Inflación: entre lo urgente y lo importante

Foto Ivan Cachanosky
Iván Cachanosky
Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

ÁMBITO FINANCIERO – Las elecciones presidenciales están cada vez más cerca y el oficialismo idealmente debería mostrar una economía que se recupera, cuestión que no será sencillo de hacer. Pero quizás uno de los puntos más importantes, es que puedan mostrar que finalmente la inflación comienza a ceder. Avanzan los meses y lamentablemente los precios van hacia arriba y no hacia abajo. En marzo, la inflación anual alcanzó el 54,7% y peor aún, la inflación de los alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 64%. Claramente frenar la escalada de precios es uno de los desafíos más apremiantes de cara a las elecciones, pero también en el largo plazo. En concreto, frenar la inflación es importante (para el largo plazo), pero también es urgente (en el corto plazo de cara a las elecciones). Por esta razón, hay una estrategia de corto plazo para atender lo urgente y otra de largo plazo para lo importante.Devaluación y aumento de precios

Lo urgente es que la inflación comience a mostrar signos de desaceleración cuanto antes ya que las elecciones se encuentran cada vez más cerca. Esta batalla se libra principalmente en el mercado cambiario (precios esenciales puede ser una ayuda, pero no determinante). La devaluación del año pasado ha generado un fuerte incremento en el nivel de precios. En un país con desequilibrios macroeconómicos como Argentina, el traspaso a precios de una devaluación es mucho mayor que en aquellos países donde la economía está ordenada. Por eso Argentina sufre más que el resto. Por otro lado, la última subida del tipo de cambio observada la semana pasada ha asustado al Gobierno, que tomó cartas en el asunto. Recordemos, ahora la Zona de No Intervención (ZNI) es horizontal (y no creciente) y en caso de que el tipo de cambio supere la banda superior de la ZNI, el BCRA podrá vender hasta u$s 250 millones en el mercado cambiario en lugar de u$s 150. Además, también se podrá intervenir, aunque el tipo de cambio se encuentra dentro de la ZNI ante cambios abruptos. Estas medidas van en la dirección correcta ya que se cuenta con más herramientas para dar batalla en el mercado cambiario. Sin embargo, esto no quiere decir que sea suficiente. Son medidas cortoplacistas que van en la dirección de traer paz en el mercado cambiario, pero no de garantizarla. También, se debe tener en cuenta que el Tesoro vende u$s 60 millones diarios para poder cubrir sus gastos en pesos. En este marco, sería bueno que el FMI permita que el timing de estas ventas se revise, y que, si el Tesoro no necesita cubrir gastos en pesos, entonces pueda optar por no vender dólares en el mercado y de esta manera pueda acumularlos para vender en un futuro donde la incertidumbre sea mayor. En otras palabras, acumular las municiones para cuando sea realmente necesario en lugar volcarlas en el mercado cuando éste más tranquilo (como ahora).

Por último, en cuanto a lo importante, la estrategia de fondo sigue siendo la emisión cero de la Base Monetaria, que es una medida acertada pero que también puede ser insuficiente. Debemos tener presente que el dinero es un bien más. De esta manera, los procesos inflacionarios ocurren cuando la oferta de dinero es superior a la demanda de dinero. Lo que hace el BCRA es congelar la oferta de dinero. Sin embargo, si la demanda de dinero disminuye (lo que está ocurriendo) se genera un desequilibrio de todas maneras y se sufren las mismas consecuencias que una emisión monetaria. Desde luego el escenario actual es mejor, ya que antes la oferta de dinero crecía y la demanda caía. Ahora, cuando la oferta ya no crece, el problema es que se aceleró la caída de la demanda de dinero.

En conclusión, las medidas para atender lo urgente van en la dirección correcta, pero esta estrategia puede ser insuficiente. Es importante que el Gobierno pueda utilizar más dólares en caso de que sea necesario. La estrategia de no emitir también va en la dirección correcta, pero se debe atender también el problema de la demanda de dinero, que continúa cayendo.

Buscar