Economistas advierten presión cambiaria y la falta de plan económico

EL LIBERAL – Economistas coinciden en que hay una presión cambiaria creciente y en que no hay un plan económico más allá de lo electoral.

Para Daniel Artana “estamos con una inflación altísima desde hace tiempo, que se aceleró a partir de octubre. Hemos tenido meses de 4%. Festejar un 3,2% es un disparate. El Gobierno ha decidido sentarse sobre el tipo de cambio oficial, lo que ayuda, pero se reabren paritarias y esto te genera ruidos. Y los tipos de cambio paralelos te ponen más presión. Creo que la inflación va ir cediendo para la elección, pero vuelve para la primera parte del año que viene. Porque lo que se hace es poner un parche para que se vote por una inflación de 2,5% y no del 4%. Hasta que no haya un plan antiinflacionario serio va a seguir así. Vamos a vivir en un régimen de inflación alta hasta que tengamos la situación fiscal superavitaria”.

Analizó que “parecería que están sacrificando reservas para contener la brecha. Como te viene menos superávit comercial hacia adelante, es probable que pierdan parte de las reservas que ganaron en el año. Es imprudente, sí. Porque te quita margen de maniobra para después. La forma para resolver la brecha es generando confianza y no sacrificando dólares”.

Desde otra óptica, Martín Redrado remarcó que en la Argentina “falta un programa económico” que “incentive el consumo, la producción y las exportaciones” y explicó que “la clase media del país se viene reduciendo desde 2017 por la caída del salario real”.

Sostuvo que esta caída “tiene que ver con la falta de un programa económico que incentive el consumo, la producción y las exportaciones”.

“Muchas veces en la Argentina se le da énfasis a una sola de estas cosas y se desatienden las otras dos. Tienen que tenerse en cuenta todas”, manifestó.

Aldo Abram considera que el problema no es la escasez de dólares “sino porque sobran los pesos y porque los gobiernos incentivan la salida de divisas. Las distintas gestiones se han dedicado a gastar más de lo que pueden pagar los argentinos con impuestos excesivamente altos y, por ende, se financian con el Banco Central. Este último produce unos papeles de colores que valen poco en sí, y se los da al Estado para que pueda gastar de más”.

“Como la gente no demanda esos pesos, tras años de que la estafen depreciándolo, al igual que todo lo que se produce más de lo que la gente quiere (vasos, caramelos o lo que sea), su precio cae”.

“Es decir, la moneda local que tenemos ahorrada y que cobramos como ingreso pierde poder adquisitivo, del que se apropia el BCRA para transferirlo al Gobierno. Por eso se habla de ‘impuesto inflacionario'”