Guzmán asustó a los mercados: el acuerdo con el FMI parece lejos

Jefe de economía de Libertad y Progreso

Jefe de economía de Libertad y Progreso. Profesor Economía Internacional en Universidad del CEMA, Profesor ayudante de Análisis Económico y Financiero en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires,Asesor en la Secretaria de Comercio Exterior la Nación yAsesor Secretaria de Comercio de la Nación.

Mg. en Economía y Lic. en Economía Universidad del CEMA

EL ECONOMISTA – Luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, expusiera el miércoles el estado de situación de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), destacando que la principal diferencia es el sendero fiscal, las repercusiones no se hicieron esperar. 

En ese marco, los economistas consultados por El Economista plantearon la ausencia de los números concretos de la negociación o el “plan” con el que se llevaría adelante la propuesta argentina. Por otro lado, ayer también se vio la reacción de los mercados. 

La diferencia entre lo que el FMI exige y lo que el Gobierno plantea es importante en términos de política fiscal, con Guzmán proyectando un equilibrio fiscal recién en el año 2027. La deuda tomó nota. Los globales llegaron a caer entre 3% y 4,5% a la mañana para luego cerrar la rueda con rojos de entre 2,3% y 3,1%. El riesgo país escaló a 1.786.

El economista asociado en Econviews, Andrés Borenstein, comentó que las repercusiones de lo que pasó el miércoles fueron “malas”. 

“Eso se vio en la caída de los bonos y ahí se termina el relato. Veníamos diciendo que lo más probable era un acuerdo y aún sostengo que va a haber, pero ahora tengo más dudas. El déficit más grande que hay es de confianza”, añadió.

Según consideró el economista, “me parece que este tipo de cosas son para la tribuna para que se escriba que no va a haber ajuste. No existe un plan con el FMI sin ajuste”. 

“Es el rol del Gobierno en su conjunto llegar a un acuerdo y presentarlo al Congreso. Ese show no era necesario y deberían haberlo planteado diferente”, precisó.

En cuanto a las diferencias en el sendero fiscal, Borenstein dijo que “yo creo que el tema fiscal es más fácil de resolver de lo que todos creen. Se parece a lo que sucedió con los bonistas privados en 2020, cuando hicieron cinco o seis propuestas que fueron mejorando gradualmente. El problema es que ahora no tenés tanto tiempo y hay un proceso burocrático detrás”.

Por su parte, el director de Analytica, Claudio Caprarulo, sostuvo que “tenemos que ver el acto del otro día como una señal que forma parte de las negociaciones en curso”. El economista resaltó que se entiende que la intención es mantener el déficit primario de 2022 del 3% en 2023 y desde ahí realizar una baja gradual hasta el equilibrio en 2027.

La propuesta del Gobierno de que si la economía crece más aumenta la recaudación en parte es cierto, pero también es poco probable que sólo con eso alcance para bajar el déficit”, explicó y agregó: “Gran parte de la recaudación se relaciona con los salarios y si vos el año que viene autorizas un crecimiento por encima de la inflación alimentas la inercia inflacionaria”.

En ese sentido, el director de Analytica subrayó que lo que plantea el FMI es que “si vos necesitas un déficit más chico es menor actividad y menor importaciones. Eso va a hacer que puedas retener más dólares”. 

El Gobierno debe cerrar un acuerdo antes de marzo porque tiene un importante vencimiento que enfrentarlo llevaría las reservas a una situación muy compleja”, advirtió Caprarulo. 

“Esperábamos que se pongan los números sobre la mesa. Uno entendería que no se hace porque lo que se está tratando de hacer es negociar y si eso termina siendo menos favorable no van a querer mostrar a la sociedad que la negociación” dijo. “No creo que lo del miércoles aleje per se un acuerdo, es parte de la negociación”, finalizó. 

“El centro de la posición argentina es que debe haber un programa sin ajuste. Es por la vía del crecimiento que se van a generar mejores condiciones para garantizar el repago de la deuda y la mejora en las condiciones sociales”, explicó el economista de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), Sergio Chouza.

La consolidación fiscal tiene que ser en base a una recuperación sostenida que garantice que, con un esquema tributario cada vez más progresivo, se pueda reducir el déficit de forma virtuosa”, añadió el economista de la Undav.

En tanto, Chouza destacó que sí hubo números sobre el horizonte fiscal y el objetivo de acumulación de reservas. “Lo que se presentó ayer no es la carta de intención para acordar con el Fondo o una propuesta formal. Son los lineamientos que se acordaron hasta ahora, faltan instancias todavía”, dijo.

Por último, el economista jefe en Libertad y Progreso (LyP), Eugenio Marí, afirmó que la presentación del ministro Guzmán y del Presidente de la Nación donde se “desterró” el ajuste “debe entenderse como una presentación política y con la mirada hacia adentro del país”. 

“Se presentaron objetivos generales con los que es muy difícil estar en desacuerdo, pero se cayó en el pecado de no presentar instrumentos ni mecanismos para cumplirlos. Esto hace pensar que el acuerdo con el FMI tal vez está más lejos de lo que algunos piensan”, apuntó. 

Para Marí, al final del día el problema sigue siendo el mismo desde hace varios años: “No hay un plan económico concreto que marque el rumbo y reduzca la incertidumbre. Inclusive los anuncios y las medidas muchas veces van unos en contra de otros”.

Respecto a la diferencia sobre el sendero de consolidación fiscal, el economista de LyP comentó que “es natural que así sea”. 

“Los funcionarios técnicos del FMI saben que lo que presentó el Ministro Guzman (equilibrio primario recién en 2027) no es consistente con los pagos de deuda que tiene el país”, detalló. 

Finalmente, destacó que “la reducción del déficit fiscal vía aumento de impuestos es solo una solución de cortísimo plazo”.

“El aumento de impuestos en Argentina solo significa menos rentabilidad para el sector privado, menos inversión y menos crecimiento futuro. Es decir, menor recaudación futura. Entonces no resulta viable ni creíble la consolidación fiscal vía suba de impuestos. El camino debe ser la baja del gasto público”, concluyó.