EL ARGENTINO – ENTRE RÍOS – El economista Aldo Abram estimó que la inflación se ubicará por encima del 6 por ciento en el primer trimestre del año, lo cual impondría una severa presión a la meta anual del 15 por ciento recalculada por el Gobierno para este 2018.
El director de la Fundación Libertad y Progreso responsabilizó de esa aceleración de precios a la “flexibilización de la política monetaria del Banco Central”, que inicialmente preveía para este año un costo de vida del 12%.
En diálogo con la agencia NA, Abram consideró que “no existirá una estrategia basada en metas de inflación hasta que el Banco Central priorice el cumplimiento de esas metas y deje de ocuparse de licuar problemas generados por la política económica”.
Recomendó que la autoridad monetaria “priorice bajar la inflación” y advirtió que el Banco Central “no tiene por qué licuar los problemas del mal manejo de las cuentas públicas, sino decirle al gobierno que se haga cargo, y ocuparse de las metas”.
“Si el Banco Central hubiera tomado esa decisión, y no la de licuar el desmanejo de las cuentas públicas, la inflación hubiese sido del 17%, pero lo que pasa es que no ha habido, ni hay metas de inflación”, opinó Abram.
El economista liberal señaló que el problema es “mucho más profundo, no me preocupa tanto que las metas no se vienen cumpliendo. Tenía razón el Banco Central cuando decía que si se cambian la metas no hay metas, pero también no cumplirlas implica que no existen”.
Abran señaló que en el Gobierno “tampoco pueden decir que bajaron la inflación”.
Recordó que el costo de vida “anualizado del segundo semestre del 2016 fue del 18,5% y el del segundo semestre del 2017 del 24%, entonces no la bajaron la inflación, al contrario, la subieron”.
El economista criticó que entre mayo y agosto del año pasado el Banco Central “dejó avanzar una fuerte minicorrida y depreciación del peso, y volvió a repetir el mismo error en diciembre, que sumó más inflación”.
“Si no se defiende el valor de la moneda por qué le vamos a creer al Banco Central, cuando la mejor política anti- inflacionaria es no permitir que el peso se deprecie”, señaló.