Primó la cordura

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA). Profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (2013-14). Licenciado en Economía UBA (1985) Master of Business Administration (MBA) de la la Universidad de Chicago (1990). Autor de numerosos libros y artículos académicos sobre historia, economía y finanzas.

ÁMBITO FINANCIERO.- Nos preguntábamos la semana pasada si Europa finalmente tendría su «Momento Minsky» como lo tuvo Estados Unidos con la caída de Lehman Brothers. Afortunadamente primó la cordura (o la presión de Obama) y los gobiernos de la eurozona acordaron otorgarle a España 100.000 millones de euros para evitar un colapso del sistema bancario español (aparentemente no hay que usar la palabra «rescate»).

Más allá de los detalles, la pregunta que nos hacemos todos es: ¿será suficiente este paquete de ayuda financiera para salir de la crisis? Lamentablemente, la respuesta es negativa. Seguramente veremos en los próximos días una reacción positiva en los mercados. Pero será efímera como en anteriores ocasiones. Recordemos que Grecia, Irlanda y Portugal en su momento recibieron planes de ayuda financiera y sin embargo la crisis de la eurozona siguió su curso.

El paquete de ayuda financiera otorgado a España indudablemente comprará tiempo. Pero si los gobernantes de Europa no resuelven los problemas de fondo, el precio de este tiempo extra habrá resultado muy caro. ¿Cómo se resuelven los problemas de fondo? El 21 de marzo pasado Ben Bernanke, titular de la Reserva Federal, en su testimonio al Congreso precisó qué medidas debían tomarse para resolver la crisis de la eurozona. «La solución total de la crisis requerirá: a) reforzar aún más el sistema bancario europeo; b) un aumento significativo en los fondos públicos («firewalls») destinados a prevenir contagio en los mercados de deuda soberana; y, c) fundamentalmente, un esfuerzo sostenido para promover el crecimiento económico y la competitividad y para reducir los desequilibrios externos de los países en problemas.» La semana pasada (preanunciando el rescate a España) Bernanke reiteró que los dirigentes europeos debían más medidas para estabilizar el sistema bancario de la eurozona, calmar el temor de los mercados respecto de la situación financiera de varios países, lograr un esquema de unión fiscal viable para la eurozona y sentar las bases para el crecimiento a largo plazo. Es decir, que las medidas anunciadas el sábado no alcanzan.

Además, hay una cuestión de orden. Uno de los principios del arte de la guerra es no abrir dos frentes de batalla al mismo tiempo. Antes de otorgar ayuda financiera a España hubiera sido más conveniente resolver de una vez por todas el problema de Grecia. Caso contrario, cualquier descalabro en ese país seguirá contagiando a España y al resto de los países en problemas. El 17 de junio habrá elecciones en Grecia. Me sorprendería que su resultado fuera demasiado distinto al de las anteriores lo cual significa que el próximo será un gobierno débil.

*Publicado en Ámbito Financiero, Buenos Aires.