Los mejores planes no se planean

MISIS REPORT – Según la definición de manual, los economistas nos pasamos la mayor parte del tiempo construyendo modelos que intentan explicar un determinado fenómeno social. Sin embargo, los modelos son una simplificación de la realidad, no son la realidad en sí. El problema radica en su confusión

Por ejemplo, imaginen que les dibujo un corazón, visualicen la forma clásica de Fav de Instagram. Ahora deténganse a pensar si pudieran sacarse el corazón del pecho y observarlo durante dos segundos. ¿Usted cree que lo que va a observar será lo mismo que yo le dibujé previamente? Definitivamente no. Lo mismo sucede con los modelos, el dibujo choca con la realidad.Economia liberal

Los modelos se enfocan en un determinado objeto de estudio y hacen abstracción de un montón de cuestiones para “simplificar el análisis”. Sucede cuando nos enamoramos, mientras tus amigas ven al chico que te gusta bastante desaliñado y celoso, vos sólo podes ver a alguien completamente espectacular, inteligente y protector. ¿Existen dos realidades? No, sólo una, el tema es que cuando nos enamoramos hacemos abstracción de muchos aspectos, idealizamos y nos quedamos con el core. Sucede algo similar cuando construimos un modelo. Muchas veces nos enamoramos tanto del modelo que obviamos el resto y luego, cuando es necesario aplicarlo a la realidad ésta nos choca de frente sin piedad.

Se acerca septiembre, nadie debe ser juzgado por amar, pero sí por amar a un modelo. A Hayek le sucedió lo mismo cuando escribió su paper “Uso del conocimiento en la sociedad”. Hayek postulaba que todo el conocimiento de la sociedad no se encuentra concentrado en un solo lugar, sino que se haya disperso.

La única forma de que este conocimiento pueda ser captado y utilizado de forma fehaciente es a través del libre mercado. Para que se entienda mejor, cuando va a comprar un chocolate siempre pregunte previamente el precio para no quedarse pensando al final cuánto debería pagar y si es muy caro o no lo que pidió. Sólo mediante un orden espontáneo, como el sistema de precios, es posible transmitir información desde una punta hacia otra.

La realidad funciona como cuando abrís y luego entrecerrás los ojos antes de contestar una pregunta qué te parece obvia, lo haces de forma espontánea y sin planificarlo, delatándote. Lo espontáneo no puede ser planificado. Aunque todo el mundo planifica, planifica en base a su propio ser y no involucra a más de uno. Por lo tanto, la planificación debe ser descentralizada. El conocimiento que tiene uno puede ser utilizado por otro y viceversa.

El problema es que muchas veces tardamos en darnos cuenta de que existe algo espontáneo que se comienza a gestar desde el momento cero. Quizás la arrogancia de la que tanto habla Hayek es más real de lo que suponemos. Yo creo que a veces es más fácil agarrarnos con fuerza a un modelo que admitir que la realidad es un proceso de constante cambio de espacio y tiempo. Escasea impulso ya que al estar formados de carne y hueso las personas se acobardan.

Recuerdo que la primera clase que di sobre modelos y corazones, una persona se encontraba tomando una Coca-Cola y en ese momento me dieron tantas ganas de beber Coca-Cola que automáticamente al terminar la presentación fui a comprarme una Coca-Cola. La cuestión radica en que el consumidor sea soberano y tenga el poder, si el Estado le otorga la libertad, de modificar un estado de insatisfacción a otro de satisfacción. Y sólo será posible ya que detrás de este existe todo un orden espontáneo que le asegura que tomará la línea de subte adecuada o el mate conveniente para la ocasión.