EL ECONOMISTA – Una de las variables de mayor relevancia del comercio internacional es el tipo de cambio entre las dos monedas de los países que comercian entre sí. Por ejemplo, el tipo de cambio del peso (moneda local) en términos al dólar (divisa) será la cantidad de pesos que hay ceder para conseguir un dólar. El tipo de cambio nos da una idea de cual es el valor de cada una de las monedas. Existen dos posibilidades.
- Que el tipo de cambio suba. Necesitamos más pesos para conseguir un dólar. Podemos interpretar de que el dólar se aprecia o que el peso se deprecie.
- Que el tipo de cambio baje. Necesitamos menos pesos para conseguir un dólar. El dólar se deprecia o que el peso se aprecia.
El tipo de cambio es clave en el mercado de divisas ya que para que nuestro país pueda comerciar con otro país, por ejemplo, Estados Unidos, es necesario conseguir dólares y para poder comprar en Argentina se necesitan pesos. De tal manera que hablamos de un mercado con oferta y demanda tanto del peso como del dólar.
Para que el tipo de cambio suba, el dólar se aprecie o el peso se deprecie, es necesario que suceda algo en el mercado del peso o del dólar.
- Que la oferta de dólares se contraiga, puede ser, por ejemplo, por un cambio de política de la Fed como la suba de tasas del año pasado a través de la restricción de emisión de dólares
- Que la demanda de dólares se incremente y eso haga subir su valor.
- Que la oferta de pesos se expanda y a mayor emisión el valor de la moneda local comience a perder valor. Tal como estuvo sucediendo durante la época kirchnerista y parte del gobierno actual.
- Que la demanda de pesos caiga, lo que estamos observando durante el último tiempo. Hoy en día los argentinos no quieren pesos y eso se da luego de muchos años de emisión monetaria que destruyeron la confianza en nuestra moneda local y salgan todos desesperados a comprar dólares en momentos de mucha incertidumbre.
Por otra parte, para que el tipo de cambio baje, el dólar se deprecie o el peso se aprecie, es necesario que suceda algo en los mercados de las dos monedas.
- Que la oferta de dólares se expanda, por ejemplo, con la última decisión de la Fed de recortar las tasas de interés por medio de un incremento de la oferta monetaria.
- Que la demanda de dólares baje, presionando a la baja su valor.
- Que la oferta de pesos se contraiga, por ejemplo, la decisión del BCRA con una política monetaria más restrictiva.
- Que la demanda de pesos se incremente, los argentinos demanden más moneda local.
Que el tipo de cambio sea muy volátil depende de dos factores.
- Política monetaria. Una política monetaria más restrictiva tiende a estabilizar el valor de la moneda local. Es lo que apuntó el Gobierno desde principios de año y lo que motivó la estabilización de la moneda en el último período.
- Expectativas. La incertidumbre en un país en donde las instituciones no son fuertes provocan que sea uno de los factores que más volatilidad le otorguen al tipo de cambio. El Gobierno no hizo nada en este asunto. Las instituciones siguen igual de débiles, una reducción del gasto le hubiese otorgado mayor credibilidad, y las incertidumbres tanto locales –debido a las próximas elecciones– como global –por la guerra comercial entre China y EE.UU. y la última decisión de devaluar yuan– provoca una aguda volatilidad del tipo de cambio.
El error del Gobierno hasta el momento fue no atacar el tema de las expectativas y no sacar de foco la incertidumbre que hoy está haciendo subir el tipo de cambio. Si durante toda su gestión se hubieran dedicado a fortalecer las instituciones, a través de una mayor disciplina fiscal, en vez de aplicar parches, hoy la Historia hubiese sido muy diferente a lo que es hoy: los argentinos preocupados por la suba del dólar.