‘‘El capital humano que tenemos es escaso’’

Ph.D. en Economía en la Universidad de Chicago. Rector de la Universidad del CEMA. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Consejero Académico de Libertad y Progreso.

LA PRENSA – “Más que preguntarnos que le pasó a la educación en el país deberíamos preguntarnos que le pasó a la Argentina’’, reflexiona Edgardo Zablotsky.

En diálogo con La Prensa el economista y docente, quien recientemente asumió como nuevo rector de la Universidad del Cema (UCEMA) de esta manera señala que los problemas en la educación forman parte de un problema mayor que atañe a toda la sociedad.

‘‘La educación no es un compartimento estanco. Y hay que preguntarse que nos pasó como sociedad. Por ahí uno podría encontrar las causas de por qué la educación está como está. ¿Tenemos más inclusión? Sí, tenemos. Pero más calidad no, tenemos peor calidad. Los chicos que hoy se gradúan del colegio secundario en muchos casos no están calificados para seguir desarrollándose. Uno se da cuenta de esto como profesor’’Los padres y la educación argentina

– ¿Desde su rol de docente nota estos problemas?

– Sí, tal cual. Yo doy una única materia en la facultad hace años que es la primera que se dicta en la universidad para recibir a los más chicos, que es introducción a la microeconomía. Uno se da cuenta de la falencia con la que muchas veces llegan del secundario. Por ejemplo leer un examen se está volviendo imposible. Es que los chicos no escriben. No es solo falta de ortografía que es un horror. La caligrafía de la mayoría es muy mala. Escriben poco. Se supone que la educación debe proveer cierto capital humano para desarrollarse en esta sociedad del conocimiento donde a los chicos les toca vivir. Por ahí nos vamos mucho a las nuevas tecnologías que hoy son muy importantes, pero primero los chicos tienen que aprender lo básico.

– Las pruebas internacionales también nos han dejado mal parados

– Nos dejan parados donde estamos. Sencillamente estamos muy mal desde hace mucho tiempo. Este gobierno insinúa o plantea hacer cosas razonables. Para empezar dar a difusión esta realidad es importante. Pero yo creo que ninguna revolución educativa como se plantea se puede llevar a cabo sin el apoyo de los padres. Si no se despierta a la sociedad, a los papás, no hay manera. Los padres piensan como dice el doctor Jaim Etcheverry que la educación es un desastre pero el colegio donde van sus chicos está ok. Bien sabemos que esto no es lógico. A comienzos de año el presidente Macri en el discurso de apertura de las sesiones del Congreso dijo que los resultados de las evaluaciones iban a ser en cierta forma públicos. Esto sería un avance notable, pero hasta ahora no pasó.

– Sería importante saber cómo estamos

– Exacto, si los papás descubren cómo estamos van a tener más elementos para enojarse, para indignarse. ¿Cuándo se vió una marcha de chicos o de padres pidiendo mejor educación? Entregan a sus hijos al sistema y listo

– Los padres se desentendieron de la educación de sus hijos

– Es que yo entiendo por qué los padres se desentendieron de la educación de sus hijos ¿Qué puede pasar para cambiar? Un papá por ejemplo que no tiene posibilidades económicas para enviar a sus hijos tiene que enviar a sus chicos al colegio público de su barrio, donde no tiene voz ni voto, donde no tiene ningún rol. Va perdiendo posibilidades de hacer

BONO EDUCATIVO

– ¿Faltan posibilidades de participación?

– Me parece que el rol de la sociedad civil complementando al gobierno es esencial. Si se les diese a los papás de decidir mucho más de lo que están decidiendo hoy en día yo creo que la educación sería mejor. Creo que sistemas como hay en Suecia por ejemplo donde básicamente en la práctica más allá de sus necesidades económicas deciden mediante un bono educativo a que colegio enviar a sus hijos si lo desean probablemente sea óptimo. No digo que sea una receta mágica, tiene que haber también buenos maestros y bien pagos.

– ¿Cómo sería? ¿El estado le daría a cada familia el dinero que hoy le cuesta al estado educar a un chico?

– En cada distrito cuesta una cierta cantidad de dinero educar a un chico. Es distinto lo que sale en la ciudad de Buenos Aires o en Tartagal. En cada distrito hay un costo por alumno. Es el costo que se le asigna a los colegios. En vez de asignárselo a los colegios se le depositaría a una cuenta del papá de la cual nada más puede usar ese dinero para servicios educativos. Ya sea un colegio público o en un colegio privado. Puede ir al mismo colegio o elegir otro ¿Qué pasaría? Quien no hace las cosas bien perdería. Además habría distintas posibilidades, no todos los chicos son iguales. Hay muchos colegios que prestan distintos servicios. Aquel papá que le gustaría que el chico vaya a un colegio más orientado a las artes podría optar por él. Y quien es muy bueno en las matemáticas podría buscar un colegio que prepare más para las olimpíadas de matemáticas por ejemplo. Esto hoy no lo puede hacer el papá porque el estado en lugar de darle la decisión a él decide por él. Si el estado se pudiese dedicar a fiscalizar la educación, poner lo mínimo que se tiene que cumplir y asegurarse que se cumpla, funcionaría mejor el sistema, complementando sociedad civil y estado. El problema hoy pasa más aún en el nivel secundario con las especializaciones. Muchos chicos terminan aburridos, perdiendo interés, y abandonando. Se podría evitar esto.

LAS BECAS

– ¿En las escuelas secundarias es donde habría que poner más el foco, donde están los mayores problemas?

– No, creo que donde hay que poner más foco es en los primeros años de vida. Si el chico no se alimenta bien su cerebro no se desarrolla. Hay que asegurarse que el chico tenga una alimentación que lo nutra bien en sus primeros años de vida. Así lo hace la fundación Conin y así lo propone el premio nobel James Heckman, quien plantea que no existe mejor inversión en educación que invertir cuando los chicos son pequeños.

En cuanto a la escuela secundaria creo que hay pocos países en el mundo donde no haya algún tipo de examen cuando terminan los chicos. Son si no cinco años para nada. En muchos países el quinto año es preparar un examen para determinar como va a seguir su vida, sus estudios. Yo no digo echar a suerte y verdad la vida de un chico de 17 años pero de alguna forma tiene que haber incentivos para que el chico estudie, y por supuesto hay que hacer cambios en los planes de estudio.

El año pasado se propuso hacer en la ciudad de Buenos Aires prácticas profesionalizantes para los chicos del quinto año del secundario. Yo estoy de acuerdo con la idea, pero no con la obligatoriedad. Un chico que va a ir a la universidad prefiero que no pierda el tiempo haciendo prácticas laborales sino que se prepare para ir a la universidad.

En este sentido el CBC es una estafa. No se entiende por qué el chico tiene que perder un año para entrar a la carrera, lo debería aprender en el secundario. Si hace falta algo llamado CBC implica que la educación secundaria no cumple su rol. Si tiene que aprender a leer y escribir el chico, corrijamos donde debe ser. Pongamos un examen al final del ciclo que no sea un examen de ingreso a la facultad sino que muestre como sale cada chico del secundario. Y luego que cada universidad con esa información decida. O apueste a becar a quienes los ve mejor preparados. Hoy así como está no llegan a la universidad los chicos de clase baja. Y si llegan es muy difícil que se reciban porque tienen que trabajar. Si no hay un buen sistema de becas es imposible. No digo que se arancelice pero sí por ejemplo como pasa en Uruguay. Allí el graduado realiza un pago por años para crear un fondo de becas para apoyar a la próxima generación. Esto es indispensable. A la universidad pública quienes más van provienen de escuelas privadas. Y los chicos que no pueden ir terminan pagando con sus impuestos a la universidad pública. En Argentina hay una doble moral. En general los políticos hablan en defensa de la educación pública. Pero hay muy pocos políticos que envíen a sus hijos a la escuela pública sino a privadas.

EDUCACION DUAL

– ¿Cuál fue su experiencia en Alemania? Se que estuvo conociendo como se desarrolla la educación allí

– Sí, viajé invitado por la fundación Naumann básicamente para adentrarme en algo que ya me interesaba y veo muy específico para la Argentina que es la educación dual.

– ¿Que es la educación dual?

– La educación dual tiene que ver con las prácticas laborales. Es que más o menos en lo que sería en nuestro tercer año del secundario los chicos pueden elegir por sus calificaciones o sus gustos distintos caminos. Un camino es el que va hacia la universidad. Otro camino es el que va hacia la vida profesional, retoma la vieja lógica de los oficios. Estudiar plomería, electricidad, tal que en estos últimos años del colegio secundario los chicos están parte en el colegio estudiando las materias que le toca y parte en una empresa donde se van entrenando en esa especialidad puntual, cobrando un salario de aprendiz. Así cuando terminan la secundaria tienen una preparación específica ya sea en electricidad o en tornería, lo que sea y pueden ingresar a esa misma empresa donde hicieron sus prácticas. Esto les genera una salida laboral y frente a la desocupación que hubo no hace muchos años en Europa Alemania ha sido el país menos afectado básicamente porque este número de los nini que no estudian ni trabajan es mucho más reducido en una sociedad donde se les da un cierto entrenamiento profesional. Yo creo que en la Argentina una lógica de educación dual sería muy aplicable. No se terminaría el secundario en pampa y la vía sino que tendría una salida laboral directa.

– ¿Cualquier país que quiera crecer necesita fundamentalmente mejorar su educación?

– Un país sin capital humano no crece. Yo creo que Argentina hoy no es un país rico, es un país pobre porque tener soja o las mejores tierras del mundo no sirve más. Estamos en la sociedad del conocimiento y lo que hace falta es conocimiento. Cada vez vamos a ser más pobres. Alguna vez fuimos un país europeo dentro de Latinoamérica. Hoy si miramos para los costados estamos cada vez más atrás. O hacemos algo hoy o dentro de 20 años nuestros hijos van a pagar las consecuencias sin duda. Aquí no estamos hablando de competir contra chicos que están estudiando en Bolivia, Paraguay u otros países limítrofes. Nuestros chicos van a tener que competir con otros que están en la India. El mundo está globalizado. Una empresa en la Argentina que quiera producir en el país podrá contratar mano de obra donde quiera no necesariamente aquí. O los chicos califican como un país promedio o el futuro será oscuro porque el capital humano que tenemos es escaso.