Argentina y Turquía: ¿Crisis paralelas?

Emilio Ocampo

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA). Profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (2013-14). Licenciado en Economía UBA (1985) Master of Business Administration (MBA) de la la Universidad de Chicago (1990). Autor de numerosos libros y artículos académicos sobre historia, economía y finanzas.

Depreciación de la moneda, pérdida de reservas, preocupación por el déficit fiscal y el de cuenta corriente, aumento del riesgo país… Parece una descripción de lo que ocurre en Argentina desde hace varios meses. Pero no, se trata de Turquía, que desde hace tiempo es considerada por los inversores internacionales como una de las economías emergentes más vulnerables, junto con Ucrania y Argentina.

El presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía declaró hace unos días que su país se encuentra en guerra, no militar sino económica. Explica en sus discursos que los ataques especulativos a la lira son misiles lanzados a la economía turca. La depreciación abrupta de la lira tuvo un efecto que en otras circunstancias sería positivo: mejoró notablemente la competitividad de la industria. El detalle no se le escapó al presidente Trump que declaró que impondría tarifas a las importaciones de acero de Turquía lo cual contribuyó a profundizar la crisis.

Sin embargo, Turquía sale bastante bien parada de una comparación con Argentina. Aunque el déficit de cuenta corriente en relación al PBI es similar, su inflación es 11%, el PBI crece al 4%, tanto el déficit fiscal como la deuda publica en relación al PBI son la mitad y la prima de riesgo país es 200 puntos básicos más baja. Con semejantes cifras la economía argentina se vería bastante bien, pero es otro vecindario y los estándares son más altos. Además, no sólo presenta más riesgos al sistema bancario europeo sino que por su posición geográfica Turquía tiene mayor importancia geopolítica.

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Sea como fuere, la crisis turca no es buena noticia para la economía argentina, ya que contribuye al nerviosismo de los inversores. Como ya se ha probado en otras crisis, el efecto contagio existe y es justamente a través de ellos. Si a esto sumamos el mayor nivel de volatilidad en los mercados como consecuencia de la política económica de Trump, la suba de tasas de interés de largo plazo y una política monetaria mas restrictiva por parte de la Fed el panorama pinta sombrío para Argentina. El viento de cola parece cosa del pasado, tal como lo confirma el índice que publica la UCEMA. Desde el pico alcanzado en septiembre de 2012 ha caído 43% y en julio tuvo una de las caídas más abruptas de la era Macri.

Todo lo antedicho se refleja en una prima de riesgo país que ya bordea 700 puntos básicos, lo cual nos retrotrae a los niveles promedio de 2011 y pone a Argentina entre los diez economías emergentes de mayor riesgo.

Poner la solución de los problemas estructurales argentinos en manos de los inversores extranjeros fue una irresponsabilidad como lo señalé en varias ocasiones. Se perdieron dos años valiosos y se ha puesto en riesgo la oportunidad histórica de exorcizar al populismo, principal causa de la decadencia argentina.

Publicado en: https://emilioocampoblog.wordpress.com/2018/08/13/argentina-y-turquia-crisis-paralelas/

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