Trátame suavemente

PORFOLIO PROFESIONAL DE INVERSIONES – “Desde hace una década que la Argentina no crece, se encuentra sumida en un profundo letargo a causa de una serie de gobiernos populistas que lo único que priorizaron hasta el momento fue el sostenimiento de un gasto público insostenible en el tiempo”. Pero esto no siempre fue así… Por Natalia Motyl, Economista de Libertad y Progreso.

Gustavo Cerati en esta canción describe que no quiere “seguir soñando mil veces las mismas cosas, ni contemplarlas sabiamente”, claramente, uno tampoco quiere ver a la Argentina pasando una y otra vez por las mismas cuestiones. Es necesario despertar de esta pesadilla tan neurótica en el parece que nos encontramos sumisos. No hay nada más peligroso que encontrarnos sumergidos en un espacio irreal fuera de toda realidad cabal que nos permita despertar y crecer. Obviamente, existen muchos individuos que le temen a la realidad porque eso implica un madurar, enfrentarse a lo desconocido, aceptar nuevas responsabilidades y nuevas posibilidades. Sin embargo, no hay nada de malo en temerle a despertar porque lo peligroso es no hacerlo.Fin del cepo y crecimiento económico

Desde hace una década que la Argentina no crece, se encuentra sumida en un profundo letargo a causa de una serie de gobiernos populistas que lo único que priorizaron hasta el momento fue el sostenimiento de un gasto público insostenible en el tiempo, provocando un agudo descalabre a nivel fiscal que terminó por reproducirse -cuál infección dañina- a las restantes variables macroeconómicas y, finalmente, contaminando a la estructura productiva, afectando de ese modo el crecimiento económico del país.

Esto no siempre fue así ya que a principios del siglo XX nuestro país fue el más rico de la región y uno de los más importantes en el mundo, con salarios industriales que se equiparaban a países como Estados Unidos y Gran Bretaña. Luego, con el paso del tiempo bajamos al promedio de la región para, finalmente, competir con algunos países africanos. En éstos momentos existen 10 países de África que nos van a superar en cualquier momento.

No es novedad que las empresas argentinas paguen los impuestos más altos del mundo, luego de la isla de Comoros, teniendo el nivel de gasto público que tenemos. Es tal el nivel de servidumbre que sufrimos que cualquier empresa argentina debe pagar un total de 47 impuestos, sin contar los impuestos a los ingresos brutos, de otra forma, el número total se incrementaría catastróficamente. Del total de 47 impuestos, 20 son tributos impositivos y previsionales -11 nacionales, 5 provinciales y 4 municipales-, 24 regímenes de recaudación anticipada relacionados a los anteriores -16 nacionales, 5 provinciales y 3 municipales- y 3 normas procedimentales en materia tributaria, uno por cada nivel de gobierno. Éstos datos refuerzan el hecho de que la Argentina posee un complejo sistema tributario que elevan los costos de la firma, volviéndola con el tiempo poco competitiva en relación al resto del mundo. Por ejemplo, en la actualidad el 52,4% del precio total de la cerveza son impuestos y el 28% del precio de la yerba mate también son impuestos. ¿Cómo se sobrevive en un país con éstos números? Es casi imposible.

Tampoco es casualidad de que la tasa de desempleo sea tan alta en nuestro país y la recaudación vaya cayendo en picada. Cuando la presión impositiva es tan alta, los sectores productivos no pueden reinvertir, ni expandirse ya que sólo se dedican a sostener la burocracia estatal. Es hasta muy probable que llevando adelante un simple cálculo costo-beneficio decidan cerrar, dejando afuera del mercado laboral a cientos de personas. El resultado al final del día es la contracción de toda la economía y una alta tasa de desempleo. Con estos resultados, la recaudación también se contrae. Al final del día, todos terminan perdiendo.

Es imprescindible remarcar, nuevamente, que la raíz de esto es que desde el 2003 hasta la fecha el gasto público se incrementó a un nivel que se ha vuelto insostenible, desde los 25 puntos del producto hasta el 44%. Fundamentalmente debido a la cantidad de empleados públicos a nivel municipal -117% de variación entre 2003/2018- y a nivel provincial -77% entre 2003/2018-. Con éstos números tenemos un sector público cada vez más grande, un sector privado que debería ser el motor de crecimiento económico ahogado de impuestos y una economía estancada, con 5 recesiones en 10 años.

Por ello, tal como comenta Cerati, intentemos tratar suavemente a la Argentina: llevemos adelante un fuerte ajuste fiscal y permitámonos vivir otra realidad, despertemos de esta pesadilla y disfrutemos las etapas de crecimiento.