Iván Cachanosky
Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
NOTIAR – Suba es coyuntural y de corto plazo, pero con algunos “peros” – Tres acontecimientos confluyeron: el anuncio de MSCI del martes (“emergente” y “frontera”), mal dato de inflación y cambios en la política de las Leliq.
El dólar tuvo una jornada alcista en los últimos días, alcanzando un máximo de $41,45 por dólar. Cuando hace apenas una o dos semanas atrás la preocupación era que el dólar vuelva a ubicarse en la zona de no intervención, luego de haber traspasado la banda inferior, ayer la preocupación era que el dólar subía. La verdad que este cuento suena a histeria.
¿Qué ocurrió en los últimos días que generó este cambio? Principalmente hubo tres acontecimientos que jugaron a favor de que el tipo de cambio se incremente. En primer lugar, la empresa MSCI, a través de un comunicado, anunció que las empresas de Argentina estarán en dos índices (por efecto de la devaluación en el PBI): en el de “MSCI Emerging Markets Index” a partir de mayo y en el de “MSCI Frontier Markets Index”. En palabras sencillas, la Argentina estará en los dos índices, el “emergente” y el “fronterizo”, lo cual es mejor porque aumenta el mercado para sus activos.
Sin embargo, generó dudas respecto de que no fuera que estaban reconsiderando la calificación “emergente”. Recordemos que el año pasado se anunció que la Argentina pasaría a tener ese estatus, pero las circunstancias se complicaron el año pasado producto de la crisis cambiaria. Esto generó gran incertidumbre en los mercados, afectando al Merval y al riesgo-país. Desde luego, todo aumento de la incertidumbre impacta en la demanda de dólares.
Por otro lado, hay que sumar el mal dato de inflación correspondiente al mes de enero, que fue por arriba de lo esperado. El índice de precios al consumidor avanzó un 2,9% mensual cuando las expectativas rondaban en un avance del 2,6% mensual. En términos interanuales, la inflación se ubica en 49,3%. Como si esto fuera poco, la inflación de febrero no será alentadora donde se espera por lo menos un piso del 3%. El hecho de que el dato oficial haya sido mayor al esperado incrementó también la incertidumbre generando presión sobre el dólar.
Además, las recientes restricciones a la compra de Leliq por parte del sistema financiero, no sólo implica una menor oferta de divisas, sino que algunos bancos tendrán que desarmar parte de sus posiciones y demandarán dólares para enviar esos fondos al exterior. Lamentablemente, esta medida tendrá como costo un menor financiamiento externo de la demanda interna en un momento que se necesita alentar la recuperación de la economía.
El tercer condimento a tener en cuenta ante la suba del tipo de cambio es la licitación de las Leliq, ya que el BCRA no licitó todo lo que vencía ($190.000 M). La renovación fue por $180.000 M, por lo que, los pesos sobrantes probablemente también hayan ejercido presión al dólar. Al analizar estas tres variables, pareciera que esta suba del dólar es muy coyuntural y de corto plazo, pero con algunos “peros”. No es bueno que la inflación haya estado por encima de las expectativas. Y lo cierto es que, por más que Argentina sea considerado un país “emergente”, los inversores no lo perciben del todo así. El mercado aún continúa escéptico de que el próximo gobierno (sea el que fuere) encare las reformas estructurales que el país necesita. Por eso, es importante tener en cuenta que, si bien el dólar pudo haber tenido una suba coyuntural por estos hechos puntuales, lo cierto es que se deben encarar las reformas necesarias o inevitablemente en un futuro estaremos en problemas nuevamente.
Por lo tanto, ni histeria ni dormirse en los laureles. Por su parte, el Banco Central pareció quitarle importancia y no entrar en la histeria, pero tampoco se relajó, ya que sobre el final de la jornada actuó con ventas en el futuro y continuó su alza de tasas. También debemos recordar, que el Tesoro cuenta con u$s 8.500 millones para contener presiones sobre el dólar. Aunque idealmente este dinero es conveniente se guarde para más adelante, para el segundo semestre, cuando la carrera electoral incremente la incertidumbre metiéndole presión al dólar.
Es posible evitar una nueva crisis cambiaria, pero si esto no va acompañado de resolver los problemas estructurales, sólo se estaría retrasando las consecuencias macroeconómicas de no reducir el gasto público. El dato más alarmante es que el riesgo país volvió a subir. Es justamente el dato que Argentina necesita que baje para poder volver al financiamiento en los mercados internacionales y sacar del horizonte otra cesación de pago de su deuda pública.