Cambio de clima: ahora las reservas del BCRA son la “variable de ajuste” para aportar estabilidad

Director General en

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

IPROFESIONAL – Cambia rápido el clima en la City. Hace apenas tresmeses, el presidente del Banco Centra anunciaba con un ambicioso plan para acumular reservas.

Eran tiempos del blanqueo y Federico Sturzenegger “avisaba” que la entidad iba a intervenir activamente en el mercado.

En aquellos días de abril -que hoy parecen lejanísimos- la palabra “intervenir” era sinónimo de “comprar“, algo que el mercado le reclamaba a gritos cuando la preocupación no era la suba del billete verde sino el atraso cambiario.

Hoy, paradójicamente, la consigna política más urgente del Gobierno es que el dólar deje de ser una de las noticias principales de los medios, de modo tal que aquel anuncio sobre acumular reservas hasta provoca un dejo de nostalgia.

En mayo, y durante once ruedas consecutivas, el BancoCentral había adquirido u$s1.100 millones, a razón de u$s100 millones diarios. 

Sin embargo, por el “efecto Brasil” y luego por el “efecto Morgan Stanley” (que mantuvo al país como “mercado de frontera” y postergó su ascenso a la categoría “emergente”), la situación pegó un giro inesperado.

 Ya nadie habla de compras aceleradas. Y menos por la friolera de u$s25.000 millones, como se propuso Sturzenegger para las reservas lleguen a representar un 15% del PBI.

Este nivel, según había consignado el titular del Central, es el que recomiendan los organismos internacionales de crédito.

La consigna de estos días está más cerca de vender que de comprar. Tal es así que el viernes pasado la entidad se vio obligada a intervenir en el circuito para desprenderse de u$s305 millones y así ponerle un techo al repunte de la divisa estadounidense.

Luego de estas últimas ventas -y en medio de una fuerte demanda por parte del público- las reservas fueron en sentidoinverso al que Sturzenegger se había propuesto.

Los u$s47.000 millones de hoy día implican una caída de más u$s2.000 millones respecto de las de aquel momento en formuló ese anuncio.

No es una cifra dramática en términos de volumen, pero sí constituye un alerta en cuanto a la tendencia. Más aun, si el Gobierno cae en la próxima contienda electoral en manos de Cristina Kirchner.

En muchos países, las reservas no son de por sí un indicador relevante. Tampoco un termómetro, como sí lo son en la Argentina.

Así, contra todos los pronósticos, vuelven a estar bajo la lupa del mercado. Y lo cierto es que están dados todos los condimentos como para que, en vez de subir, caigan.

El recalentamiento que genera un dólar “coqueteando” con los$18 pone a la autoridad monetaria en situación de tener que garantizar la estabilidad del mercado, en caso de que el panorama político se complique.

Y esto no sólo obedece al objetivo de “no hacer olas” en plena campaña electoral. También, guarda estrecha vinculación con un tema al que Sturzenegger le destina la mayor parte de sus esfuerzos: bajar la inflación.

Ya es un hecho que el índice inflacionario de julio fue superioral del mes previo. Y por más que el discurso oficial sostenga que en ese repunte nada tuvo que ver el alza del billete verde, lo cierto es que nadie quiere correr con un mayor riesgodevaluatorio.

En ese marco, las presiones para desprenderse de billetes son cada vez más elevados, en un contexto en el que la oladolarizadora de particulares y empresas hace que la oferta de divisas luzca escasa.

No es que no entran dólares al Banco Central, ya que varias provincias y empresas -como YPF- toman deuda en el exterior en esa moneda (que luego absorbe el BCRA) al tiempo que el Ministerio de Finanzas emite sus Letras en moneda dura.

Pero lo cierto es que ese ingreso parece no ser suficiente como para engrosar las tenencias de la entidad. Al menos esto es lo que ha venido sucediendo desde aquel anuncio de Sturzenegger, allá por abril.

Por lo pronto, siguen por debajo de los u$s48.000 millones (ver gráfico).

¿Qué pasó en julio? En el arranque, el BCRA adquirió u$s500 millones de forma directa al Tesoro, pero en el balance mensual se contabilizó un retroceso de casi u$s1.000 millones.

Esto fue confirmado por la entidad al cierre de este lunes, cuando informó que posee u$s47.000 millones, su nivel másbajo desde fines de junio.

El costo en pesos de acumular dólares
En el mercado, predomina la visión de que Sturzenegger hace bien en usar las reservas como “variable de ajuste” y que cualquier otra actitud podría tener efectos colaterales indeseados.

“No es el momento de comprar, porque el principal objetivoahora no es sumar sino controlar la inflación“, afirma Agustín Etchebarne, director de la fundación Libertad y Progreso.

En la misma línea Rodrigo Benítez, director del Estudio Alpha, entiende que hace bien el Central en adoptar una posturapragmática.

“La idea del Gobierno siempre fue la de aprovechar momentos en que haya sobreoferta de billetes para comprar así a bajoprecio“, indica el economista.

“Esa postura implica que no debe adquirir permanentemente dólares en la plaza cambiaria “, añade este economista.

Lo que va quedando claro es que -ante el cambio del contexto económico y la incertidumbre política-, pocos creen que aquel objetivo de acumular reservas hasta alcanzar un 15% del PBI se cumpla en el mediano plazo (2019), tal como había anunciado el Central.

Eric Ritondale, economista jefe de Econviews, estima que esa meta recién se podría materializar en 2021: “Habría que ir acrecentando las tenencias actuales a razón de u$s7.000 millones por año, a partir del 2018″.

No obstante, este economista evita las críticas a Sturzenegger, al entender que ese anuncio tenía sentido en abril para “mover un poco las aguas en medio de un dólar que estaba demasiado atrasado con respecto a la inflación”.

En tanto, el analista Salvador Di Stéfano afirma que el contexto global y la suba de tasas obligan al Gobierno a no perder dólares. 

“El tipo de cambio tiende a subir producto de una fuertedemanda, al tiempo que cae el ingreso de capitalesespeculativos“, apunta.

Por otro lado, un plan agresivo para engrosar reservas  viene asociado con altas tasas de interés en pesos.

En efecto, la emisión de moneda local y posterior esterilización vía Lebac implica el pago de un interés superior al 26%, que es el rendimiento pretendido por inversores para adquirir estos títulos.

“Los costos asociados a una política de acumulación de reservas, en el actual escenario, pueden ser muy grandes“, alerta a iProfesional Amilcar Collante, economista de Cesur.

Por lo pronto, el total de Lebac y de pases ya se acerca peligrosamente al billón de pesos, por lo que “intentar robustecer las arcas del Central significaría elevar ese stock a niveles extremadamente peligrosos“, agrega este analista.

Afinando el lápiz
Más allá de si las metas sobre reservas son cumplibles o no, la pregunta que se escucha en la City tiene connotaciones más inmediatas.

Ante una situación de inestabilidad cambiaria, producto de un giro en el plano político, ¿el Banco Central ya logró hacerse de un “poder de fuego” lo suficientemente alto como para torcerle el brazo al mercado?

Este interrogante ha cobrado vigencia ante el temor que genera entre los inversores el protagonismo de CristinaKirchner.

No son pocos los que creen que si en las PASO el Gobierno tuviera un mal resultado, podría generarse una sobrerreacción de la demanda de billetes verdes persistente en el tiempo.

La respuesta de los operadores es que el BCRA en la actualidad goza de un importante caudal como para aleccionar a la plaza cambiaria.

Además, afirman que por el lado de la demanda y de la “fuga“, en todos sus sentidos, aún se está lejos de los preocupantes números alcanzados durante el kirchnerismo.

“Las reservas están en un nivel holgado si se las compara con las urgencias de caja de diciembre de 2015“, expresa un banquero ante la consulta de este medio.

Esto genera tranquilidad, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los u$s47.000 millones “es líquido” y representan casi el doble de los u$s26.000 millones nominales que dejó la gestión anterior.

Incluso, varios analistas estiman que el kirchnerismo concluyó su mandato con apenas u$s5.000 millones contantes y sonantes en el BCRA.

Claro que tampoco hoy en día todos los dólares que se cuentan como reservas están disponibles para ser volcados al mercado de inmediato.

Una parte corresponde al acuerdo de intercambio de monedas con China (u$s10.000 millones) y otra a encajes de clientes bancarios (u$s15.000 millones).

Descontada ambas cifras, las reservas totalizan cerca de u$s21.000 millones (cifra que contempla u$s2.400 millones en oro).

Por lo pronto, en el mercado aún persiste la tranquilidad, mientras se está a la espera de qué sucede en los comicios.

Si bien falta recorrer un largo trecho para que alcanzar el 15% del PBI, lo cierto es que pocas voces hablan reservasinsuficientes.

Los optimistas apuestan a que superados los temblores electorales, varios sectores -como el agro y el energético- crecerán y traerán muchos dólares.

Los pesimistas condicionan ese repunte al resultado de la contienda electoral y al protagonismo de CFK. Afirman que una cifra que ahora parece abultada puede pasar a resultarescasa.

Es que en Argentina las cosas cambian rápido. Y si no que lo diga su protagonista -el propio dólar– que hace apenas tres meses era “acusado” de barato y ahora asusta por su altoprecio.