente, este es el costo del despilfarro de años.

En tanto, la Nación también ha aumentado la presión tributaria a niveles insostenibles, se ha gastado las reservas, los recursos previsionales y el resultado de un creciente impuesto inflacionario. Lo malo es que no se ve que quiera encarar un futuro más austero, sino que pretende mantener estas excesivas erogaciones a costa de exprimir al Banco Central; lo que puede terminar en su quiebra y, por ende, la de todos los argentinos. Esto significaría una crisis cambiaria y bancaria.

7. ¿Cuál es el índice real de pobreza e indigencia?

Los indicadores del INDEC son una mentira más del relato, que muestran que tenemos menos pobres que Suiza y la mayoría de los países desarrollados. La realidad debe estar más cerca de las estadísticas privadas que lo ubican por encima del 25% y en ascenso, porcentaje que seguirá incrementándose fuerte por los próximos dos años.

8. ¿Cuál es el nivel de empleo y cómo impactan los despidos y suspensiones en la industria automotriz y de autopartes?

El empleo privado hace tiempo que venía cayendo; pero lo más que compensaba el incremento de los puestos, improductivos, del sector público. La actual asfixia financiera del estado ha puesto un límite a este último creador de “desocupación disfrazada”. En tanto, la destrucción de empleo en el sector privado sigue incrementándose, uno de los sectores que aportará en este sentido es el automotriz. La demanda de vehículos se vio afectada por la recesión; pero fundamentalmente por un gran encarecimiento de los mismos por un tremendo y absurdo impuestazo que el gobierno se niega a retraer.

Recesión

Es fundamental que el gobierno logre, aún en el marco de una creciente recesión, dejarle el actual descalabro económico a una próxima gestión. Por supuesto, es importante que le resuelva la mayor cantidad posible de los problemas que creó; pero, también, es una realidad que ha demostrado no tener la capacidad técnica ni conceptual para encarar los desequilibrios más graves que ha generado su absurda política económica. Además, el poder político de la actual Presidente se está desgastando rápidamente; lo cual es también una limitante. Distinta será la situación de un nuevo Mandatario recién electo que podrá descargar la responsabilidad de las duras medidas que deberá tomar en su predecora y tendrá una mayor espalda política para sobrellevar la tarea. Esperemos que, además, se rodee de un equipo que tenga la capacidad técnica suficiente para moderar el sacrificio que deberá hacer la población para salir del actual modelo económico.

Publicado en Informe Asegurador, julio 2014.