En dos décadas, la Argentina retrocedió 99 puestos en un índice de calidad institucional

Director General en

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

Aunque cambios recientes como la eliminación del cepo y la quita de trabas al comercio podrían haber saneado al país en lo que a calidad institucional respecta, la Argentina todavía sigue muy lejos de contar con instituciones como las de Suiza o Nueva Zelanda. Así lo afirma el Índice de Calidad Institucional de la Fundación Libertad y Progreso, que en los últimos 21 años vio caer 99 posiciones la fama del Estado.

Para la entidad que realizó el análisis, el dato es vital a la hora de conseguir inversiones. “Los países que cuidan la calidad de sus instituciones tienen mucho mayor porcentaje de inversión extranjera directa, y eso es una herramienta central para el desarrollo”, asegura Agustín Etchebarne, economista perteneciente a la organización. Del mismo modo, su colega Martín Krause sostiene que ese tipo de Estados también se caracterizan por “proteger la inversión y la actividad emprendedora, lo que deriva en un mejor desempeño económico y, con ello, en más oportunidades de progreso para sus habitantes”. “No es casualidad que Argentina haya sido uno de los países del mundo adonde más se han fugado capitales hasta fines de 2015, por arriba de U$S 150 mil millones”, acota por su parte Etchebarne.

Bolivia es uno de los países que acompaña a la Argentina en su récord de pérdida de calidad institucional, ya que el país vecino perdió 100 puestos en las últimas dos décadas. En sintonía también se encuentra Ecuador y Venezuela, que cayeron 74 posiciones.

La meca de los países con una intachable calidad institucional parece encontrarse en países europeos como Suiza, Dinamarca y Finlandia, acompañados el caso neozelandés. Entre las veinte primeras posiciones del índice también se encuentran los Países Bajos, Canadá, Suecia, Noruega, Reino Unido, Australia, Irlanda, Alemania, Estados Unidos, Luxemburgo, Estonia, Hong Kong, Austria,Taiwán, Bélgica y Japón.

En el otro extremo, Corea del Norte conserva el galardón de haberse mantenido siempre como el país con la más baja calidad institucional, acompañado de cerca por Eritrea y Turkmenistán. A ellos se suman a su vez los casos de Cuba, Iraq, República del Congo, Sudán, Angola, Zimbawe, Myanmar, Yemen, Chad, República Democrática del Congo, Afganistán, República Centroafricana, Venezuela, Libia, República Árabe Siria, Sudán del Sur y Guinea Ecuatorial.

El Índice, que se realiza con el apoyo de Relial y la Fundación Naumann, fue presentado ayer por la tarde mediante una videoconferencia en vivo en Agrositio, con participación de los economistas Martín Krause y Agustín Etchebarne, de Libertad y Progreso; y el periodista Ricardo Bindi. Este ranking evalúa la calidad institucional considerando la posición relativa que cada país obtiene en los índices de Libertad Económica de Heritage; de Competitividad Global del World Economic Forum; de Libertad Económica del Fraser Institute; Haciendo Negocios del Banco Mundial; Respeto del Derecho del Banco Mundial; de Voz y Rendición de Cuentas del Banco Mundial; de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional y de Libertad de Prensa de Freedom House.