“Los dos próximos trimestres van a ser malos” – Iván Cachanosky

Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

LA VOZ –¿Cuál es nuevo escenario económico?

–Claramente, haber ido al FMI demuestra que no hiciste las cosas bien. Que venga el FMI es como que venga alguien que pueda de alguna manera ayudarte a tener cierta autodisciplina. Si el Gobierno no reduce el gasto público, no reduce los impuestos, no resuelve los problemas de costos laborales, la cantidad de juicios, si no reduce el déficit de la cuenta corriente y no mantiene cierto nivel de reservas, etcétera, lo único que se consigue con el préstamo es patear el problema para adelante, y después sería peor. Ahora, si resolvemos los problemas estructurales y de fondo, la historia puede ser otra y puede ser buena. Claramente cumplir con las metas va a implicar por lo menos dos trimestres en los que la economía no crezca. Eso se va a sentir, va a haber conflictividad social, pero todo con el objetivo de que el año que viene se empieza a ver el crecimiento, para llegar a las elecciones con una economía que esté creciendo nuevamente.

–¿Qué puede pasar con el dólar?

–El dólar va a ser la variable de ajuste. El Fondo presta dinero y plantea indirectamente que no nos va a prestar para que ese dinero se vaya en turismo, en fuga de capitales o en gasto público. Entonces, por ejemplo, el Fondo pone una meta de reservas internacionales que te obliga a no intervenir en el mercado cambiario y, por ende, es de esperar que el dólar termine donde terminó e incluso que suba un poco más, no sería muy alocado un tipo de cambio para fin de año de alrededor de 32 pesos.

–¿Cuál es el panorama para la economía del segundo semestre?

–En términos de inflación, en la carta de intención que se envió al FMI hay explicitada una meta de inflación que para este año es del 27 por ciento, pero que puede tener un desvío de 5 puntos. Si se pasa del 32 por ciento hay que ir al Fondo, al directorio y explicar por qué se desvió. Y, si la explicación convence, el FMI sigue desembolsando el préstamo. Es decir, el techo es el 32 por ciento. En términos de actividad, el Gobierno piensa en 1,4 por ciento de crecimiento, pero el FMI le hizo hacer una simulación con crecimiento de 0,4 por ciento, con lo cual ya te hablan de un optimismo mucho menor. Van a venir dos trimestres malos, seguramente, con lo cual lo más probable es que la actividad se encuentre en un punto intermedio, más cerca de 0,4 por ciento. Yo diría 0,6 o 0,7 por ciento. Y, por último, las metas fiscales, que son de 2,7 para este año y de 1,3 para el que viene. Eso no creo que cambie, el verdadero desafío va a estar el próximo año, donde gran parte del ajuste sería por obra pública y es difícil que eso suceda en un año electoral.

–¿Cuáles son los desafíos políticos de la nueva agenda económica?

–El principal desafío político es a corto plazo: estos dos trimestres que siguen, como van a ser malos en actividad y con una inflación en suba, por lo menos durante los primeros meses, van a tener mucho conflicto social y hay que sortear eso.