(Xinhua) — La economista argentina, Natalia Motyl, dijo hoy que la reestructuración del gabinete y la modificación de la meta fiscal para 2019, anunciadas hoy lunes por el gobierno de Argentina, deben incluirse en el marco de reformas más amplias, que engloben toda la estructura productiva del país.
En entrevista con Xinhua, la analista de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), habló sobre la decisión del presidente Mauricio Macri de rebajar de 19 a 10 el número de ministerios de su gabinete, así como del restablecimiento de un impuesto a exportaciones, medidas adoptadas dentro de un programa general que apunta a obtener “déficit cero” en lo fiscal en 2019.
“Es cierto que hubo reducción de ministerios, pero no se contrajeron las reparticiones, sino que se redujeron los rangos de los cargos. Para que el cambio se produzca es necesario que se reduzca cabalmente el número de empleados públicos. Y que estos empleados públicos sean absorbidos por el sector privado”, planteó la economista.
Para ello, consideró, esos empleados que saldrían del Estado “deberían ser capacitados por dos años con un sueldo, y que adquieran todo el conocimiento necesario para generarle un valor agregado a la sociedad argentina”.
La experta añadió que “más allá de esto, lo importante del anuncio de este lunes, y que debe ser remarcado, es que por primera vez observamos a un presidente (Macri) que reconoce que el camino se encuentra por el lado de la reducción del déficit fiscal”.
“Macri no sólo señaló que el principal problema de Argentina es que se gasta más de lo que ingresa, sino que también expuso una propuesta política, acertada o no, ya es otro tema, para reducirlo. A pesar de que esta reducción de ministerios sea más simbólica que otra cosa, es una señal de que existe un atisbo de esperanza para los argentinos”, dijo.
“El sendero es el indicado, pero falta mucho. La reforma de Estado también debe ser acompañada con una reforma impositiva, una reforma educativa y una reforma previsional que complemente y dé lugar a una trasformación de la estructura productiva”, remarcó la analista.
La reestructuración del Poder Ejecutivo anunciada hoy lunes por Macri se realizó luego de que, la semana pasada, el peso argentino se depreció un 21 por ciento frente al dólar, con una caída acumulada de un 34 por ciento en agosto y de un 100 por ciento en lo que va del año.
Además de los cambios en el gabinete, Macri anunció que se buscará llegar a la convergencia fiscal, o “déficit cero”, en 2019, dejando de lado la meta anterior, de un 1,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que permitirá al país ahorrar unos 6.000 millones de dólares, según explicó en una conferencia de prensa posterior el ministro de Hacienda y Finanzas de Argentina, Nicolás Dujovne.
El gobierno de Argentina anunció, además, el restablecimiento de un “derecho de exportación transitorio”, con impuestos al sector exportador mediante tasas de 4 pesos por dólar para ventas al exterior de productos primarios, y de 3 pesos por dólar a las exportaciones de productos industrializados, para una recaudación adicional de 68.000 millones de pesos (1.743 millones de dólares) este año.
Al respecto, Motyl señaló que “ésa fue la otra cara de los anuncios. El gobierno intenta llegar al déficit primario por dos vías, subiendo ingresos y reduciendo gastos. El asunto es que las retenciones, transitorias, sólo se aplican para 2019. Es decir, en 2021 se supone que estas retenciones transitorias desaparecerán”.
“Surgen entonces dos cuestiones. Una es que cualquier tipo de suba arancelaria desincentiva la inversión dentro del sector, y la otra es que si en 2021 se sabe que las retenciones dejarán de tener vigencia, no habrá incentivo para sembrar en 2020. El hecho de que sea transitorio puede llegar a abrir un canal especulativo con productores preocupados por sacar la máxima ganancia de un Estado que lo absorbe todo”, consideró.
Al abordar las perspectivas de Argentina a nivel general, la economista dijo que “son favorables para el próximo año con una buena cosecha y más ingresos vinculados al sector Turismo. Sin embargo, es necesario que se achique el Estado y se reduzca el gasto para que podamos apuntar hacia un crecimiento de largo plazo que nos posicione mejor frente a los shocks que puedan venir del resto del mundo”.
“No es un camino fácil, pero tampoco es imposible. Dependiendo de cuál sea el camino que se escoja podremos ver a una Argentina más consolidada en el tiempo o al borde del precipicio”, advirtió Motyl.