La prioridad del Banco Central debe ser la estabilidad del valor del peso
INFOBAE Ha surgido una discusión sobre si el Banco Central (BCRA) debería buscar bajar la tasa de interés o evitar que el tipo de cambio suba. Por supuesto, eso depende de cuál es la prioridad que se le asigne a la autoridad monetaria. Para mí, debería ser darle a la gente una moneda estable y confiable, como sucede en los países que tienen un dígito de inflación anual.
Ahora, ¿de qué depende el valor del dólar en un mercado libre de cambios? En primer lugar, de lo que valga el peso; ya que es contra lo que medimos el tipo de cambio. El BCRA sólo puede determinar el precio de su propia divisa y, no, el de las extranjeras. Si produce más moneda de la que se demanda, se depreciará y el valor local del dólar tenderá a subir. Lo mismo sucederá, si la cantidad que quiere tener la gente disminuye, por una pérdida de confianza, y el BCRA no retira el excedente. Pues, en julio, pasaron ambas cosas; por lo que no debería llamar la atención el salto cambiario.
Por un lado, la incertidumbre sobre el futuro de Argentina aumentó debido al fallo de la jueza Loretta Preska sobre YPF. Además, por los proyectos de ley que aprobó el Congreso aumentando el gasto sin prever cómo se iban a financiar. Esto puso en duda la vocación de la mayoría de los políticos y legisladores respecto al mantenimiento del equilibrio fiscal, agitando el fantasma de la vuelta al pasado empobrecedor, que nos llevó de crisis en crisis. Por ello, muchos decidieron bajar su atesoramiento en pesos; lo que disminuyó el valor de nuestra moneda. Por ende, hizo subir inmediatamente el tipo de cambio, como pasaría con cualquier divisa del mundo que se depreciara. El otro factor que contribuyó en el mismo sentido es que el Tesoro canceló parte de los vencimientos de Lefis (deuda pública) con depósitos que tenía en el BCRA, obligándolo a emitir pesos que no eran demandados. Lamentablemente, toda esa depreciación resultante también se verá reflejada en el conjunto de los precios de los bienes y servicios de la economía. Es decir, por un tiempo, tendremos algunas décimas más de inflación mensual. Si bien este proceso tarda entre 9 y 24 meses, según el país, en Argentina estimamos que el traspaso a precios debería darse en alrededor de 9 meses, debido a la poca confianza en su moneda.
Por otro lado, el incremento de la percepción de riesgo hizo que se algunos prefirieran pasar sus ahorros en pesos a moneda extranjera, incrementando su valor. Como los precios de los bienes y servicios que se comercializan internacionalmente suben con el tipo de cambio, esto puede generar un incremento coyuntural en el IPC. Sin embargo, si se mantiene el valor del peso estable, en los siguientes meses será compensado por una tendencia a la baja de los precios de aquellas cosas cuya demanda es solamente local. Estos últimos suelen ser consumos prescindibles, que tendremos que disminuir para poder gastar más en los primeros, que conforman la canasta básica que saldrá más cara.
Además, si el ahorro doméstico se pasa a divisas extranjera o disminuye por un aumento de la incertidumbre, eso quiere decir que el financiamiento local tiende a bajar; por lo que es lógico que la tasa de interés suba. Debe recompensar ese mayor riesgo percibido por quedarse en activos argentinos. Si el objetivo del BCRA fuese mantener el valor de la moneda, tendría que dejar que los rendimientos suban hasta que sean lo suficientemente remunerativos para que dichas inversiones se queden.
si se mantiene el valor del peso estable, en los siguientes meses será compensado por una tendencia a la baja de los precios de aquellas cosas cuya demanda es solamente local
Si intentara bajar las tasas de interés de mercado emitiendo pesos, sólo generaría una mayor deprecación de la moneda y, por ende, más suba del tipo de cambio. Quien toma ese crédito ficticio lo hace para gastarlo o invertirlo, no para atesorarlo; por lo que no habrá una demanda equivalente de pesos del otro lado. Todo argentino sabe, lo que muchos economistas, no: si sube el tipo de cambio en Argentina, casi siempre es porque sus pesos están perdiendo valor. Por lo tanto, buscará desprenderse de ellos, depreciándolos aún más y aumentando el valor del dólar; lo cual termina en un círculo vicioso. Esto, también incentiva un mayor traspaso de ahorro doméstico en pesos a divisas; lo que vuelve a bajar el financiamiento doméstico, haciendo que la tasa de interés de equilibrio sea cada vez más alta.
Este tipo de medidas para mantener artificialmente baja la tasa de interés siempre nos llevó a una creciente pérdida de poder adquisitivo del peso, aumento del tipo de cambio, suba de la percepción de riesgo país, baja del ahorro doméstico en moneda local y, por ende, del crédito interno. Queda claro que, aunque implique un alza de tasas inicial, el BCRA tiene que sacar el excedente de pesos que haya, recuperar la confianza en que mantendrá estable el valor de su moneda y, eso, es lo que volverá a incentivar que se ahorre en el mercado local, aumentando el financiamiento interno y, por ende, bajando el costo del crédito.
