“El Estado debe tener el tamaño necesario”

Director de Políticas Públicas en

El trabajo de Manuel Solanet en el ámbito privado es cuantioso. Es director y presidente de INFUPA S.A., empresa que se dedica a asesorar sobre privatizaciones, entre otras maniobras. Ha sido consultor del Banco Mundial, es consejero académico de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) y miembro de la Comisión de Economía de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Considera que no hay una continuidad entre los planes económicos de la dictadura, Domingo Cavallo y Cambiemos. Son distintos los marcos económicos generales”,afirma. En ese sentido, sostiene que José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía en la Dictadura, fue limitado severamente por los militares. “Las Fuerzas Armadas tenían un concepto de la economía más estatista”, puntualiza.

Si bien espera que al Gobierno de Mauricio Macri “le vaya bien”, no cree en la mejora del “Segundo Semestre”. “Las promesas en materia económica son siempre etéreas”, declara.

– ¿Había una crisis en la Argentina o fue la excusa de Cambiemos para tomar otro rumbo económico?

 – La herencia es pesadísima: el país no tenía capacidad de respuesta. Hubo una elevadísima corrupción. El déficit fiscal es altísimo a pesar de que la presión impositiva es récord histórico. Se perdió el autoabastecimiento energético, se deterioraron los servicios y se perdieron las reservas del Banco Central.

– ¿Qué debe hacer Mauricio Macri para estabilizar la moneda y bajar la inflación?

– Tiene un proceso de recomposición de precios y luego tiene otro de saneamiento fiscal. Debe lograr la estabilidad: no emitir dinero si no crece la economía. Bajar el gasto público.

Inversión social querrá decir.

– Uno podría llamarle inversión social a ciertos gastos que tienen una finalidad en beneficio de la sociedad, pero hay otros que son improductivos. En los últimos 12 años, se han saturado las oficinas estatales de “ñoquis” o se han creado actividades en el sector público que no son necesarias. En cambio, los subsidios a la energía y al transporte, además de otras actividades, sí lo son. En definitiva, hay una parte sustancial del crecimiento del gasto que no puede nunca ser traducido como inversión social.

– ¿Qué es más conveniente para la Argentina: una economía dolarizada o de pesos?

– Es una cuestión más ideológica que práctica. Todo país quiere tener su propia moneda, que es una señal de soberanía. Para conseguir aquello, los países deben proteger sus monedas. Países con inflaciones históricas y crónicas incumplen con esa protección. La moneda es reserva cuando su valor permanece en el tiempo. Si no, la gente no la ahorra. Nadie toma un billete de 100 pesos y lo guarda porque se desvaloriza. El que quiere ahorrar más bien cambia sus pesos por dólares. Un país debe tener moneda, pero también tiene que preservarla en las condiciones que la definen como tal. Con inflación, eso no sucede.

– ¿Es el libre mercado el mejor modelo económico para la Argentina o conlleva a la destrucción de la industria nacional?

– La libertad de mercado es el sistema económico más adaptado a la práctica de la democracia porque ha permitido el crecimiento internacional. Quienes se apartaron de esto, tuvieron que aceptar finalmente su derrota: el Muro de Berlín cayó en 1989. Esto ya no es una cuestión de discusión, sino de mirar de forma realista las experiencias del mundo, como los fracasos de Cuba y Venezuela.

– En ese sentido, ¿debe el Estado permanecer lo menos involucrado posible?

– El Estado tiene funciones que no son delegables: administrar el Gobierno de un país, las relaciones internacionales, la Justicia y poner regulaciones en donde corresponda imponerlas. El Estado debe tener el tamaño necesario. Cuando se excede, los habitantes del país se ven obligados a pagar más impuestos y disminuir su nivel de vida. Además, se desalientan las inversiones y se imprime dinero sin respaldo. Entonces, surge la inflación, que siempre castiga a los más débiles.

 

Fuente: http://segundoenfoque.com/