Trump y el Brexit: ¿amenaza de contagio al resto de Europa?

Por Florencia Merino y Mariano Deagusto, para Portfolio Personal. Economistas de LyP.

PORTAFOLIO PERSONAL – Alentados por el triunfo del anti establishment Donald Trump en EEUU, los deseos de divorcio de la UE expresados en el Brexit podrían extenderse al resto del bloque. Los electores de tres grandes países fundadores de la Unión Europea, Holanda, Francia y Alemania, están llamados a las urnas este año para redefinir el escenario político de la zona. Los partidos de derecha cobran peso y se alinean con el clima de ideas que propone Trump: a todos los une el sentimiento de fobia a los extranjeros, la desconfianza de los beneficios del comercio internacional y el intento de reconstruir su “identidad propia”.

El objetivo original de la integración europea para salir al mundo como un mercado más amplio y competitivo parecería tambalear ante la nueva atmósfera socio-política: el amenazador sentimiento nacionalista se encuentra en la agenda de todos los discursos de los candidatos europeos. Este panorama  promete establecer nuevas reglas de juego en las relaciones comerciales internacionales.

La UE de los 28 representa el mayor bloque comercial del mundo, es el principal socio comercial de más de 80 países y el primer inversor mundial, según datos de Deutsche Bank. En un nuevo orden global, en el que los acuerdos comerciales abandonarían la estructura de un esquema multilateral y se diseñarían bilateralmente, el tamaño de las economías es lo que otorga fuerza y poder en las negociaciones. El nuevo escenario permitiría ganar independencia en el plano político pero implicaría un costo tangible en lo económico. Jugar sólo y no en equipo, a la vez que se elevan las barreras al comercio es negativo para el crecimiento.

Otro factor que afecta la unidad del bloque es la heterogeneidad del desempeño económico. Mientras que en 2016 Alemania y Holanda crecieron 1,9% y 2,2% respectivamente, Francia e Italia lo hicieron en apenas 1,2% y 0,9%. Las primeras economías sienten que individualmente aportan más al juego de lo que se llevan.

Además, la recuperación de la crisis financiera sigue siendo un tanto lenta, pese al inmenso alivio monetario que ha estado aplicando el Banco Central Europeo (BCE). Las tasas cercanas a cero y la compra masiva de bonos por parte del organismo alejaron el fantasma de la deflación, aunque se teme que la aceleración de los precios hasta el 2% anual sea momentánea, consecuencia de la recuperación del precio del petróleo.

De todas formas, la reciente fortaleza del dólar ha debilitado al euro, por lo que se puede esperar que también presione los precios al alza. Desde Alemania, cuya tasa de inflación ha estado por encima de la Eurozona, provienen las voces más firmes contra el fin del estímulo monetario; tanto esfuerzo les parece absurdo pues lo resultados no se observan claramente.

Sin embargo, el titular del Banco Central Europeo Mario Draghi declaró que el estímulo se reducirá a medida que la inflación y el crecimiento se consoliden y los mercados financieros se encuentren estables; lo que parece difícil que avance demasiado en un año convulsionado por los diferentes comicios. Los mercados estarán atentos al comienzo de los recortes en el programa que está establecido para abril.

Holanda fue el primer test electoral, con los comicios realizados el miércoles. Pese a que el candidato ultra conservador no logró la victoria, lo que hubiera convulsionado a las bolsas del mundo, supo posicionarse en la sociedad holandesa e instalar en debate la idea de eurofobia.

Su triunfo hubiera sentado un precedente y envalentonado a los candidatos del mismo estilo en los demás países europeos. Si bien el proceso de globalización no va revertirse ni ser desplazado de un día para otro; la proliferación de partidos con ideas proteccionistas y conservadoras, que proponen soluciones mágicas, podría poner en duda la integración europea en el corto plazo. Por eso, habrá que seguir las próximas elecciones en la región para determinar si el caso americano y el británico fueron hechos aislados; o en verdad representan un intento de cambio de paradigma.