Zannini: el camino hacia Venezuela

Director de Políticas Públicas en

La alianza del kirchnerismo con el eje bolivariano reconoció una motivación principalmente ideológica. Es difícil encontrar en esa afiliación conveniencias económicas o ventajas en el plano internacional para la Argentina. Hay que sondear en los discursos presidenciales de estos últimos trece años para registrar un cúmulo de definiciones que  explican la cercanía doctrinaria con el llamado Socialismo del Siglo 21. Además las alambicadas manifestaciones del Grupo Carta Abierta lo confirman y acompañan, al igual que la tesis del fallecido Ernesto Laclau desde su visión marxista en La Razón Populista.  La entusiasta adhesión de estos intelectuales a la gestión kirchnerista ha expuesto la prevalencia de la ideología sobre los otros rasgos de gruesa falencia moral e institucional de esa gestión.  Extraña observar posiciones de este tipo en grupos idealistas de izquierda, a excepción que visualicen el triunfo de la Revolución  sin detenerse ante los medios para lograrlo. La corrupción y todo se perdona si a juicio de ellos se dirige hacia la Revolución. El peronismo ya fue objeto del “entrismo” en los setenta.

Nestor y Cristina Kirchner no fueron revolucionarios en aquella década. Fueron sólo simpatizantes que supieron encontrar una vida más acomodada ejecutando hipotecas y ascendiendo en la política santacruceña. Por lo contrario Carlos Zannini sí fue revolucionario y soñó y buscó hacer de la Argentina otra Cuba o más bien otra Albania o una China maoista.  Venezuela entró en ese camino bajo el liderazgo de Hugo Chávez desde hace más de una década. Hoy el Socialismo del Siglo 21 continúa con Nicolás Maduro y el férreo control de sus fuerzas armadas. Por lo tanto para los Carta Abierta y Zanninis de este mundo vale asociarse con ellos y perdonarles el desastre económico y social, los presos políticos, las muertes y la corrupción. No hace falta averiguar cuánta responsabilidad ha tenido Carlos Zannini en esta amistad.

En la carrera electoral que estamos transitando, se ha dado una peculiar circunstancia. Scioli tiene los votos y Cristina la capacidad de condicionarlo y hasta sacarlo de la competencia. Cristina desea no perder el poder y Scioli es servil y esta dispuesto a aceptar todo para llegar a ser presidente. Ha claudicado y ha sido humillado reiteradamente, pero increíblemente eso no le ha reducido el apoyo electoral. Ahora ha aceptado que Cristina le designe a su comisario  político Zannini como candidato a vicepresidente. También aceptó que el kirchnerismo más duro elabore las listas de candidatos al Congreso Nacional. Las expectativas de un Scioli emancipado se han disipado.  Si gana el Frente para la Victoria el camino hacia Venezuela está trazado. En el plano económico no habría más que mantener el modelo actual. Las bombas ya cebadas para estirar hasta diciembre la aparición de las consecuencias, seguramente se tratarán luego de neutralizar con más controles, más cepos, más culpables, menores libertades y más confrontación. Para eso se está tratando de construir mayorías parlamentarias sujetas al credo oficial y se está infiltrando la Justicia de personas de lealtad camporista.

Estamos en momentos cruciales de nuestra vida institucional.  La jugada oficial ha quedado en evidencia. Sepa la ciudadanía reaccionar con su voto para evitar lo que le ha ocurrido a la hermana Venezuela.