La realidad de la República nos vuelve a golpear nuevamente

Por Gabriel Fridrij, economista.

La realidad de la República nos vuelve a golpear nuevamente, como consecuencia de nuestra inmadurez  como país y como sociedad. Pensé mucho cómo poder expresar lo que veo, y lo que siento, como economista, y sobre todo como ciudadano. No es menor que el país reiteradamente retroceda de los incipientes procesos de recuperación, y la pregunta es ¿por qué nos suceden las crisis reiteradas y sistemáticas?

Las respuestas pueden ser diversas, mi enfoque se basa en la falta de  un plan económico y social de largo plazo. Los incentivos  de cada gobierno parecen buscar resultados de corto plazo, y los temas de fondo no se resuelven. El País necesita estabilizar su moneda (como condición  necesaria, no suficiente) para poder crecer genuinamente, y no crecer solo con shocks devaluatorios de corto plazo, los cuales no son reales sino efímeros. Para ello, un factor desequilibrante es controlar el gasto público, para encuadrar el déficit fiscal. Esto claramente significa recortar una gran cantidad de planes sociales, subsidios, achicar el estado, en definitiva, tomar la raíz del problema, que para mi visión es el tamaño del estado Argentino.

Por otra parte, hay que darle al sector privado las posibilidades de crecer, flexibilizando el mercado laboral, bajando impuestos, y dejando que los incentivos por maximizar los beneficios se encaminen con reglas de juego claras. En definitiva, un estado pequeño y eficiente no burocrático, que deje a los agentes privados producir en forma libre, bajo un marco legal adecuado y que los demandantes libremente puedan optar por donde y que comprar.

Sin embargo no conteste la pregunta, y la respuesta es la siguiente, ningún gobierno esta dispuesto a asumir el costo político del ajuste real que hay que concretar de fondo, no de maquillaje, y dejar de castigar  al sector privado que trabaja, con la enorme  sobrecarga estatal. Esto no se asume, o porque piensan que no tienen capital político para hacerlo, o porque no están las condiciones sociales. Y la realidad es que por este camino que seguimos transitando nunca lo estarán.

La clave del progreso económico es la educación, en cantidad y calidad del factor productivo trabajo, y más en un mundo tan globalizado. Pensar que el estado Padre podrá suplir esta deficiencia, solo con planes, donde  vivamos al borde del abismo en forma permanente no tiene sentido racional ni económico. La República hoy no es viable con una tasa de interés mayor al 70%, ninguna actividad productiva ni de servicios puede generar una rentabilidad para pagar una tasa de esta magnitud, la carga impositiva a las empresas y trabajadores es muy elevada, lo que impacta en las decisiones de inversión y consumo. Los niveles de pobreza que tendremos en escalada dada la falta de actividad económica por la recesión, sumada a la inflación que hemos acumulado genera otra ruptura en la económica Argentina.

Si no se toman las medidas de fondo, asumiendo de una vez por todas los costos, y llegando a la raíz del problema, para dar una solución de primero mejor, vamos a seguir parchando, pero cada vez con menos holgura dentro de la sociedad Argentina, y continuaremos como hasta ahora sin crecer en forma genuina. Tenemos que asumir como sociedad que debemos invertir pensando en el largo plazo,

Quiero dedicar esta reflexión a mi padre que falleció hace 8 meses y que fue un idealista y luchador por una sociedad justa basada en la libertad  y derechos de cada individuo.