El impacto de la segunda ola: menos crecimiento, más déficit y emisión

PERFIL – Aun año de la cuarentena, una segunda ola de Covid acecha ante la escalada de contagios,la circulación en el país de nuevas cepas más virulentas, y un ritmo lento de vacunación. Ese cóctel amenaza con afectar la recuperación económica. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas alegó que “no va a ser necesario recurrir a un cierre como el del año pasado” porque ahora la industria “aprendió a producir” mediante protocolos. Los economistas consultados por PERFIL creen “improbable” un confinamiento estricto como en 2020 por el deterioro socieconómico: el año pasado terminó con una pobreza de 42%, desempleo del 11%, y una caída económica de 9,9%.

“No vemos margen para restricciones como las de marzo-abril de 2020, y menos en un año electoral, como para volver a cerrar con 42% de pobreza. Aunque se decreten medidas muy duras, no creemos que vaya a haber un cumplimiento de la sociedad”, evaluó a PERFIL Martín Vauthier, director de Eco Go.

Sin embargo, el veredicto de los analistas es que ante un agravamiento de la situación sanitaria se aplicarán “medidas focalizadas” para restringir la circulación y aplacar los contagios. Avizoran que los sectores más golpeados serán otra vez los servicios, el turismo, la hotelería, los restaurantes,entretenimiento y actividades culturales, “que son los hoy más tardan en recuperar y están muy por debajo de los niveles pre pandemia”, enfatizó Vauthier.

¿Qué impacto tendría sobre la economía? Martín Rajnerman, de Ecolatina, sintetizó la dinámica: “Una ola fuerte de Covid que implique más restricciones afectaría de manera directa la actividad, y le pegaría al déficit fiscal que aumentaría por la menor recaudación que generaría el menor consumo y a la vez por el fortalecimiento del gasto por los programas que se utilizarían para paliar un poco el efecto de la pandemia. Y eso se podría ir un poco al dólar paralelo y también un poco al dólar oficial”.

Crecimiento. La actividad económica arrancó 2021 mejor de lo esperado, con un repunte en enero de 1,9% contra diciembre, con lo cual algunos analistas recalcularon para el año un rebote de hasta 8%. Pero eventuales restricciones recortarían esa recuperación entre 0,5 y 1,5 puntos.

Andrés Borenstein, de EconViews planteó que el “arrastre estadístico con los datos de enero es de 8%”, pero “nuestro escenario es que crecerá 7% porque creemos que va a haber algunos temas vinculados al Covid; casi seguro no habrá un cierre total por un tiempo prolongado pero puede haber cierres focalizados ya sea geográficamente o en algunos sectores”.

En sintonía, Vauthier indicó: “Con el arrastre que deja enero que se monta sobre el que dejaba 2020, si la economía no creciera ni cayera entre febrero y diciembre, el crecimiento sería 8,2% aunque es difícil que se sostenga si aparecen restricciones o si la gente sale menos y consume menos por precaución”.

En Analytica consideran que habrá “limitaciones a la circulación a partir de abril, lo que se reflejará en un menor crecimiento durante el segundo y tercer trimestre, y un mayor nivel de actividad en el último” pero “eso no implica restricciones importantes para las actividades productivas”. “De ser así, la tasa de crecimiento del 7% se reduciría como mínimo en 0,5 punto porcentuales”, estimaron.

“No vemos margen para
restricciones como
las de marzo de 2020.”

Asimismo, en Consultatio prevén que “si restringen la actividad en ciertos sectores, el impacto en la actividad podría costar entre 0,5 y 1,5 puntos de crecimiento respecto a nuestro escenario base de un crecimiento de 6,5%”.

Para Fernando Marull, de FMyA, “asumiendo que el 16 de abril empieza a pegar la segunda ola, y no se vuelve a fase 1, habrá un impacto en la actividad acotado de 1 punto, que ya lo incluimos en la proyección de crecimiento del 6% para 2021”.

Déficit fiscal. Después de un déficit fiscal primario de 6,5% del PBI en 2020, en el Presupuesto de este año se contempla un rojo de 4,5%. Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, advirtió que ante una segunda ola de Covid “cuanto más restrinja el gobierno, más tendrá que asistir a familias y empresas, y el riesgo es más gasto público, con lo cual el déficit que comprometieron quedaría más lejos”.

Para Borenstein, “las cuentas fiscales vienen relativamente bien por el aumento de retenciones y lo que se va a recaudar por impuesto a la riqueza; si hubiera restricciones, el Estado seguramente gastaría menos en infraestructura, y tendría capacidad para dar otro IFE”, por lo cual “lo fiscal es un riesgo pero no lo vemos fuera de control, para nosotros el déficit va a ser 3% contando los DEGs del FMI”.

En Analytica proyectan que “volver a implementar el IFE hasta fin de año implicaría un aumento del gasto en 0,7 puntos del PBI, que de no aumentar el ingreso fiscal se traduciría en un incremento del déficit fiscal en igual proporción”.

Por su parte, Martín Kalos, de Epyca, juzgó que “la principal discusión sobre el déficit fiscal se centra en variables como las tarifas subsidiadas”. “Puede pasar que se decida dar un subsidio mayor al presupuestado para aliviar la carga de los servicios públicos en los hogares en un año que por la pandemia puede seguir siendo muy difícil”, especuló.

Dólar. La brecha cambiaria del 50% puede ser otro canal de impacto. Abram explicó que ante una menor recaudación y más gasto, “hay riesgo de una mayor emisión, y por lo tanto una depreciación del peso que implicará suba de los dólares paralelos, y de los bienes y servicios, o sea más inflación”.

Kicillof evalúa cerrar actividades recreativas

El gobierno bonaerense evalúa la adopción de nuevas restricciones, entre ellas el cierre por entre seis y ocho semanas de algunas actividades recreativas como bares y cines, ante el aumento de casos de covid-19 en el AMBA. La velocidad del incremento de los contagios preocupa al gobierno nacional, que buscará coordinar con la Provincia y la Ciudad la reacción ante el rebrote, pero en la administración de Axel Kicillof sostienen que la situación es “preocupante”.  “Creemos que deberíamos cerrar seis, siete u ocho semanas para que nos den tiempo de vacunar a los adultos mayores de más de 60 años. Si tenemos esa población vacunada e inmunizada, eso cambiaría bastante la situación epidemiológica”, dijo el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud bonaerense, Salvador Giorgi.