Iván Cachanosky
Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
VISIÓN LIBERAL- Iván Cachanosky: “El gobierno tiene que poner de su parte reduciendo impuestos”
2018 no fue un buen año para Cambiemos. Los indicadores están cada vez más en rojo y los pronósticos para lo que resta del año no son para nada alentadores. Las tarifas aún no logran ser reajustadas y sinceradas con totalidad, la inflación acumulada, según las consultoras, podría llegar a superar el 41% y la devaluación se hace notar con más fuerza en los precios de los productos de la canasta básica familiar.
Además, la caída del poder adquisitivo en el sector privado rondaría el 11% en el cierre del año, la cifra más elevada desde 2002. Y, como si fuera poco, en lo que va de este 2018, las tarifas de los servicios crecieron a un ritmo que duplicó a la inflación general, en los casos de transporte, gas, electricidad y combustible.
“La inflación viene pegando fuerte en la canasta básica. Principalmente por la devaluación. Probablemente la inflación termine en torno al 45% este año, un nivel demasiado alto”, alertó el licenciado en Administración de Empresas Iván Cachanosky, en contacto con Visión Liberal, a quien le pedimos un análisis general del impacto de las tarifas en el bolsillo del consumidor, con sus causas y consecuencias.
“Se volvió tan alta la inflación que el poder adquisitivo de las personas empezó a caer. ¿Por qué? Porque el salario no creció al mismo ritmo. Como hay alta inflación, las tasas se encuentran altas, intentando contenerla, pero esto genera un golpe en la actividad. Entonces, hasta que no baje la inflación y no recupere la actividad, el bolsillo de la gente se verá afectado perdiendo poder de compra. Probablemente esto siga hasta marzo, abril“, comentó Cachanosky, también magister en Economía aplicada.
Con respecto a las tarifas, el gobierno prevé una última actualización para este último trimestre del año. “El tema de las tarifas es el más complicado. Estaban atrasadas y había que sincerarlas. Básicamente, la tarifa de gas o electricidad tiene tres componentes: producción -o generación en caso de electricidad-, transporte y distribución e impuestos. El primero tiene precio en dólares, y fue al que más subsidios se le fueron quitando. El tema es que con la devaluación y la inflación retrocedieron, porque el porcentaje que cubre la tarifa es menor otra vez” explicó Cachanosky y agregó: “Se hizo un esfuerzo enorme por quitar subsidios, pero ahora ese esfuerzo dio marcha atrás. Y vuelve a pasar en un contexto de caída del salario real, donde vos tenés cierto ingreso o cierta restricción presupuestaria y ahora, para pagar las tarifas, vas a tener que consumir menos de otros bienes. Y cada vez empieza a pasar más“.
El aumento de las tarifas de gas, temática que desató polémica la semana pasada, tendría un cronograma de subas para octubre (entre un 30% y 35%) y otro para enero (sin definir aún, pero con estimaciones del 15%). “Este último lío con la factura de gas que se iba a pagar en 24 cuotas justo llega en un momento complicado de la coyuntura. Por eso el gobierno se va a hacer cargo. Lo óptimo sería bajar impuestos para alivianar el costo de la tarifa. Después de la devaluación, el cronograma de Aranguren hay que replantearlo. Las tarifas se tienen que seguir sincerando“, indicó el licenciado.
¿Es momento adecuado para seguir dando malas noticias? “Nunca va a ser un momento oportuno. El tema es también preocuparse por los problemas estructurales para que la economía no colapse como colapsó. Lo que debería pensar el gobierno para poner su parte es reducir los impuestos, el tercer componente. Porque si no, es todo ajuste al sector privado. En cambio, si reduce los impuestos, parte de este sinceramiento de tarifas lo paga el gobierno recaudando menos y con las tarifas más baratas“.
Por último, Cachanosky reflexionó sobre el contexto económico actual y remarcó: “hay déficit fiscal alto porque hay gasto público alto, y eso genera inflación, y eso genera pérdida de poder adquisitivo. El desafío es concientizar sobre esto, y exigirle al gobierno que baje el gasto público, que pare de ajustar en el sector privado aumentando impuestos o retenciones, porque eso provoca que no lleguen inversiones, que son claves para crecer. Necesitamos una sociedad que no demande populismo, pero creo que estamos muy lejos todavía“.