La maldición del ‘dólar poselectoral’, un desafío para 2020

PERFIL – MIRTA FERNANDEZ

Hay un patrón casi calcado en Argentina: después de un año electoral, al siguiente hay devaluación porque el atraso cambiario suele ser una herramienta para estimular el consumo. ¿En 2020 se repetirá esa dinámica? Los economistas alegan que es díficil de predecir porque “la clave será qué pasa con el dólar en el lapso electoral”. Creen que como el dólar ya saltó 100% en 2018, el atraso cambiario no es tan significativo como para justificar una megadevaluación en 2020. Aunque hay algo de consenso en que el mercado podría “forzar una devaluación” en caso de un triunfo del binomio Fernández. Rodrigo Alvarez, de Analytica, opinó que a esa fórmula “le costará muchísimo seducir a los inversores, y la respuesta del mercado será refugiarse en el dólar”. Guido Lorenzo, de LCG acordó: “Si Fernández no muestra una señal mucho más promercado, se le puede disparar una devaluación”.

Valor del dólar en Argentina, devaluación del pesoEscenarios. Lorenzo afirmó que “el punto de partida es mejor que porque ya hubo un ajuste importante del dólar”. No obstante, explicó que “si el Gobierno logra mantener estable el tipo de cambio, pero los precios siguen aumentando, y los salarios suben por paritarias, habrá algo de atraso, y si el dólar luce barato, el mercado en algún momento lo va a ajustar, sea en diciembre o en 2020, no una devaluación del 50% o 60%, pero quizás un 20%”.
Matías Rajnerman, de Ecolatina, razonó que una devaluación “dependerá de lo que pase en estos meses, si hay corrida cambiaria porque tuercen la mano al BCRA, no habría que hacer una corrección; ahora si el dólar sigue quieto, pero se acumulan muchos meses de inflación al 2,5% o 3% que va erosionando la competitividad, aunque no habrá un atraso significativo como en 2017, en la primera parte de 2020 sí habría un salto cambiario, pero no una megadevaluación como después de otras elecciones”.

El economista sostuvo que “el actual escenario es muy distinto a la historia reciente, en 2011 se eligió no devaluar y por eso se puso el cepo, a fines de 2015 fue por la salida del cepo, en 2017 había mucho atraso cambiario, y estaban las Lebacs con la posibilidad de que se dieran vuelta”.

Alvarez planteó que “la duda es si se van a reabrir en 2020 los mercados de crédito voluntario” y evaluó que “devaluar como en 2018 para corregir desequilibrios es una solución suicida, lo que debería buscar el próximo gobierno es una combinación de medidas que aporten alivio en la presión de la demanda, por ejemplo algún canje voluntario de deuda que libere parte de las necesidades en dólares, y alguna restricción a cierto movimiento de capitales, no un cepo, pero apelar a una solución única podría ser muy dañino para la economía”.

Aldo Abram, de la Fundación Libertad y Progreso, analizó que “en otros años electorales no enfrentabas la posibilidad de una corrida cambiaria, y en 2019 sería muy optimista pensar que no vamos a tener una nueva corrida contra el peso antes de las elecciones”. Un informe de Economía & Regiones prevé que el dólar podría saltar “en cualquier momento luego de las PASO, cuanto más ventaja saque la fórmula de los Fernández”.

EN TENSION

Congelar el tipo de cambio es una herramienta habitual en años de elecciones. También es común entonces que salte en los años siguientes.
◆ Se dio en 2014, cuando en enero con Juan Carlos Fábrega en el Banco Central subió 30%.
◆ En 2015, Federico Sturzenegger comandó el fin del cepo, que blanqueó un salto del dólar de $ 9 a $ 15.
◆ El mismo banquero central vivió el salto a $ 25 en 2018, tras el triunfo de Cambiemos en las legislativas.
◆ Luis Caputo comandó el salto ese mismo año de $ 30 a $ 40.
◆ Desde octubre, el tipo de cambio sube menos que la inflación. ¿Presión para 2020?

Es ley: después de años electorales con atraso cambiario la divisa suele saltar

Inflación de junio, ¿con 2?

La inflación de mayo fue de 3,1%, mostrando una desaceleración por segundo mes consecutivo en un escenario de estabilidad cambiaria. El desafío del Gobierno es consolidar el sendero descendente en un contexto de incertidumbre electoral que podría alentar una dolarización. El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, manifestó estar “convencido de que, si persistimos en esta política monetaria estricta, la inflación seguirá bajando”.
En el Gobierno estiman que rondaría en 2,5%. Las consultoras privadas proyectan 2,6% o un poco más, pero condicionan la cifra al mantenimiento de la calma cambiaria.
Federico Moll, de Ecolatina, señaló a PERFIL que “el proceso inflacionario está determinado por lo que pase en el mercado cambiario, y la estabilidad que se está viendo es positiva, estimamos una inflación de 2,6% en junio, lo que puede interpretarse como algo positivo porque sería un tercer mes seguido de desaceleración, o negativo porque incluso en un escenario donde el dólar no se mueve, aún es una cifra elevada”. Melisa Sala, de LCG, calculó una inflación “por encima de 2,5% en junio” porque recae la tercera cuota de aumento del gas y el ajuste autorizado sobre las cuotas de los colegios privados. “La posibilidad de que la inflación converja a tasas por debajo del 3% en el segundo semestre dependerá del dólar”, sostuvo. Fausto Sportorno, de la consultora Ferreres, indicó que en la primera semana de junio la suba de precios fue de 2,6% respecto a igual período de mayo.

LAS ULTIMAS CUATRO. Fábrega, en 2014, Sturzenegger en 2015 y 2018, cuando se anotó también Caputo.