¿Qué explica el crecimiento del Estado durante el siglo XX? ¿La democracia, las ideas, el lobby? ¿La tecnología?

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.
Doctor en Administración por la Universidad Católica de La Plata y Profesor Titular de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Sus investigaciones han sido recogidas internacionalmente y ha publicado libros y artículos científicos y de divulgación. Se ha desempeñado como Rector de ESEADE y como consultor para la University of Manchester, Konrad Adenauer Stiftung, OEA, BID y G7Group, Inc. Ha recibido premios y becas, entre las que se destacan la Eisenhower Exchange Fellowship y el Freedom Project de la John Templeton Foundation.

https://bazar.ufm.edu/ – ¿Por qué ha crecido tanto el tamaño del Estado a partir del siglo XX? Antes, no había estados que absorbieran más de 10 puntos del PIB. Sin embargo, hoy, en los países más ricos ese porcentaje está por arriba del 25% y en algunos casos hasta del 40%. ¿A qué se debe ese cambio?

Hace muchos años ya tuve la oportunidad de visitar a Gordon Tullock, y cuando salió este tema me dio un artículo de su autoría, que luego tradujimos y publicamos en la revista Libertas: https://www.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/Tullock-Gordon.pdf

La discusión acerca de las causas de ese crecimiento sigue abierta. Unos años después, Tyler Cowen, profesor de George Mason University, presenta un paper en una reunión de la Mont Pelerin Society, sobre ese mismo tema y agrega una hipótesis más: la tecnología. http://www.bcaplan.com/Cowentech.pdf

Básicamente, el punto es que de la misma forma en que la tecnología del transporte, las comunicaciones y otras, facilitaron el crecimiento del tamaño de las empresas, también lo hicieron con el tamaño del estado.

Yo suelo ser optimista respecto al impacto de la tecnología en la libertad pero habrá que tener en cuenta estos argumentos. Así dice Cowen:

“A menudo escucho argumentar que las nuevas tecnologías traerán mayores posibilidades para la libertad. Por ejemplo, ciberespacio, tecnologías para el anonimato en línea y genética, algún día, la ingeniería podrían desfavorecer al gran gobierno (Friedman 2008). Habiendo dicho esto, las tecnologías futuras y sus efectos han sido notoriamente difíciles de predecir en el pasado. Por lo tanto, debemos ser cautelosos al sacar conclusiones aquí.

Otros sostienen que una mayor competencia entre los gobiernos ha traído una mayor libertad para el mundo, o traerá mayor libertad en el futuro (McKenzie y Lee 1991). Escuchamos cómo los movimientos de capital más libres imponen disciplina a los gobiernos y los obligan a instituir mejores políticas. A medida que los recursos se vuelven más móviles con el tiempo, podríamos esperar que tales restricciones produzcan más libertad a largo plazo.

Tales hipótesis, sin embargo, no encuentran apoyo en los datos. La evidencia muestra que las pequeñas economías abiertas tienden a ser más intervencionistas que más libres (Rodrik 1998). Cuanto más abierta es la economía, más riesgos enfrentan las personas por las perturbaciones de mercados mundiales más grandes. Estos ciudadanos tienden a favorecer una mayor intervención del gobierno, no menos, para protegerse contra esos riesgos. A medida que avanza la historia, vemos más ejemplos anecdóticos para apoyar este resultado estadístico general. Los mercados globales han castigado a muchos países más pobres, como Argentina o Indonesia, por sus malas políticas intervencionistas. A menudo, el resultado final es más intervención del gobierno, no menos.

Canadá es una economía más «abierta» que Estados Unidos, pero típicamente tiene una mayor ntervención gubernamental y mayores niveles de gasto público. En los países nórdicos las economías son muy abiertas y tienen mucho gasto público, aunque también tienen una mano reguladora relativamente ligera.

Más tecnología no necesita deshacer la politización de las sociedades. Las tecnologías futuras pueden aumentar o disminuir el papel del gobierno en la sociedad, pero si la historia muestra lo que pasa es que no debemos descuidar la tecnología para entender el cambio de un viejo equilibrio político a uno nuevo.”